El miedo a cambiar: Un asalto a la razón para cambiar a México.
Melquiades Pérez González
El proyecto del PRD concluyo cuando no fue capaz de resolver la elección de su presidente nacional, si analizamos con mayor detenimiento, podemos ver un punto de ruptura entre el proyecto que nació con el 1988 cardenista y concluyo con el 2006 López- Obradorista, a partir de ese momento que paradójicamente fue el de su mayor éxito, también se observo el de su mayor limitación como proyecto de izquierda. De la insurgencia cardenista que muchos mexicanos apoyamos y que después de una elección fraudulenta surgió un partido, en esos momentos y pese a las condiciones tan difíciles que vivimos, no privo el desanimo, sino que fue punto de arranque para la construcción de un proyecto unitario, complicado y lleno de obstáculos que devino en el proyecto político electoral del PRD, desde ese momento y hasta la actualidad en donde después de los resultados electorales del año pasado se llego a la convicción de que el PRD estaba en una fase en donde el cambio era la solución, de su nacimiento hasta su muerte casi aceptada por todas las dirigencias de de las diversas corrientes cuando plantearon el congreso de refundación del PRD, han pasado 20 años , en ese momento que se presentaba como la oportunidad de cambio , renovación de sus política , la clarificación de su línea política y a reivindicación de sus principios políticos , predomino el miedo a cambiar y entonces se devino la refundación en simulación, la línea política se convierte en un instrumento accesorio y publicitario en lugar de eje de lucha política, el cambio de dirección esperado y necesario después de los modestos resultados y fracasos electorales, se convierte en una concentración de decisiones a espaldas y sobre las militancias , la estrategia deviene en una alianza con la derecha sin forma ni fundamento , ni siquiera para alcanzar los logros mínimos de una democracia formal , como sería la renovación de los órganos autónomos CNDH, IFE, TRIFE y leyes que buscaran los mínimos necesarios para preservar la subsistencia de millones de mexicanos.
Es asombroso para los militantes de la izquierda cuando dentro del marco de la crisis económica mundial más profunda de la historia que ha tenido como resultado en nuestro país el incremento de la pobreza más infame y la violencia más insoportable ,en lugar de poner en el centro de la actividad del PRD el elemento social y humano se ponga en el centro el problema a las cuotas electorales entre corrientes y las ailanzas con los sustentadores más radicales del modelo neoliberal, otra vez el miedo a cambiar obliga al PRD a platear la propuesta del mal menor y plantear que no hay que dejar que el PRI regrese a los pinos y en los hechos fortalezcamos al PAN que estaba prácticamente en los mínimos electorales, cuando el pueblo de México apoyando e impulsando al PRD ha podido derrotar al PRI en el 88 y al PAN en el 2006.
No hemos querido reconocer que el PRD en ningún momento ha construido un verdadero organismo unitario pero tampoco hemos querido reconocer que es un conglomerado de corrientes en una coalición electoral, donde conviven militantes de la izquierda socialista, demócratas y hasta recién conversos priistas que casi siempre resultan nuestras propuestas a las candidaturas a gobernador, a los que después al termino de sus gestión resultan verdaderas decepciones y terminamos renegando y desmarcándonos de su gestión .
El militante actor y razón de los partidos políticos de izquierda no han sido actores relevantes, el centro del partido en los hechos son los funcionarios de los gobiernos, los representantes electorales y la burocracia electoral del PRD y todavía algunos burócratas del partido se preguntan porque este rechazo de millones de militantes a no participar en la afiliación del PRD y si no veamos la débil afiliación , casi de compromiso que están haciendo los militantes , donde esa energía y compromiso del militante es rara de ver en el proceso de afiliación ,la mística militante esta prácticamente extinguida.
En estos momentos, debemos profundizar una reflexión de las políticas, prácticas y gobiernos del PRD. Este análisis debe realizarse en una triple dimensión. En primer término, como autocrítica por los errores y desaciertos cometidos, asumiendo nuestras responsabilidades. En segundo lugar, valorar los logros obtenidos con nuestra participación en la lucha por el cambio y la democracia. En tercer término, no buscar excusas -y consecuentemente cambiar , y darnos una nueva oportunidad para lograr las transformaciones que no fuimos capaces de implementar, especialmente las que ha permitido que el proyecto neoliberal se consolide en ya 5 gobiernos 3 del PRI y 2 del PAN, sólo una reflexión en esta triple dimensión permitirá producir un análisis que sirva para reafirmar nuestros principios y renovar nuestras propuestas.
Ahora estamos en otra etapa política, que tiene nuevos desafíos y tareas. Los grandes desafíos son la injusta distribución de la riqueza, la falta de igualdad de oportunidades, la violencia sin límites y la descomposición de la participación comunitaria. De ahí que tenemos que a convocar la construcción de un nuevo proyecto político que tenga como base el de unir en un gran conglomerado político a organizaciones y actores sociales y políticos en torno a un objetivos claro, precisos , necesitamos el desarrollo de una estrategia política, objetivo harto complejo, y que tiene como base fundamental el de un modelo de desarrollo alternativo para el país , en el cual debemos elaborar entre todos los actores sociales y políticos comprometidos por un México más justo y solidario, junto a la estrategia necesitamos un nuevo programa, una metodología de participación de la militancia que barra con las practicas burocráticas y clientelares y ciertos principios y ejes programáticos irrenunciable que nos den identidad como izquierda , para concluir en la definición de una plataforma para la acción.
Tenemos que aportar desde nuestras convicciones para generar las condiciones políticas en el diseño, coordinación, implementación y definición de esa nueva coalición política que recoja la “unidad social y política”, que represente la diversidad social y política del país. Ese conglomerado debe tener la capacidad de convocar y acoger a los más diversos actores comunitarios, sociales y culturales en una organización democrática, participativa, convocante y generada desde las bases, que se plantee como una alternativa de gobierno no solo para 2012, sino para el futuro del país.
El llamado es amplio, el desafío es mayor. No podemos recrearnos en un PRD que ya cumplió un rol en la política. La construcción de una nueva organización social y política, tiene que desarrollarse con el impulso desde la base, desde la comunidad, desde la dimensión social y no desde una oligarquía política que quiere mantener el status Quo de un PRD ya anquilosado y viejo en ideas y políticas. Esa oligarquía ya perdió toda capacidad creativa y transformadora y se encuentra “enredada” en el modelo político institucional, económico y social que predomina y mantiene políticas y estructuras potenciadas en una herencia jamás renunciada del autoritarismo del PRI
En la construcción de un nuevo modelo de desarrollo para México, debemos mantener nuestro compromiso con la profundización democrática, la defensa permanente de los derechos humanos y la promoción del poder comunitario, valores que deben estar presentes. La izquierda tiene una tradición heroica que se remonta desde las luchas de independencia, a pagado tributos con la sangre de sus jóvenes en 1968, con la insurgencia armada de los 70’s y mas reciente con sus más de 400 militantes electorales asesinados ya como PRD . La pregunta clave del periodo es se impondrá el miedo a cambiar sobre la necesidad de la izquierda de avanzar, nos quedaremos en un movimiento perenne en el mismo punto o tendremos la capacidad de un asalto a la razón para cambiar a México.
Diciembre de 2010
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