El bloguero Kareem Amer y su amigo, el cineasta Samir Eshra, han sido liberados. Tal y como se temía su desaparición fue un secuestro. Al parecer, el pasado lunes, unos matones de Mubarak les asaltaron y requisaron la cintas en las que habían grabado un reportaje sobre los acontecimientos del día en la Plaza de la Liberación. Los matones los entregaron a la policía militar. Pasaron la noche en una prisión local y un día después fueron enviados a una macrocárcel del ejército “en medio del desierto” donde la tortura a los detenidos era algo habitual.
Kareem Amer, que ya había pasado cuatro años en la cárcel por publicar en su blog artículos críticos con el Islam y el presidente Hosni Mubarak, denuncia que las condiciones de esta prisión controlada por los militares eran mucho peores que cualquiera de las que ha conocido. La minúscula celda era “un cubo de basura”, comenta el bloguero.
Ayer, horas antes de la dimisión de Mubarak, todos los prisioneros fueron puestos inesperadamente en libertad, ha explicado el propio Kareem a CyberDissidents.org. “Nos abandonaron en medio de la noche en una carretera del desierto que conectaba la ciudad de Suez con El Cairo. Un tanque militar nos interceptó y casi abre fuego contra nosotros. Pero cuando se enteraron que habíamos estado en una prisión militar nos dejaron seguir. Después un camión se detuvo y nos llevó a El Cairo”.
Kareem Amer no tiene tan claro lo de subirse a un tanque para hacerse una foto con los “liberadores”. Toca mirar al futuro, ya sabes. Esperamos, al menos, que en ese futuro nunca haya que escribir de Kareem para pedir su libertad. Su derecho a criticar a los intocables, religiosos y militares, será el termómetro en el que algunos le tomaremos el pulso al “nuevo” Egipto.
Aunque dicen que Kareem lo único que quiere es descansar y que le dejen tranquilo “mientras ve progresar a su país”. Es es el merecido descanso del guerrero cuyas hazañas y detenciones, pasadas y presentes, no salen en el telediario. Kareem Amer, bloguero. Por arma: un teclado. Por meta: la libertad y un Egipto democrático, moderno, ilustrado y constitucionalmente laico. También en el que la supremacía del poder civil sobre el militar sea pronto una realidad.
Foto | cyberdissidents.org
Fuente. www.nacionred.com
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