viernes, 25 de febrero de 2011

AMLO ENFURECIÓ A LA JAURÍA.

AMLO ENFURECIÓ A LA JAURÍA.


Por Cuauhtémoc Amezcua Dromundo.
La batalla electoral en el Estado de México es estratégica. Su vínculo con la federal del año que viene, es ineludible. Y para 2012 sólo hay dos posibilidades: más de lo mismo, más del nefasto neoliberalismo vigente desde 1982 y agravado de manera brutal con cada cambio de sexenio, o romper con el neoliberalismo y empezar el camino hacia la liberación nacional, con el único aspirante que hace el compromiso público de ir por una vía distinta a la de Salinas, Fox y Calderón, López Obrador.
Contra AMLO han surgido toda clase de maniobras, para evitar que su candidatura cobre toda la fuerza de la que el pueblo de México es capaz de brindarle. Una de las últimas, la urdida por los asesores oficiales y oficiosos de Felipe Calderón, la de las alianzas PAN-PRD, con el nefasto Camacho Solís como su activista. Más allá de los variados pretextos que las han rodeado, su fin ha sido uno solo: cerrarle el paso a Andrés Manuel, debilitarlo, impedir que sea un candidato fuerte.
Alanzas absurdas, de jure o de facto, como la de Puebla, donde la ganadora es la señora Gordillo; como la de Guerrero, donde vence un sátrapa y sinvergüenza, incondicional de Enrique Peña Nieto; como la de Oaxaca, para no seguir con la larga lista, donde el ganador es Felipe Calderón –ya se vio cómo lo recibió, con toda clase de honores, y se puso a sus órdenes, Gabino Cué- y el perdedor es el pueblo de Oaxaca. (¡Bravo por los maestros de la Secc. 22 y su gallarda lucha!)
Pero la joya de la corona está en el Estado de México. La alianza ahí, es la antesala de la presidencial, que nadie lo dude. Una alianza presidencial PAN-PRD, en la que ni remotamente cabe Andrés Manuel, pero sí Marcelo Ebrard –quien por lo menos sueña con esa posibilidad- y también la señora Vázquez Mota, entre una docena más. Por eso, los chuchos y todos los canallas, como ellos, insisten en que esa alianza va, y tratan de imponerla con la infantil maniobra de una “consulta” que sería idéntica a todas las “consultas” que hacen los neoliberales, ¡puro engaño!
Y por eso, en cuanto López Obrador, hábil y congruente, se desmarca de los canallas y pide licencia, se le viene el mundo encima, otra campaña mediática feroz, como cuando el campamento en Paseo de la Reforma. Tal reacción, en el fondo, no hace sino mostrar de manera plena, por si alguien abrigaba alguna duda, lo acertado de la acción de Andrés Manuel.
Ojo señor Alejandro Encinas, es el momento de cerrar filas con López Obrador, sin titubeos ni vacilaciones. ¡Demuestre usted su estatura real! ¡Con el pueblo, o con los traidores al pueblo!, otras disyuntivas son sólo de artificio.  
Febrero 21 de 2011.

 

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