miércoles, 8 de junio de 2011

MARCHA DE LAS PUTAS. 12 de junio 2011


#Marchadelasputas:
Feministas bajo el ojo del Gobierno

DULCE RAMOS (@WIKIRAMOS)
Por casi 30 años los ojos del poder vigilaron a las feministas mexicanas como a un grupo peligroso. Entre 1964 y 1981, la Secretaría de Gobernación (Segob) elaboró cientos de informes confidenciales sobre las mujeres que incomodaron al Estado, al exigirle igualdad política, económica, y reclamar su libertad sexual.
Expediente del AGN.
Han pasado tres décadas de esa vigilancia activada por la Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales (parte de lo que hoy conocemos como CISEN), pero cada movimiento de aquellas mujeres permanece en más de 600 informes oficiales, recortes de periódicos y folletos bajo resguardo del Archivo General de la Nación. Son documentos que cuentan la historia de mujeres cruciales para México; a quienes la prensa, con sorna, llamaba entonces ‘liberadas’.
Recorte de una nota aparecida el 10 de mayo de 1976 en el periódico El Universal.
En un par de cajas negras llenas de polvo, guardadas con la referencia IPS 1634 A y B, los expedientes 7 y 9 contienen las pruebas del seguimiento oficial a esos grupos, ligados entonces al Partido Comunista Mexicano y a otras organizaciones de izquierda.
Los Secretarios de Gobernación a quienes se dio cuenta de esa vigilancia, fueron Luis Echeverría (1964-1969), Mario Moya Palencia (1969-1970 y 1970-1976), Jesús Reyes Heroles (1976-1979) y Enrique Olivares Santana (1979-1982).
De la lectura de esos informes se deduce que los agentes de Segob se infiltraron en grupos como la Unión de Mujeres Mexicanas, Movimiento Nacional de Mujeres y el Movimiento de Liberación de la Mujer. Acudían a reuniones, tomaban notas, y de inmediato daban cuenta en reportes mecanografiados del nombre y número de asistentes, los discursos y el tono en que se ofrecían, así como de las futuras acciones.
Todo consta en copias al carbón que por el tiempo se han tornado borrosas. También hay originales con el membrete de Segob en papel azul ya desteñido, y fotostáticas a partir de 1975; pero cada informe fue escrito bajo el anonimato.
Los documentos están firmados únicamente con las iniciales del agente y, al pie, las siglas IPS (Investigaciones Políticas y Sociales).
Informe de la Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales, sobre una reunión de la Unión de Mujeres Mexicanas, celebrada el 16 de mayo de 1967.
En 1965, año del primer reporte archivado, las mujeres se concentraban en solidarizarse con países en conflicto como Vietnam o Laos, pero no tardaron volcarse a las urgencias de México. Primero denunciaron los altos precios de la canasta básica y exigieron libertad para los presos políticos; después se manifestaron por la maternidad voluntaria y el derecho a interrumpir un embarazo. Igualmente denostaron el papel de ‘objeto decorativo’ y rechazaron con fuerza el hostigamiento en la vida cotidiana.
Por una semana, y a propósito de la Marcha de las Putas a realizarse el domingo 12 de junio, Animal Político revisó el contenido de esos expedientes para acercarse a los orígenes de exigencias que aún hoy, las mujeres mantienen vigentes.
Contra el mito de la madre
La cita era el domingo 9 de mayo de 1971 al mediodía, en el Monumento a la Madre. La Unión de Mujeres Mexicanas convocó a la primera manifestación que tuvo por objeto rebelarse contra el papel de “reproductora de la especie”.
Bajo el provocador nombre de ‘Contra el mito de la madre’, y en plena víspera de la celebración del 10 de mayo, unas 50 personas respondieron a la convocatoria. Una hora después de la cita, la Secretaría de Gobernación redactó un breve informe en el que se lee:
“La protesta contra el ‘mito a la madre’, anunciada para hoy, fue suspendida al no conceder permiso para su realización la Secretaría de Gobernación, y por no haber asistido la gente suficiente para efectuar la protesta”.
Invitación a la protesta del 9 de mayo de 1971.

A pesar de ello, la Unión de Mujeres Mexicanas consideró que la convocatoria era suficiente para protestar. El breve documento relata que los asistentes repartieron volantes y dieron vueltas por el Parque Sullivan con cartelones que llamaban a las madres a “independizarse de la sociedad”.
Informe de la marcha ‘Contra el Mito de la Madre’, celebrada en mayo de 1971
“La madre casada y la madre soltera sólo se distinguen por el anillo”, rezaba una pancarta. Minutos después, la manifestación se disolvió.
A la mañana siguiente, sólo el diario El Día dio cuenta de lo sucedido, con una nota breve y muy parecida al informe interno de Gobernación.
¿Iguales? No siempre
“El varón y la mujer son iguales ante la ley”. La frase epítome del artículo 4 de la Constitución, no existía hace 37 años.
En 1974, el entonces Presidente Luis Echeverría emprendió varias reformas constitucionales en favor de las mujeres.
Además del artículo cuarto, reformó el quinto, que permitió a las mujeres desempeñar cualquier profesión lícita, y el 123, que permite las ausencias antes y después del parto.
Pero los grupos feministas no se quedaron conformes. El mismo día en que la Cámara de Diputados aprobó las reformas, organizaciones como Insurgencia Nacional de Mujeres enviaron una carta al Presidente para dejar en claro su insatisfacción.
La Dirección de Investigaciones Políticas y Sociales (DGIPS) archivó una nota del diario El Día, publicada en diciembre de aquel año. En ella, las feministas pedían la creación de un organismo dedicado a los problemas de la mujer (petición que se atendió 27 años después, con la creación del Instituto Nacional de las Mujeres), libertades legales para planear a la familia y abortar, entre otras exigencias.

La cigüeña, en la lona. Titular del diario Ovaciones el 6 de diciembre de 1976
La burla de las ‘liberadas’
Tres años después de la tímida protesta contra el mito de la madre, la convocatoria se repitió y esta vez, con mayor éxito.
En tres cuartillas, fechadas el 9 de mayo de 1974, la DGIPS detalla frases dichas por las oradoras de aquel mitin, como las pronunciadas por la autora del libro ’10 de mayo’, Martha Acevedo.
“La mujer tiene un papel inferior en esta sociedad, pues su única misión real es la de dar a luz a vástagos que no tienen futuro claro y definido”.
“Estamos hartas de que se nos glorifiquen únicamente como madres, negándonos todas nuestras otras posiblidades”, fue otra de las frases pronunciadas en el mismo discurso.
*Foto 6 Pie: Detalle del informe de la DGIPS el 9 de mayo de 1974*
En la protesta –cuenta el informe– se “ridiculizó” y “criticó” el papel que jugaban en la sociedad  los militares, los curas y los dirigentes del PRI; ello, por una sátira teatral que hicieron las organizadoras para denunciar la discriminación que recibían de todos ellos.
Detalle del informe de la DGIPS el 9 de mayo de 1974.
Al día siguiente, en el diario El Universal, el titular fue: “Las ‘liberadas se burlan de la mexicana abnegada en el Monumento a la Madre”.
La mayoría de las asistentes, cuenta la crónica, fueron “jóvenes, en su mayoría universitarias, vestidas con pantalones de mezclilla, playeras, cabellos largos y sin brassiere”.
Imagen de la protesta del 10 de mayo de 1974, publicada en El Universal.

No al reinado de la belleza, sí al derecho a decidir
Invitación a la protesta contra el certamen ‘Señorita México’.
A partir de aquella protesta, los grupos feministas se aseguraron la atención la atención de los periódicos, pero también, el seguimiento más cercano de la DGIPS. La lucha por el aborto se reforzó con la celebración de las primeras jornadas sobre el tema en 1976 y 1977.
Junto a la legalización del aborto, las feministas también se volcaron contra los concursos de belleza. El 28 de mayo de 1978, afuera del Auditorio Nacional, un grupo de mujeres protestó contra la celebración del concurso ‘Señorita México’.

Una nota periodística del diario El Día, cuenta que, las jóvenes expusieron que la mujer es degradada en los concursos a un simple objeto sexual “de acuerdo con los modelos comerciales que impone la moda extranjera”.
Resguardadas por agentes de policía, las manifestantes “demandaron que la belleza física no sea utilizada para restarle a la mujer su calidad de ser pensante y exhortaron a rebelarse contra todo acto que trate hacer de la mujer un mero objeto sexual”.

Crónica del periódico ‘El Día’, publicada el 29 de mayo de 1978.
Los tiempos eran favorables a las demandas de las feministas; sobre todo, a las relacionadas con la reproducción. En 1974, demográfica obligó al Gobierno a lanzar una campaña de control natal (aunque las crónicas cuentan que en su lanzamiento, no hubo una sola mujer en el estrado) y dos años después, en 1976, México vio descender por primera vez el índice de natalidad.
La victoria de las feministas en el acceso gratuito a métodos anticonceptivos fue una victoria, pero también contribuyó a que la vigilancia de Gobernación se diluyera poco a poco y las protestas, sobre todo las que se hacían a favor de la interrupción del embarazo, se normalizaran con el tiempo.
Hacia principios de los 80, los informes se fueron haciendo más esporádicos y dejaron de archivarse folletos con canciones de protesta, como la entonces popular ‘Estamos hartas’, que se cantó en varios mítines. En un viejo panfleto con la letra, impreso en 1978, se lee una estrofa que resume la lucha que hoy ha dejado de ser clandestina: “Estamos hartas/de ser clasificadas/putas o coquetas/o madres abnegadas/basta con la historia/de la virginidad/queremos ya/nuestra sexualidad”.

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