martes, 4 de enero de 2011

TALLER MLN 8 Y 9 DE ENERO DE 2011. Monterrey 50, Col Roma, México, D.F.





Taller de Formación Política                     

8 y 9 de enero de 2011. De las 10 am a las 8 pm               
Monterrey 50, Col. Roma


Presentación

Dividimos los trabajos del Taller de formación política en dos apartados: el relativo al diagnóstico de la coyuntura y a la metodología del análisis político en primer lugar y otro referido a la discusión sobre el instrumento político o el partido.
Para la primera parte iniciamos con la discusión sobre en un conjunto de informaciones que dan forma a la “situación”· nacional e internacional. Para ello usamos a modo de soporte una serie de datos y opiniones, que si bien no abordan todos los temas relevantes del momento actual, si dan idea de la dimensión de la crisis que estamos viviendo y de sus derroteros inmediatos. A partir de esos datos queremos ensayar un ejercicio en el que los participantes adelanten sus propias opiniones, las que más adelante serán reinterpretadas en el contexto del modelo o metodología del análisis político de las coyunturas.
En la segunda parte se entra de lleno a la discusión del partido, de su necesidad y viabilidad en la situación presente. Al final del Taller haremos una reflexión inicial sobre la lucha por la presidencia y los ejes del plan de trabajo para el año 2011. Sobre el tema de la disputa por la presidencia vamos a circular dos materiales que no pensamos agotar en el taller de los días 8 y 9 de enero.

I. Coyuntura política (armar el rompecabezas)

México
p.   2-26
Internacional
p. 27-41
Diagnostico político de la injusticia (…)

p. 42-48
II. Metodología para el análisis de Coyuntura

Guía  metodología (…)
p. 49-51
Análisis de situaciones (…)
p. 51-55

III. Partido

La formación de los intelectuales
p. 56-60
Notas sobre Maquiavelo (…)
p. 60-63
Instrumento político (…)
p. 64-86





 


Coyuntura política
(Armar el rompecabezas)

México
Los menores, el sector más golpeado durante la reciente crisis económica
Karina Avilés
Periódico La Jornada
Lunes 27 de diciembre de 2010, p. 12
In forme elaborado por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Antes de la crisis económica gran parte de los niños y adolescentes “ya vivía en condiciones de mayor pobreza” en comparación con la población adulta, pero con los desequilibrios financieros los efectos negativos se dispararon.
El porcentaje de familias que tuvieron dificultades para llevar a sus hijos al médico creció de 19 a 28 por ciento; aumentó de 20 a 27 por ciento el de las que tuvieron problemas para enviar a sus hijos a la escuela, y pasó de 27 a 44 por ciento el de aquellas que enfrentaron dificultades para comprar artículos escolares, libros y uniformes. Por estratos socioeconómicos, la población más afectada es la de menores recursos, al aumentar de 30 a 41 por ciento el porcentaje de familias que tuvieron dificultad para enviar a los niños a la escuela. En contraste, en un sector más favorecido ese porcentaje creció sólo tres puntos, de 13 por ciento en 2008 a 16 por ciento en 2009.
El estudio La niñez y la adolescencia en el contexto de la crisis económica global: el caso de México advierte además que previo a la crisis económica, 44.2 por ciento de la población mexicana, es decir, 42.7 millones, enfrentaba una situación de “pobreza multidimensional”. Entre los niños la cifra ascendía a 53.3 por ciento, esto es, casi 21 millones de menores en esas condiciones.
Mientras entre la población de recién nacidos a 17 años la “pobreza multidimensional extrema” llegó a 13.1 por ciento, lo que significa 5.1 millones de niños y jóvenes, el indicador para la población en general era de 10.5 por ciento.
Destaca que con la debacle económica, en uno de cada dos hogares los ciudadanos dijeron haber tenido dificultades para comprar ropa y calzado a los niños, mientras que en 2008 la cifra era de 35 por ciento. En 66 por ciento de los hogares se afirmó que se ha tenido que comprar menos comida o buscar alimentos más baratos.
De igual forma, el número de hogares que reportó problemas para llevar a los niños al médico o comprarles medicinas creció de 35 por ciento en 2008, a 47 por ciento en 2009, en el caso de las familias más pobres. En el de un estrato social más alto aumentó de 12 a 19 por ciento.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) señaló que en México, datos oficiales indican que hay más de 3.6 millones de menores de cinco a 17 años de edad que son trabajadores, de un total de 29.2 millones en este rango de edad.
Esto significa, alertó, que 12.5 por ciento de esta población infantil –uno de cada ocho– labora. De ellos, 69 por ciento tiene entre 14 y 17 años, y 1.1 millones –31 por ciento del total– entre cinco y 13 años, por lo que no han cumplido la edad mínima para emplearse, como señalan la Constitución y la Ley Federal del Trabajo.
Niñez indígena en México
Las niñas, niños y adolescentes indígenas en México constituyen la población con mayores carencias y el menor grado de cumplimiento de sus derechos fundamentales. Según la información más reciente de Conapo, hay alrededor de 13.7 millones de personas indígenas en el país, de los cuales 6.7 millones son hombres y 6.9 millones son mujeres,  pertenecientes a 62 diferentes grupos étnicos. Las agrupaciones mayores son los náhuatl y los mayas. El 76.1% de la población de habla indígena vive en pobreza.
Los estados con mayor número de indígenas son los del sur y sureste del país, es decir,  Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Yucatán y Puebla, con un total de 7.3 millones.  La mayoría de las casi 25,000 comunidades indígenas suelen ubicarse en zonas de difícil acceso, lo cual repercute en la exclusión escolar y en el incumplimiento de otros derechos de los niños indígenas.
El 33.2% de los niños indígenas menores de 5 años sufría de baja talla en 2006, en comparación con el 12.7% de todos los niños de esa edadLa tasa de mortalidad infantil de la población indígena es 60 por ciento mayor que la de la población no indígena.  El incumplimiento de los derechos básicos de los niños indígenas también se refleja en su bajo nivel de logros educativos. Se estima que la tasa de analfabetismo entre los pueblos indígenas es cuatro veces más alta (más de 26% de la población de 15 años y más) que el promedio nacional (7.4%).  Una de cada tres escuelas primarias generales es multigrado, mientras que dos de cada tres escuelas indígenas son multigrado, es decir, sus docentes atienden más de un grado.  En 2005, apenas el 13 % de los estudiantes del 6to. grado de primaria en las escuelas indígenas se encontraba en el grupo más alto en términos de comprensión lectora, comparado con el 33% de promedio nacional. El 51% se encuentra en el nivel más bajo (el promedio nacional es de 25%). 
Muchos niños y niñas indígenas dejan de ir a la escuela porque tienen que comenzar a trabajar a una edad muy joven. Según un estudio del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) sobre el trabajo infantil, 36% de los niños indígenas entre 6 y 14 años de edad trabajan, el doble que el promedio nacional calculado en 15.7%.
Los pueblos indígenas también tienen un índice particularmente alto de migración interna hacia las zonas agrícolas en el norte de México. Se estimaba que en 2003 el 48.7% de los niños que trabajaban como jornaleros agrícolas hablaban alguna lengua indígena  y el 42.9% no asisten a la escuela. 
Otro importante factor para no asistir a la escuela es la temprana vida en familia que asumen los niños indígenas. Hay una diferencia significativa entre el porcentaje de mujeres indígenas que se casó antes de los 15 años de edad (casi 5%) comparado con las mujeres no indígenas (2%). Asimismo cerca del 24% de las mujeres indígenas se casó antes de los 18 años de edad, mientras que el 15% de las mujeres no indígenas lo hizo a esta edad.

Jóvenes NINIS
La Jornada sep8/2010
Carlos Fernández-Vega
Informe elaborado por la OCDE (Panorama de la educación 2010). “El 45 por ciento de los jóvenes de entre 15 y 19 años en México no estudia ni trabaja.
Para los ninis el inquilino de Los Pinos encontró una explicación científica del por qué de su lamentable circunstancia: eso les pasa por “no creer en Dios”, amén de ser “esquizofrénicos”, como diría el creativo secretario de Desarrollo Social, Heriberto Félix Guerra.
Casi tres semanas atrás y por instrucciones de Los Pinos, las secretarías de Gobernación y de Educación Pública divulgaron un comunicado conjunto en el que afirmaron  (que “sólo existen 285 mil ninis” en el país.
El propio José Narro Robles, rector de la UNAM, ha subrayado que “es una vergüenza que tengamos 7.5 millones de jóvenes en esta situación, fundamentalmente porque no hay oportunidades para ellos…
Ahora es la OCDE –a la que pertenece México– la que tira al suelo las rosadas cifras divulgadas por la Segob y la SEP: “el 45 por ciento de los jóvenes de entre 15 y 19 años en México no estudia ni trabaja.
La crisis económica reciente afectó principalmente a los jóvenes con un nivel de educación bajo, generando un aumento de cerca de cinco puntos porcentuales de la tasa de desempleo entre 2008 y 2009 para los alumnos que no completaron los estudios de preparatoria”.
No sólo eso. La OCDE advierte que de los países de la organización, en México “el alumnado es el que menor número de años espera permanecer escolarizado… Los países que tienen un menor porcentaje de gasto anual (con respecto al PIB) en instituciones educativas por alumno para todos los servicios destaca México (18 por ciento)… La proporción más elevada de alumnos por maestro la tiene México en todos los niveles

Crisis Alimentaria
La jornada septiembre/27/2010
Carlos Fernández-Vega
Un par de años atrás, la FAO denunciaba que el brutal incremento de precios en estos productos fue resultado de la especulación, no de la escasez. El mismo organismo da cuenta que de julio a septiembre de este año los precios internacionales del trigo aumentaron hasta 80 por ciento y del maíz 40 por ciento. Los del arroz, en cambio, tuvieron un comportamiento moderado, al subir 7 por ciento en estos meses. Estos tres granos constituyen la base de la pirámide alimentaria en todo el mundo. Ayer en una reunión especial en Roma para analizar la situación alimentaria, los expertos señalaron que los incrementos en los precios de los cereales en los días recientes responden a la especulación, más que al comportamiento del mercado”, es decir, lo mismo que se denunció un bienio atrás, cuando los precios de los alimentos básicos se incrementaron 275 por ciento, en promedio.
 “El documento Perspectivas para las cosechas y la situación alimentaria, publicado el pasado viernes por la FAO, reporta que el incremento en el precio de los cereales se ha traducido en el encarecimiento de los alimentos en todo el mundo, sobre todo en los países pobres que importan esos granos y que requieren ayuda internacional”. En los hechos alrededor de mil millones de ellos en el planeta sufren hambre crónica.
La FAO no terminaba de apagar la alarma por la “primera crisis mundial de los alimentos”, cuando ya enciende los focos rojos de la “segunda crisis”.
En México el estómago nacional depende en grado sumo de la importación de alimentos; alegremente exporta lechugas y acelgas, pero importa crecientes volúmenes de carne, leche, huevo, pescado (con más de 10 mil kilómetros de litorales), cereales y demás. Traducido al castellano, México es importador neto de alimentos, el 50 por ciento de lo que come viene de afuera, y corre el riesgo de ser zarandeado, una vez más, por los precios internacionales, de nueva cuenta acicateados por la especulación.
En los últimos tres quinquenios (1995-2010, los años del TLCAN), México incrementó en 400 por ciento las importaciones de alimentos, a la par que de los bolsillos nacionales salieron alrededor de 175 mil millones de dólares (algo así como 2.27 billones de pesos al tipo de cambio actual) para pagarlas, las cifras aparecen en la estadística del autodenominado cuarto informe de gobierno de Calderón.
México ha logrado reunir los cuatro elementos necesarios para una explosión a gran escala: campo en el abandono, adquisición masiva de alimentos en el mercado internacional (principalmente Estados Unidos), inacción gubernamental y feroz alza especulativa.
La estadística oficial aporta los siguientes resultados: en 1980 México importaba 27 por ciento del consumo nacional de arroz; hoy, 75 por ciento. En igual lapso, 18 por ciento del maíz (actualmente 25 por ciento) y 10 por ciento de trigo (42 por ciento en 2010). La importación de carne en canal bovino se incrementó 281 por ciento de 1990 a 2010; la de porcino, 378 por ciento; la de aves, mil 35 por ciento; la de huevo, 185 por ciento, y así por el estilo. Se estima que en 2010 se gastarán 20 mil millones de dólares para importar alimentos, monto mayor al que se destina a la educación.
Un reciente análisis de la Cámara de Diputados advierte que el incremento en el precio del trigo ha repercutido en los precios del maíz, el arroz y el sorgo, al ser alimentos sustitutos del primero y orientarse la demanda hacia esos cultivos. Ello ha generado incrementos de 6.1, 6.5 y 4 por ciento, respectivamente, entre la primera y última semana de agosto (de 2010).
Se espera que las importaciones de arroz representen en 2010 el 74.1 por ciento del consumo nacional aparente, de soya 94.5 por ciento del consumo nacional aparente; mientras para el maíz sean de 24.6 por ciento, para el sorgo de 25.6, y para el trigo, de 45 por ciento.
No se sorprendan, mexicanos panzones, si el inquilino de Los Pinos vuelve a salir con su historia de que la explosiva alza en los precios de los alimentos se debe a que los chinos son muchos y comen más (versión calderonista sobre las “causas” de la “primera crisis mundial de los alimentos”, 2007-2008).

Desempleo
La jornada 3 de septiembre de 2010
Carlos Fernández-Vega
A la usanza foxista, el inquilino de Los Pinos sumó y sumó empleos, pero nunca restó las bajas ni mucho menos consideró el incremento sostenido en la tasa de desempleo. Dijo el susodicho: “de enero a agosto de 2010 se han creado más de 630 mil nuevos empleos netos registrados en el Seguro Social. Se trata de la tercera mayor creación de empleos para un periodo similar en la historia del país. Ya hemos recuperado, incluso, los empleos perdidos en la recesión, porque hoy las cifras del Seguro Social están por encima del punto máximo que alcanzaron en 2008”. De la manga se sacó 118 mil empleos formales en el octavo mes del año, justo cuando la de por sí aletargada economía comienza a reportar descensos en sus principales indicadores.
Como se ha comentado en este espacio, a lo largo de su estancia en Los Pinos la generación de empleo formal a estas alturas debería sumar a alrededor de 4 millones 500 mil puestos de trabajo para atender la demanda real; presume 630 mil, lo que se traduce, ya con las cifras actualizadas, en que sólo 14 de cada 100 mexicanos en edad y condición de laborar pudieron colocarse en la economía formal en los 45 meses que Calderón lleva sentado en la residencia oficial.
¿Cuál es la situación real en materia de empleo en el país? Lo documenta el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad de Economía de la UNAM, en su análisis Empleo y desempleo durante el desgobierno de Felipe Calderón 2006-2010, en el que subraya: “podemos afirmar que para junio de 2010 el total de la población desempleada en México sumó 8 millones 83 mil 471 personas (3.2 tantos más que las cifras oficiales). Y que la tasa real de desempleo es de 15.3 por ciento y no de 5.3 por ciento que marca la tasa de desocupación oficial (el comportamiento de la tasa de desempleo durante la gestión de Felipe Calderón se muestra en la gráfica que se publica en esta página).
El CAM ha construido una tasa de desempleo para México partiendo del reconocimiento que en el país ese indicador no se mide de acuerdo con los parámetros de la Organización Internacional del Trabajo, lo que le permite al Inegi encubrir, para el segundo trimestre de 2010, a 5 millones 597 mil 546 personas “disponibles” que no reporta como desempleadas junto a los 2 millones 485 mil 925 que sí reconoce como desocupados, y explica que el mismo Inegi reconoce que la tasa de desocupación no mide el desempleo.
Si en mayo pasado el gobierno federal califica como el “mayor logro” en 17 años la recuperación, hasta ese momento, de 382 mil plazas de entre 701 mil perdidas, ¿cómo habría de calificarse que en lo que va del sexenio sólo en el subsector informal de los hogares el empleo se haya incrementado en un millón 444 mil 329 personas, lo que representa un aumento de 11.24 por ciento? Además, respecto de la población ocupada, el total de trabajadores informales representaba 54.1 por ciento a finales de 2006, en comparación con el 55.04 por ciento que representa en este año. Entonces, se pregunta el CAM, “¿cómo es posible que México, con una tendencia de la tasa de crecimiento del PIB que difícilmente ha rebasado el 3 por ciento en los últimos años, tenga una tasa de desempleo menor que la mayoría de los países miembros de la OCDE? (como presume Javier Lozano Alarcón). Considerando que para el crecimiento y desarrollo de una economía es fundamental la creación de nuevos y mejores empleos, el mayor crecimiento del PIB permite generar mayores empleos”.
Por lo anterior, pregunta: “¿por qué mientras en México para 2009 la tasa de desempleo, según el gobierno federal, fue de 5.4 por ciento, en Estados Unidos fue el doble, es decir 10.4%? Existe una contradicción entre la caída del PIB (-6.5 por ciento) de la economía mexicana en contraste con la de Estados Unidos que creció 0.9 por ciento del PIB. Este mismo comportamiento es prácticamente igual en casi todos los países de la OCDE; es decir, en todos los países creció el desempleo en función del crecimiento de la economía. La realidad muestra que el comportamiento del desempleo existe independientemente de la estadística y de su manipulación”,
Y para redondear el panorama, el CAM subraya que la mayor tasa de desempleo se registra en el norte de la República, donde coincidentemente el gobierno federal prefiere desplegar al ejército antes que atacar la pobreza (por ejemplo, en Chihuahua afecta a 20.3 por ciento de la PEA; en Sonora, a 19.9; en Coahuila, a 18.4, y en Baja California a 13.6, de acuerdo con los parámetros de la OIT).
Salarios-Poder Adquisitivo
La Jornada diciembre 16/10
Carlos Fernández-Vega
La Organización Internacional del Trabajo ha confirmado que México ocupa el penúltimo lugar en América Latina, y uno de los más bajos del mundo, en lo que se refiere a poder adquisitivo del salario mínimo, sólo arriba de Guyana, pero abajo de Nicaragua (en el caso latinoamericano), y en niveles similares a los registrados en Gabón, Mauricio, China (aunque esta nación está ligeramente por encima del nuestro) y Kazajistán. Para no ir más lejos, Haití se ubica varios escalones arriba en dicho indicador.
México aparece colocado en la citada posición, no sin subrayar que desde 1982 el salario mínimo real en el país registra pérdida constante. De hecho, en 2009 los países de América Latina donde los salarios crecieron por debajo de la inflación fueron México, Guatemala y Venezuela. En el resto de la comunidad latinoamericana se reportaron alzas reales, incluso de 10 tantos por arriba del avance de los precios, como en el caso de Honduras, o del doble de la inflación en el de Brasil.
Pero no sólo eso. El informe de la OIT advierte que en México la participación de los salarios en el ingreso total se desplomó 9.6 puntos porcentuales en términos reales del sexenio de Miguel de la Madrid al de Felipe Calderón (casualmente el periodo neoliberal), al pasar de 39.5 por ciento entre 1980 y 1985, a 29.9 por ciento en el lapso 2004-2007, lo que confirma no sólo la tendencia predominantemente negativa a largo plazo en la participación de los salarios, sino que los beneficios y la redistribución del ingreso se han fortalecido, pero abiertamente a favor del capital, subsidiado por la masa trabajadora. Tal proporción, a precios actuales del producto interno bruto, equivale a casi un billón 300 mil pesos.
El informe señala que si bien el crecimiento salarial se desaceleró, se mantuvo consistentemente positivo en Asia y América Latina (salvo en México), aunque otras regiones experimentaron caídas en los salarios reales en ciertas etapas durante la crisis. En los países avanzados, los salarios reales disminuyeron 0.5 por ciento en 2008, pero subieron 0.6 por ciento en 2009; en Europa Central y del Este declinaron 0.1 por ciento en 2009. “Tal vez lo más dramático fue la caída del poder adquisitivo de los salarios en 2.2 por ciento en 2009, en Europa del este y Asia central.
Se puede observar el hecho de que un número significativo de países donde la productividad laboral declinó, presentaron no obstante un crecimiento salarial promedio positivo. Asimismo, la mayoría de los países para los cuales se dispone de datos experimentaron un aumento a corto plazo en la participación de los salarios en el PIB entre 2007 y 2009 (México no está en el inventario).

Migración
Notimex Publicado: 01/01/2011 12:52
El flujo de migrantes mexicanos hacia Estados Unidos en los últimos años, según el Banco Mundial ascendió a 11 millones 600 mil personas, y es el más importante del mundo. El segundo sitio lo ocupa India, con 11 millones 400 mil migrantes, seguido de la Federación Rusa con 11 millones 100 mil y China, con ocho millones 300 mil.
En tanto, las remesas recibidas por México, equivalentes a 22 mil 600 millones de dólares, casi 4 mil menos que en 2008, ubicaron al territorio nacional como el tercer destino que más remesas recibe en el mundo, detrás de India y China
En su “Anuario de migración y remesas 2010”, la institución financiera internacional detalló que en el año recién concluido, los flujos internacionales de remesas fueron del orden de los 440 mil millones de dólares, sin contabilizar las que circulan por canales informales.
En términos económicos, el país que más remesas recibió en 2010 fue India, con 55 mil millones de dólares, seguido por China, que llegó a 51 mil millones y México, con 22 mil 600 millones.
Entre los 10 países con mayor movimiento en la región, el primer sitio lo ocupa México, seguido por Colombia, Brasil y El Salvador.

Inmigración, seguridad, responsabilidades
Editorial de La Jornada, 30-08-2010

El asesinato de 72 migrantes extranjeros asesinados en Tamaulipas ha puesto a la vista las condiciones de desamparo, segregación, abuso y riesgo que enfrentan los centro y sudamericanos indocumentados en su paso por México.
En la circunstancia presente, la persistencia en nuestro país de expresiones de racismo, xenofobia y maltrato contra los inmigrantes, por parte de autoridades y ciudadanos, se agrava por un panorama de violencia generalizada en el que se han potenciado, a velocidad pasmosa, los casos de vejaciones, abusos, secuestros y asesinatos contra los extranjeros indocumentados.
 Adicionalmente, la indolencia y la impunidad que recorren las instancias del poder público respecto de estos crímenes han provocado que surjan en la sociedad sospechas sobre la connivencia entre agentes gubernamentales y bandas de delincuentes para lucrar con el tráfico de personas, y la existencia de responsabilidades, así sea por omisión, de las autoridades correspondientes en estos episodios.
Mucho más clara es la relación entre la creciente vulnerabilidad de los extranjeros indocumentados en México y la aplicación, por parte del gobierno de nuestro país, de un enfoque de seguridad pública y nacional que plantea un escenario propicio para el atropello y la persecución contra los inmigrantes centro y sudamericanos. El correlato de lo anterior es la suscripción de la llamada Iniciativa Mérida, un acuerdo de cooperación bilateral en materia de seguridad que prevé combatir, sin distinción, el narcotráfico, la inmigración ilegal y el terrorismo.
Significativamente, fue en el contexto de las negociaciones de este acuerdo con Washington, hace casi tres años, que el gobierno mexicano activó varios mecanismos para controlar la frontera sur y reducir su porosidad para el tránsito de indocumentados, así como el tráfico de armas y drogas. Todo ello a pesar de que, como se señaló ayer en este espacio, la carencia de documentos migratorios no constituye, en México, delito alguno: es considerada, en cambio, una falta administrativa, sin más sanción que multas equivalentes a entre 20 y 100 días de salario mínimo. El colofón es ineludible: las autoridades migratorias del país han asumido, en la práctica, un papel muy parecido al de la Policía Fronteriza estadunidense, con la diferencia de que las acciones para impedir el flujo de migrantes indocumentados hacia la nación vecina del norte se realizan en territorio nacional, y por agentes del gobierno mexicano.
La práctica de las autoridades de México en materia migratoria reviste, pues, un vínculo inocultable con la política de seguridad adoptada y mantenida por el calderonismo desde los primeros meses de este sexenio: en ambos casos, Washington ha logrado trasladar fuera de sus fronteras el desarrollo de acciones para contrarrestar fenómenos que, en la lógica de la superpotencia, están relacionados –la migración indocumentada y el narcotráfico–, y ello ha representado para México un costo incalculable en vidas, afectación de las garantías básicas y deterioro y descrédito institucional.

Perspectivas económicas 2011
La jornada octubre/19/2010
Carlos Fernández-Vega
Aún si la economía mexicana reportara un crecimiento de 4.5 a 5 por ciento durante 2010, el balance de resultados en el cuatrienio calderonista mantiene al país al borde del desastre, toda vez que la tasa anual promedio de “avance” fluctuaría entre 0.6 y 0.75 por ciento, en el mejor de los casos. De hecho, con todo y el ficticio entusiasmo de Los Pinos, a estas alturas ninguno de los presuntos incrementos en los principales componentes de la economía nacional alcanza siquiera para empatar lo registrado a principios de 2008, cuando el entonces secretario de Hacienda, Agustín Carstens, tuvo a bien hacer pública la tesis del “catarrito”.
Para el afamado doctor “catarrito” Agustín Carstens –hoy gobernador del Banco de México–, 2011 no será un año del todo bueno, pues la economía mexicana (la misma que según Calderón se encuentra en “franca recuperación”) de nuevo entrará en lo que llamó “fase de desaceleración”, la cual “puede ser más severa en la medida en que el freno a la actividad económica mundial sea mayor; las tasas de crecimiento bajas en Estados Unidos se mantendrán por bastantes años, por lo cual se hace necesario detonar fuentes internas de crecimiento, como en la industria de la construcción y la minería
Según sus cálculos, la economía mexicana “avanzará” 3.2 por ciento en 2011, lo que hace percibir que el calderonato confirmará su logró: el peor resultado económico desde tiempos de Miguel de la Madrid, con una tasa promedio anual de “crecimiento” de 1.24 por ciento en un quinquenio.
En este contexto, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados advierte, en su más reciente balance, que la evolución reciente implica que la economía mexicana no tendrá un impulso significativo para el segundo semestre de 2010. “A pesar de que en el primer semestre de 2010 la economía tuvo un incremento anual de 5.94 por ciento, para el segundo se estima que éste sea de sólo 3.45 por ciento.
El Fondo Monetario Internacional ajustó al alza las expectativas de crecimiento económico de México para 2010, y anticipó que podría llegar a 5 por ciento. Sin embargo, modificó a la baja su previsión para 2011 al esperar un incremento de 3.9 por ciento (22 por ciento de diferencia entre un año y otro), con lo que el organismo prevé que la economía mexicana disminuya su dinámica. Para 2011, de acuerdo con el FMI, “México enfrenta importantes riesgos debido a que no cuenta con la suficiente demanda interna para compensar la caída de la tasa de crecimiento prevista para Estados Unidos.

Menor gasto para el campo
Campesinos: 89% en la pobreza
La Jornada septiembre/23/2010
Carlos Fernández-Vega
Con la creatividad y altura de mira que lo caracteriza, al gobierno calderonista no se le ocurrió mejor idea que reducir 6.9 por ciento, en términos reales, el presupuesto 2011 destinado al agro nacional, con el objetivo, de acuerdo con el discurso, de sacar de la miseria al campo y a sus habitantes, de tal suerte que para el próximo año la propuesta oficial es recortar en alrededor de 10 mil millones de pesos los dineros públicos canalizados a este sector.
Para 2011, la reducción global del presupuesto al campo (agrupado en el Programa Especial Concurrente, PEC) es de 6.9 por ciento en términos reales, pero al desglosar los contenidos se observan casos verdaderamente alarmantes. Por ejemplo, el presupuesto para el Programa de Financiamiento y Aseguramiento al Medio Rural registra un desplome de 53.3 por ciento, en términos reales, con respecto a 2010; el propuesto para Financiera Rural, una caída de 56.9 por ciento, el que se canalizaría al FIRA (Fideicomisos Instituidos en Relación a la Agricultura) de 68.8 por ciento, y el destinado a Agroasemex (Fondos de Aseguramiento de Microseguros) 45.3 por ciento.
De igual forma, la propuesta presupuestal para el Programa de Apoyo a la Inversión en Equipamiento e Infraestructura implica un desplome de 11 por ciento real, en términos generales, en comparación con 2010. Dentro de este programa se observan caídas espectaculares: sector agrícola, 49.2 por ciento; sector ganadero, 69.8; sector pesquero, 58.4; desarrollo rural, 77.6 por ciento. Por lo que toca al Programa de Apoyo al Ingreso Agropecuario (“Procampo para Vivir Mejor”) la baja es de 13.5 por ciento; los dineros públicos destinados al Programa de Desarrollo de Capacidades, Innovación Tecnológica y Extensionismo crecerían 5.5 por ciento en términos generales, pero a la hora del desglose se encuentra que el presupuesto para Innovación, Transferencia de Tecnología se hunde 81 por ciento, y 100 por ciento el correspondiente a Asistencia Técnica y Capacitación. El de Reforma Agraria se desploma 69 por ciento, pero Desarrollo Social (el citado clientelismo) se incrementa 236 por ciento, y el del Fondo Nacional de Fomento a las Artesanías (Fonart) 214 por ciento.
Los Programas de Educación, que forman parte del PEC, recibirían 0.3 por ciento menos que en 2010, pero se dan casos espeluznantes: el presupuesto para la Universidad Autónoma Chapingo se reduce 31 por ciento con respecto a 2011; el del Colegio Superior Agropecuario del Estado de Guerrero 17 por ciento menos, y el del Colegio de Postgraduados, 11 por ciento por abajo. Además, el presupuesto para los programas de infraestructura y caminos rurales se desploma 77 por ciento, y así por el estilo, amén que desaparecen ocho programas.
El citado desglose lo elaboró el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, pero ¿cuál es la situación de quienes habitan el campo mexicano? El Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM aporta lo siguiente:
Para marzo de 2010, de 33.8 millones de habitantes en el medio rural mexicano, sólo 8.1 millones se encontraban ocupadas en las actividades agrícolas y ganaderas. Del total de la población rural, y producto de la crisis, 37 por ciento no recibe ingreso (12 millones 506 mil personas); 25 por ciento obtiene hasta un salario mínimo (8 millones 450 mil); 26.9 por ciento de uno hasta dos salarios mínimos (9 millones 92 mil 200); 8 por ciento de dos hasta cinco salarios mínimos (2 millones 704 mil personas), y sólo 5.1 por ciento con un ingreso superior a cinco salarios mínimos (un millón 723 mil 800 personas).
La pérdida acumulada del poder adquisitivo de los mexicanos, durante los gobiernos de Vicente Fox y de Felipe Calderón (diciembre de 2000 hasta el primero de agosto de 2010) ha sido de 69.9 por ciento. El número de familias en el campo que no puede acceder a una canasta básica aumentó 5 puntos porcentuales. Con el incremento de los productos de la canasta básica durante los primeros tres años de Felipe Calderón, las familias que viven en el campo tienen una pérdida de 44.3 por ciento en su ya deteriorado nivel de vida. Cuando se compara el ingreso, en relación con la canasta básica (suponiendo que el salario debe tener la capacidad de compra para adquirir los bienes y servicios básicos para satisfacer las necesidades mínimas de la familia campesina), se observa una clara pérdida de poder adquisitivo por parte de las familias trabajadoras. Este factor se acentúa en la generalidad de las familias campesinas.
El número de agricultores que, trabajando arduamente en el campo, no pueden comprar la canasta básica, llega a 30 millones 48 mil 200 personas, el 88.9 por ciento de los campesinos en México no pueden adquirir la canasta básica, y quienes medianamente pueden consumir una canasta con los ingresos actuales llegan a ser únicamente 2 millones 704 mil personas.

Saqueo de divisas
 Roberto González Amador
Periódico La Jornada 26 de noviembre de 2010, p. 30
Con Calderón han salido de México 55 mil mdd: Banco de México. El monto equivale a poco más de la mitad de la reserva internacional de divisas del país. Por cada dólar de inversión extranjera directa que ingresó al país entre enero y septiembre pasados, empresarios y particulares mexicanos transfirieron al exterior dos dólares para ser abonados a cuentas bancarias o realizar negocios.
Desde que comenzó la administración de Felipe Calderón, en diciembre de 2006, y hasta septiembre de este año, la transferencia de recursos al exterior, tanto a bancos como para emprender negocios, llegó a 55 mil 503 millones de dólares, según los datos del banco central.
Es una cantidad 266 por ciento superior a la que salió del país por los mismos conceptos entre enero de 2001 y septiembre de 2004, el periodo comparable del gobierno del ex presidente Vicente Fox Quesada, que fue de 15 mil 141 millones de dólares. Para efectos comparativos, equivale a poco más de la mitad de la reserva internacional de divisas al cierre de septiembre, cuando se ubicó en 108 mil 29 millones de dólares
Entre enero y septiembre pasados, los activos financieros de mexicanos en el exterior, tanto en cuentas bancarias como en inversiones directas, se incrementaron en 14 mil 48 millones de dólares, a los que se deben adicionar otros 4 mil 880 millones de dólares que salieron del país sin que el banco central de cuenta del destino que tuvieron y que están registrados en la balanza de pagos en un renglón llamado “errores y omisiones”.
En total, la salida de recursos en los tres primeros trimestres de este año sumó 18 mil 928 millones de dólares, indicó la información del organismo.
En el periodo de enero a septiembre pasados, la inversión extranjera directa (IED) fue de 14 mil 362 millones de dólares, apuntó el banco central. De esa cantidad, sin embargo, las “nuevas inversiones extranjeras” alcanzaron 8 mil 793 millones de dólares; otros 2 mil 534 millones de dólares correspondieron a la reinversión de utilidades generadas por las firmas foráneas aquí, y los restantes 3 mil 35 millones de dólares fueron aportados por cuentas de las filiales aquí con sus casas matriz.
De acuerdo con los datos del Banco de México, el monto de capitales transferidos al exterior entre enero y septiembre pasados, 18 mil 928 millones de dólares, más que duplicaron el monto de divisas que ingresó por nueva inversión extranjera directa, que sumó 8 mil 793 millones de dólares.
Por cada dólar que ingresó de IED, empresas y particulares mexicanos sacaron dos dólares del país en el periodo de referencia.

Aumento salarial
La jornada diciembre 20/10
Carlos Fernández-Vega
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Por enésima ocasión, el Consejo de Representantes de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos abiertamente violó la Constitución. Por unanimidad”, los integrantes de esta instancia tripartita (patrones, “representantes obreros” y gobierno) se pasaron por el arco del triunfo lo establecido en la fracción sexta del 123 constitucional, que a la letra obliga a que “los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos”, algo que ni de lejos puede lograrse con un “aumento” como el por ellos autorizado para 2011, es decir, 2.30 pesos por día laborado, cantidad incluso menor en 32 centavos respecto del “incremento” aprobado para 2010.
Para dar idea de qué se trata, en la década de gobiernos panistas (la cual, según Calderón, ha sido nada menos que orgásmica para quienes habitan este heroico país) el “aumento” promedio anual al salario mínimo ha sido de 1.79 pesos. La inflación general acumulada en esos 10 años fue de 54.35 por ciento, mientras el “incremento” al mini ingreso a duras penas alcanzó 47 por ciento, diferencia de 7.35 puntos porcentuales (casi 16 por ciento) en demérito del segundo concepto referido.
De cómo ha “evolucionado” el salario mínimo a lo largo de los últimos 30 años da cuenta la gráfica que acompaña esta entrega,  pero concretamente en el periodo de aquel personaje que en campaña prometió “fortalecer el poder adquisitivo de los mexicanos”, el ya microscópico ingreso “creció” 6.91 pesos de 2007 a 2010. La inflación acumulada en ese periodo (hasta noviembre del presente año) fue de 18.93 por ciento, contra un “aumento” de 14.08 por ciento al citado salario. Si se incluye la perspectiva inflacionaria para 2011 y la reciente decisión del Consejo de Representantes para el mismo año, entonces las cifras respectivas serían 24-25 por ciento y 18.7 por ciento, respectivamente, con lo que el boquete en el poder adquisitivo se hace cada año más grande.
Lo anterior nada tiene que ver con el idílico discurso del inquilino de Los Pinos: “Los gobiernos democráticos (los panistas, desde luego) no sólo hemos frenado la pérdida del poder adquisitivo del salario, sino que, incluso, el poder adquisitivo del salario mínimo en México ha crecido más que la inflación, ha podido recuperarse en términos reales y en términos nominales por vez primera en 40 años en el país. Y eso ha sido gracias a que hemos sido responsables. Gracias a que cuidamos a México…”.  Nada que ver con lo que ha documentado el Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM: “Hoy las familias trabajadoras en México adquieren menos alimentos que al inicio del actual gobierno, lo que ha implicado el incremento de la pobreza en el país. La caída del poder adquisitivo durante el gobierno de Felipe Calderón sigue siendo mayor que la sufrida en todo el sexenio de Miguel de la Madrid y de Carlos Salinas de Gortari…”.
Pues bien, con el “aumento” aprobado para 2011 a los trabajadores formales e informales no les alcanzará siquiera para comprar, por ejemplo, un boleto del Metro (cuyo costo es de tres pesos) o para dos bolillos (el precio unitario de este producto de la canasta básica es de un peso con 50 centavos); tampoco para un viaje en autobús del transporte público de la ciudad de México (cinco pesos) y mucho menos para un litro de leche, producto que está por encima de 10 pesos. Eso sí, podrán adquirir 270 gramos de tortilla siempre y cuando el precio de ese alimento no se incremente.
Casi 6 millones de mexicanos ganan hasta un salario mínimo (la cifra crece a 9.7 millones si se incorpora a los mexicanos oficialmente empleados, pero que no reciben ingreso, de acuerdo con la estadística del Inegi).
En fin, como se ha comentado en este espacio, la triste cuan peligrosa situación es que país sin crecimiento económico no genera empleo; población sin empleo no obtiene ingreso; población sin ingreso carece de bienestar social, y sin éste el país va directo al estallido. El 82.4 por ciento de los ocupados formales e informales en el país obtiene un ingreso de cero a cinco salarios mínimos, de tal forma que con la decisión “consensuada” de patrones, “líderes obreros” y gobierno, alrededor de 36.7 millones de mexicanos obtuvieron un “incremento” en su ingreso de cero a 11.5 pesos diarios, en el mejor de los casos. ¿Así se “reactiva” la economía y se fortalece el poder adquisitivo? No. Así se promueve el estallido social.


Desigualdad (1)
La Jornada mayo /27/2010
Carlos Fernández-Vega
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) divulgó ayer sus perspectivas sobre México: Los niveles de desigualdad en México se mantienen como los más altos de la OCDE. Una y media veces más que el promedio de la Organización, y dos veces por arriba con respecto a los países de baja desigualdad, como Dinamarca. Los ingresos medios del 10 por ciento más pobre se sitúan por debajo de los mil dólares (en paridad de compra, PPC), inferior a cualquier otro de los países integrantes. En las naciones miembros de esta agrupación, los ingresos del decil más rico son, en promedio, casi nueve veces superiores de los del decil más pobre; en México la diferencia es 25 veces superior. El 10 por ciento más pobre en México acumula cerca de 1.5 por ciento del total del ingreso disponible, mientras que el 10 por ciento más rico concentra cerca de 36 por ciento.
A pesar del progreso realizado durante las últimas décadas, la pobreza crece de nuevo. Entre 2006 y 2008 la pobreza extrema se duplicó…Las cifras oficiales sobre la pobreza absoluta aumentaron considerablemente. El alto índice de pobreza absoluta también se ve reflejado en otros indicadores de las condiciones de vida, como la tasa de mortalidad infantil –que triplica la tasa promedio de la OCDE– y un índice de analfabetismo superior al de la media de la Organización, dentro de la cual México reporta la mayor desigualdad.
México se distancia de otros países de la OCDE en la forma general de distribución del ingreso familiar disponible: la mayoría de la clase media tiene un salario mucho más cercano a los trabajadores de base que a los de la cima. Mientras que la tendencia de la década pasada (los ingresos ganan en el quintil inferior y pierden en el quintil superior) ha disminuido las desigualdades, el reto es acelerar las percepciones de los grupos de menores ingresos en un contexto de recuperación en el ingreso real per cápita. Dado que la población mexicana es relativamente joven, los niños representan aproximadamente la mitad de todo el sector afectado por la pobreza. Así, la probabilidad de que la pobreza tenga consecuencias duraderas es más alta en México que en otros países de la OCDE. La pobreza entre la población de mayor edad se acentúa entre los más ancianos. La tasa de pobreza entre las personas de 75 y más años (31 por ciento) es casi el doble del promedio. Además, como la población mexicana está envejeciendo, existe el riesgo de que aumente la proporción de ancianos pobres.
El sistema de protección social de México sigue siendo limitado, dejando desprotegidos a la mayoría de sus ciudadanos vulnerables. El gasto público social como proporción del PIB ha aumentado desde menos de 2 por ciento en 1985 a 7.4 por ciento en 2005, pero sólo supone poco más de un tercio del nivel observado en otros países de la OCDE. La proporción del gasto público en programas sociales con respecto al PIB de México es modesta, no sólo en términos absolutos, sino también en términos de PIB per cápita. Las transferencias sociales consiguen poco a la hora de reducir la pobreza en México. Los apoyos públicos en efectivo constituyen únicamente 6 por ciento del ingreso familiar disponible. La mayor parte de este gasto beneficia a la parte superior de la distribución, con menos de 10 por ciento destinado al 20 por ciento más pobre de la población. Por lo tanto, es prioritario que el sistema de seguridad social sea más progresivo y amplíe su cobertura.

Oportunidades no saca a nadie de la pobreza
Periódico La Jornada Jueves 16 de diciembre de 2010, p. 40
El programa Oportunidades no saca a nadie de la pobreza y el subsidio de menos de mil pesos es un complemento que “no resuelve nada”, reconoció la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), por lo que para reducir la pobreza alimentaria a la mitad en 2012 se presentará en enero un programa para impulsar los bancos de alimentos en todo el país.
En conferencia de prensa, Raúl Ibáñez Márquez, director general adjunto de la oficina del titular de la Sedeso, Heriberto Félix, dijo que hasta ahora mediante los bancos de alimentos se abastece a cerca de un millón de personas, lo cual se puede ampliar, ya que existen 30 millones de toneladas anuales que se desperdician y podrían ser distribuidas en las zonas donde existe pobreza alimentaria, con apoyo de la dependencia.
La acción, agregó, “no acabará la pobreza alimentaria que actualmente afecta a 20 millones de mexicanos, pero hay organizaciones no gubernamentales que de forma tradicional se dedican a esto”. Apuntó que la finalidad de la dependencia es acabar en 2015 con la pobreza alimentaria, “llegar al menor nivel en la historia de México”.
Oportunidades, indicó, que abarca a una población de 34 millones de personas, sirve para “contener” el crecimiento de la pobreza y ayudar a los que no tienen capacidad de tener su propio sustento. La realidad es que “esto no saca a nadie de la pobreza, es un subsidio claro y neto. Se calcula que una familia es pobre cuando tiene ingresos menores a 3 mil 500 pesos mensuales –para salir de la pobreza se requieren 10 mil pesos al mes–, el subsidio de Oportunidades no llega a mil pesos, en realidad es un complemento para las familias”.
También se refirió a las acciones que se han realizado en Ciudad Juárez, donde se ha puesto énfasis en los espacios públicos. En los polígonos más peligrosos, explicó, el primer delito es cometido mayoritariamente por niños de 13 años de edad a cambio de 500 pesos: “es una fábrica de sicarios”. Allí, las madres dicen: “adentro de mi casa está sucio, pero afuera esta peor”.

Narcotráfico
Dice Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública, que el mercado mexicano de las drogas “tiene un valor de 60 mil millones de dólares anuales”. Pues bien, 60 mil millones de billetes verdes no pueden esconderse bajo el colchón ni caben en el cochinito. ¿Quién los lava? ¿Quién protege a los lavadores? ¿Por qué no le han seguido la pista en lugar de echar pura bala?

DEA, organización de espionaje global; opera en 63 países
Periódico La Jornada
Lunes 27 de diciembre de 2010, p. 2
Nueva York, 26 de diciembre. La Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) se ha transformado en una organización de inteligencia global con alcances más allá de las drogas, informó hoy el diario The New York Times al citar cables diplomáticos filtrados por Wikileaks.
Los cables muestran que la DEA se ha extendido al punto que ha tenido que defenderse de políticos extranjeros que quieren utilizarla en contra de sus enemigos políticos.
Los cables esbozan la historia de un organismo que operaba a las sombras de la FBI y se ha convertido ahora en una agencia con 87 oficinas en 63 países y nexos tan cercanos con los gobiernos que mantienen en alerta a la Agencia Central de Inteligencia.

Sobre la guerra
Carlos Fazio
La Jornada, 11.01.2010
La así llamada pacificación del país —eufemismo orwelliano para la realización de lo contrario—, aunque más letal que en Irak o Afganistán, es algo distinto de una guerra. Se trata de una violencia reguladora de la economía criminal (término técnico tomado del léxico de la contabilidad ajuste de cuentas), que en la actual ofensiva policiaco-militar del Estado mexicano incorpora algunos elementos de la lucha antisubversiva.
En las postrimerías del foxismo, los operativos en Atenco y Oaxaca fueron sendos laboratorios de una guerra sicológica contra masivas protestas sociales organizadas, que vinieron a sumarse al cerco de aniquilamiento vigente en Chiapas en el área de influencia del EZLN. A partir de diciembre de 2006, con Felipe Calderón en Los Pinos, la presencia masiva de militares y fuerzas paramilitares del Estado en vastas extensiones del país, respondió al ABC de la contrainsurgencia clásica, experimentada parcialmente en el sur-sureste mexicano tras la insurrección zapatista.
Junto con prácticas propias de un Estado de excepción y bajo el argumento de la recuperación del territorio (ergo, retomar la plaza en poder de otro cártel criminal), se ha venido llevando a cabo una diseminación geográfica de las fuerzas armadas y una cuadriculación contrainsurgente del territorio nacional, aplicándose detenciones, arraigos y allanamientos sin orden judicial y estableciendo retenes con varios casos de víctimas mortales, con el objetivo encubierto de imponer un control de población de facto, así como la destrucción preventiva de organizaciones definidas desde la óptica castrense como herramientas del enemigo interno. Cabe recordar que un informe de la Sedena (La Secretaría de la Defensa Nacional en el combate al narcotráfico, 2008), proyectaba una simbiosis entre cárteles criminales y grupos armados desafectos al gobierno, a los que había que aniquilar.
Sujetos a una legalidad aparente, merced a un Congreso y un Poder Judicial cómplices y obsecuentes, en el marco de esa guerra difusa e indefinida, el Ejército y la Marina han renovado funciones similares a las de los años del plomo del diazordacismo y el echeverriísmo. Entre ellas, la inteligencia política y la acción policial, que en tiempos normales incumben a las autoridades civiles. Y es bien sabido que quien dice información dice interrogatorio y entonces tortura, lo que lleva a hacer saltar por los aires la picota de la legalidad.
Un resultado concreto de ese trabajo de limpiador de cloacas –como lo llamaba el general Massu en Argelia– es la multiplicación de denuncias por violaciones a los derechos humanos cometidas por integrantes de las fuerzas armadas. No obstante, de manera subrepticia, los militares se han venido arrogando competencias policiales y terminaron reclamando, en particular, una legislación de excepción hecha a su medida.
En nombre de hacer más eficaz la lucha contra el crimen y la subversión, el Ejecutivo federal ha elevado al Congreso iniciativas de ley que buscan eliminar las restricciones políticas de tiempo de paz y limitar las garantías de los derechos humanos universales, que (en principio) hacen ilegítimas la práctica rutinaria de la tortura, las ejecuciones sumarias extrajudiciales y la desaparición forzosa de personas, así como la existencia de escuadrones de la muerte y grupos de limpieza social, elementos, todos, propios de la guerra sucia. Un modelo político-militar que no es ni más ni menos que la matriz del terrorismo de Estado.
Cabe advertir que la guerra sucia, tal como la practicaron los franceses en Argelia, Estados Unidos en el sureste asiático y los regímenes de seguridad nacional en Centro y Sudamérica, entraña la emergencia de una ideología reaccionaria y antirrepublicana, incluso una deriva fascista, en el seno de la institución militar, que la impulsa a reivindicar el ejercicio directo del poder según un programa en el que la dictadura es erigida a rango de arma de guerra. Según la experiencia, en esos regímenes el enemigo subversivo y la población que le da apoyo constituyen los objetivos que se deben intoxicar propagandísticamente, persuadir o aniquilar por todos los medios.
En ese contexto, el asesinato de la luchadora social Josefina Reyes en Ciudad Juárez; los homicidios de testigos protegidos, como el ex agente federal Édgar Bayardo (¿fuego amigo?); el suicidio inducido (o la eliminación) de Jesús Zambada, quien apareció ahorcado en un recinto de la PGR, así como el medio centenar de balas que terminaron con Arturo Beltrán Leyva, permiten constatar la presencia de algunos rasgos típicos del terrorismo de Estado. Verbigracia, en el caso de la exposición pública del cadáver de Beltrán, exhibido como trofeo y con mensajes en código entre pares, todo indica que se trató de una ejecución con valor ejemplarizante que sigue los cánones de la guerra sucia, según los cuales se debe terminar con los heridos y asesinar vencidos o sospechosos en represalia por la muerte de soldados o para vengar camaradas. No se trata de una falla del sistema, sino de una ejemplaridad al margen de la ley, que desnuda a los ejecutores y al Estado mafioso.
Así como la tortura y la desaparición forzosa (hoy levantones) son factores esenciales de la lucha contrainsurgente, la exposición pública de cadáveres de enemigos –o narcos, da igual– es una técnica de la guerra sicológica. A lo que se suman el helicóptero como instrumento de combate, el espionaje masivo, los autoatentados y sabotajes, los vehículos sin placa, las cárceles clandestinas. Muchos de esos elementos reaparecen en México, incluida la importación, ahora, de los falsos positivos (en Colombia: civiles detenidos y asesinados por el Ejército, que se hacen pasar por guerrilleros muertos en combate) y la cédula de identidad biométrica de impronta estadunidense.

Terror e imperio
John Saxe-Fernández
“Le pagamos a mexicanos para que maten a mexicanos y esta carnicería no afecta ni el suministro de drogas ni los precios”. Éste es el meollo del programa “antidrogas” o “contra el crimen organizado” auspiciado por Estados Unidos bajo la “Iniciativa Mérida” (IM) en México y Centroamérica, según Charles Bowden y Molly Molloy, en un nítido estudio sobre “Quién está detrás de las 25 mil muertes en México?” (The Nation, 23/VII/2010). Con una factura de 1.4 mil millones de dólares, la IM, igual que el Plan Colombia (PC) es un diseño castrense, paramilitar y mercenario, de invasión y ocupación que incluye, de manera ostensible, el control estadunidense de las políticas de seguridad del “Estado-cliente” sobre su jurisdicción territorial, muestra notable de las continuidades entre demócratas y republicanos.
Iniciado por Bill Clinton, el PC se orientó, por medio del terror castrense y paramilitar: 1) al brutal desalojo de campesinos y pequeños y medianos propietarios, de vastos y fértiles territorios ricos en recursos naturales, a favor de latifundistas, agrobusiness y empresas forestales, carboníferas, mineras, petroleras; y 2) a fragilizar el Estado-nación, encargándole el trabajo sucio, bajo supervisión de Estados Unidos, acentuando su dependencia de los instrumentos de proyección y dominio: los Comandos Sur y Norte del Pentágono, la CIA-DEA y el FMI-Banco Mundial/BID. Subrogados a la Casa Blanca por medio del Departamento del Tesoro, estos últimos inducen la privatización/extranjerización de entes públicos, universidades y patrimonio nacional.
Junto a diseños de integración comercial y de inversión, tipo ALCA, Clinton y Bush II ampliaron el PC a las naciones andinas y desde 2007, bajo la IM, a México y Centroamérica. Como es natural el clima de terror y los resultados son semejantes: el jesuita Javier Giraldo calcula que entre 1988 y 1995 más de 60 mil colombianos fueron asesinados, la mayoría a manos del ejército y de cuerpos para-militares o escuadrones de la muerte que operan bajo dirección estatal. Al inicio de 2010 en la aldea La Macarena se descubrió una tumba colectiva, reminiscencia de la era nazi, con al menos 2 mil cadáveres que, según fuentes locales, el ejército acumuló desde 2005. Ahora, dice Giraldo, el procurador general investiga 150 mil “asesinatos extrajudiciales por paramilitares, de 1980 a la fecha”.
A cuatro años de que Calderón lanzara el ejército a la calle en la “guerra antinarco”, en México la estela de muerte (que a decir del encargado del Comando Norte “es la guerra no-convencional” apoyada por la IM, donde “el enemigo está entre los civiles”), es de 30 mil bajas y los crímenes de lesa humanidad van dejando su huella mortal: a mediados de 2010 se descubrió un depósito de 51 cadáveres cerca de Monterrey, mientras, a semejanza de Iraq y Afganistán, se aterroriza a toda la nación y sus morgues se abarrotan con una cauda diaria de muertos, 90 por ciento de los cuales Calderón vincula al narco, aunque, como recuerdan Bowden y Molloy, según el procurador general de la República, en informe confidencial al Senado, “sólo 5 por ciento han sido investigados”, así que nadie sabe “quiénes están siendo ejecutados, quién los está matando y por qué se asesina a la gente”. Se ostenta una fuerza destructora que intimida y aterroriza, lanzando a la población el mensaje del Estado fallido: “no hay Estado que los proteja y los mato con impunidad”, mientras Estados Unidos realiza la ocupación territorial.
Con bases en Colombia, con presencia militar en puertos, fondeaderos y aguas territoriales de Costa Rica, previo endoso del gobierno de Chinchilla (quien “logró” lo que Calderón no pudo al inicio de su sexenio al tratar de abrogar la Ley de Neutralidad). En México el Partido del Trabajo advirtió que se estarían financiando escuadrones de la muerte al tiempo que el presidente de Afganistán dejó saber que Estados Unidos financia “empresas de seguridad” tipo mafia, que matan civiles y realizan otros actos de desestabilización.

Los mexicanos padecen un cuadro agudo de desánimo
El Universal
Los mexicanos están tristes. No creen en la política ni en los políticos y mucho menos en el modelo económico. La desesperanza se escucha en el transporte público, en las pláticas de café y puede leerse en los chats.
Juventud sin esperanzas
Gerardo Esquivel, profesor investigador del Centro de Estudios Económicos de El Colegio de México (Colmex) y doctor en economía por la Universidad de Harvard, dice que la salida de la crisis es aún distante y que los indicios de recuperación son frágiles.
Agrega que en este contexto se desaprovechó un capital social muy importante para el desarrollo del país como lo es la juventud, que se está sumiendo también en el desencanto.
"Nos encontramos en un momento de transición demográfica en el cual los jóvenes han alcanzado máximos históricos en su participación dentro de la población total y en la fuerza de trabajo. Paradójicamente ni el Estado ni la sociedad parecen haberse percatado de la trascendencia de esta circunstancia crucial para el futuro del país".
Las consecuencias sociales de esos errores políticos son visibles en las estadísticas. La tasa de suicidios aumenta gradualmente desde 1990. En ese año, la tasa de personas que se quitaron la vida fue de 1.6 por cada cien mil individuos. En 2006, último año con el que se cuenta registro, la tasa fue de 3.2. Según el Instituto Mexicano de la Juventud y el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, hace 30 años, quienes más se suicidaban eran adultos mayores, ahora la situación se revirtió. El 28.6% de los intentos se concrentra en la población de entre 15 y 19 años y 16.6% de los suicidios consumados son de jóvenes de entre 20 y 24 años.
El consumo de drogas también aumentó. La Secretaría de Salud reporta que en los últimos nueve años la drogadicción aumentó 50%.
En 2002 había 158 mil personas adictas en el país y ahora son 307 mil.
Otro dato que habla de la violencia detonada por el incipiente nivel de vida, entre otros factores, es la delincuencia, la cual, año tras año, según la Secretaría de Seguridad Pública federal, se incrementa 2% e involucra a cada vez más jóvenes y mujeres.
La Encuesta Nacional sobre Cultura Democrática y Prácticas Ciudadanas 2008, hecha por la Secretaría de Gobernación, revela que 51.8% de los mexicanos cree que México no vive en una democracia y 34.2% está poco satisfecho con el sistema.
El 35.6% de los encuestados dice que confía poco en el Presidente y 14.6% no confía nada. Pero es peor el rechazo cuando de partidos políticos se trata, pues 35.6% de plano no tiene ninguna confianza en ellos.
Además, 48.5% dijo que estamos más cerca de un gobierno que impone, en lugar de uno que consulta y 78.6% prefiere que el gobierno intervenga lo más posible en la solución de los problemas de la sociedad.
Javier Oliva Posada, académico de la UNAM y especialista en sistema político mexicano, considera que México está cercano a la disfunción estructural y padece una severa elevación de los niveles de tensión.
Esto como consecuencia de las ineficiencias en la impartición de justicia en el país, a la incapacidad de los gobiernos para cumplir con los compromisos que asumen ante la sociedad, a la aparición de patologías sociales tendientes a la destrucción y deterioro del tejido social y en general, añade, a la ausencia de un proyecto de nación y de un pacto que sobrepase la agenda electoral y el análisis de la coyuntura.
La crisis institucional tiene sus más altos niveles y sus más críticas consecuencias en el aparato de justicia.
Gerardo Esquivel, académico del Colmex, asegura que a la extrema vulnerabilidad económica se suma la crítica realidad de inseguridad pública en el país. Esta sensación de temor constante por la inseguridad propia y de las personas cercanas es una manifestación nítida de pérdida de bienestar y calidad de vida, dice el especialista.
Ana María Magaloni, del CIDE, considera que parte del desencanto de la población mexicana obedece a que temas tan cruciales ahora como el acceso a la justicia, han quedado fuera de la agenda de los partidos políticos.
Tenemos un sistema de justicia mediocre al que sólo accede un sector privilegiado y la mayoría no. La población se debería amparar cuando no hay un pizarrón en la escuela de su comunidad, cuando no hay un médico o, en casos extremos de detención arbitraria, pero la mayoría, 90%, no tiene acceso a ese derecho y en lugar de garantizarlo, las reformas pretenden engrosar aún más este aparato ineficiente, dice.
La especialista insiste: Este modelo ya está desgastado y cuando hay tanto desencanto es momento de un cambio, el cual debe venir desde la sociedad, no de los políticos... Esta crisis no puede ser infinita, es momento de un reajuste que esperemos que no tarde tanto porque esa apatía hacia lo público no es buena en términos de la construcción del país que queremos.

Perfil de Carlos Pascual, de Stanford y de Harvard a México
El Universal. 07 de agosto de 2009
Carlos Pascual nació en Cuba pero emigró con sus padres a Estados Unidos cuando tenía tres años.
Fue embajador de Estados Unidos en Ucrania de 2000 a 2003 y después se desempeñó como Coordinador para Reconstrucción y Estabilización en el Departamento de Estado.
El diplomático, educado en las universidades de Stanford y de Harvard, en cuya Escuela de Gobierno obtuvo una maestría en políticas públicas, ha sido también coordinador para la asistencia de EU a Europa y Euroasia, director de asuntos rusos, ucranianos y euroasiáticos en el Consejo Nacional de Seguridad y administrador adjunto para Europa y los nuevos Estados Independientes en la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Pascual es actualmente vicepresidente y director de estudios de Política Exterior en Brookings Institution, un centro de investigación avanzada de Washington. Al designarlo en ese cargo en octubre de 2005, el presidente de Brookings, Strobe Talbott, dijo que Pascual "es uno de los más notables diplomáticos de carrera de su generación. Por décadas, ha sido un innovador y ha atendido algunos de los más importantes desafíos que enfrentan Estados Unidos y la Comunidad Internacional".
La experiencia de Pascual incluye misiones en África, Latinoamérica y Europa, así como el mundo ex comunista.
Según Talbot, su experiencia es tanto ejecutiva como en el terreno, en materia de reformas económicas y políticas en países en transición, en combate al terrorismo y la proliferación de armas y en tratar con fuentes de inestabilidad, según Brookings. Como experto también se ha concentrado en estabilización de escenarios de post-conflicto.

Latinoamérica
Se intensifica disputa hegemónica en Sudamérica
Raúl Zibechi
Cuando Marco Aurelio García, asesor especial en política externa del presidente Lula, dijo que América Latina ha dejado de ser el patio trasero”, no exageraba. Podría haber acotado su afirmación a Sudamérica, siendo así más exacto. “Hemos remodelado la casa, así que el patio está muy revaluado”, remató en un encuentro sobre América Latina convocado por la Fundación Friedrich Ebert, en Berlín, en junio pasado.
¿Esta pérdida de poder explica la creciente militarización de la política exterior de Estados Unidos? Si así fuera, se explica la disposición de bases militares en Colombia y Panamá, así como el ingreso de 43 buques, 200 aeronaves y 7 mil marines a Costa Rica. Sin embargo, hace falta encontrar un enemigo que justifique semejante despliegue, toda vez que el argumento del combate al narcotráfico es insostenible. La hipótesis que venimos defendiendo es que el objetivo del Pentágono y la Casa Blanca es Brasil, siendo Venezuela un objetivo colateral en la estrategia para contener al principal rival del imperio en la región.
Los hechos se van encadenando. Desde abril de 2009 China se convirtió en el mayor socio comercial de Brasil, desplazando a Estados Unidos, que ocupaba ese lugar desde la década de 1930. “Una posición que durante siglos anuncia con precisión la irrupción de los grandes liderazgos mundiales”, acota el Laboratorio Europeo de Anticipación Política (Geab No. 43). Además, China se convirtió en el primer socio comercial del Mercosur y de Chile, y el segundo de Argentina y Perú.
Un siglo atrás, Estados Unidos compraba a Brasil 36 por ciento de sus exportaciones, porcentaje que ahora cayó por debajo de 10 por ciento. Cuando la compañía noruega Statoil vendió 40 por ciento de su campo petrolífero frente a las costas de Brasil a la china CNOOC por 3 mil millones de dólares, el diario oficial de Pekín recordó que su país ingresó a la región mediante una alianza estratégica con Argentina y Brasil, porque ambos “disponen de una dinámica industria nuclear, poderosa industria de aviación y excelentes infraestructuras en telecomunicaciones” (Diario del Pueblo, 10 de junio).
Una revista militar atenta a los cambios en el mundo destacó que aunque China aún no es un gran proveedor de armas en la región, “existe un vínculo directo entre las grandes transferencias de armas y la naturaleza de las relaciones políticas y económicas (Military Review, enero de 2009). Asegura que en los últimos años más de 100 oficiales de 12 países de la región egresaron de las academias del Ejército Popular de Liberación chino y que decenas de otros oficiales viajan a menudo al país asiático.
Con Brasil las relaciones chinas son más estrechas aún. Fuentes de inteligencia aseguran que “han cooperado en tecnología militar secreta para misiles balísticos y comunicaciones avanzadas”, como parte del proyecto brasileño de desarrollo de su industria de misiles.
El 28 de julio The Washington Times difundió un informe en el que la inteligencia estadunidense asegura que se está reactivando la red de contrabando nuclear del científico Abdul Qadeer Khan, padre de la bomba atómica paquistaní. Además de varios países de porte menor, como Burma, Sudán y Siria, las fuentes involucran a Brasil. Juego sucio a cargo de los servicios de Washington, que recelan de la autonomía nuclear y militar brasileña.
Los estrategas del Pentágono y la Casa Blanca, así como el pensamiento duro de la superpotencia, saben de sobra que el único país latinoamericano que puede significarles un problema en algún momento es Brasil. Es el único que tiene una proyección global y, muy en particular, regional. Cuenta con el séptimo parque industrial del mundo, con un complejo militar-industrial importante y mucho dinero para invertir. Tiene, sobre todo, estrategia propia. Muestra de ello es la Estrategia Nacional de Defensa aprobada dos años atrás.
Ahora está incrementando considerablemente su capacidad de combate. El 31 de julio finalizaron los 12 días de maniobras militares Atlántico II, un amplio ejercicio militar que abarca todo el litoral marítimo, con especial énfasis en la defensa de las plataformas petrolíferas en mar abierto y las instalaciones nucleares. Diez mil hombres de las tres armas fueron movilizados por segunda vez. “La defensa de la Amazonia Azul debería transformarse en una de las prioridades de la nación”, dijo el almirante de escuadra Augusto Dias Monteiro.
Samuel Pinheiro Guimaraes, titular de la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, acaba de publicar un importante artículo, “América del Sur en 2020” (Carta Maior, 26 de julio). “El futuro de Brasil depende de América del Sur y el futuro de América del Sur depende de Brasil”, asegura. Sostiene que el principal desafío “será la superación de las asimetrías entre los estados de la región, promoviendo el desarrollo de los más atrasados para convertir la región en una gran área económica, dinámica e innovadora”.
Acepta que las multinacionales brasileñas (Petrobrás, Vale, Odebrecht…) están “asumiendo una importancia cada vez mayor en cada Estado vecino” y apuesta a un enorme esfuerzo, sobre todo brasileño, para evitar el estancamiento –que considera inevitable si quedan librados al mercado– de los pequeños y poco poblados países que rodean a Brasil. Propone un Plan Marshall para “estimular y financiar la transformación económica de los países menores”. Si esto no se hace, y sólo Brasil puede hacerlo, la inestabilidad volverá a reinar.
Quien propone un Plan Marshall necesita acotar la presencia extracontinental en la región. La América del Sur con que sueña Brasil excluye a Estados Unidos. Washington no tiene ya fuelle económico para mantener su hegemonía en Sudamérica, que es imprescindible para sostener su hegemonía global. Ni siquiera puede garantizar que Colombia y Venezuela resuelvan su conflicto en la OEA y debe aceptar la intervención de Unasur. Sólo atina a emplear la fuerza de las armas para retrasar el proceso, política que se convirtió en el núcleo de su estrategia para la región.

Internacional

La OTAN, gendarme mundial
(El líder de la Revolución Cubana se refiere en esta reflexión a la reunión que tuvo lugar en Lisboa este viernes, donde se reunieron los 28 miembros de la OTAN. Fidel señala que en la declaración de dicha reunión no se pronunció una palabra capaz de transmitir esperanzas a miles de millones de personas que sufren pobreza, subdesarrollo, insuficiencia de alimentos, vivienda, salud, educación y empleo)
Muchas personas sienten náuseas al escuchar el nombre de esa organización.
El viernes 19 de noviembre de 2010 en Lisboa, Portugal, los 28 miembros de esa belicosa institución, engendrada por Estados Unidos, decidieron crear lo que con cinismo califican de “la nueva OTAN”.
Esta surgió después de la Segunda Guerra Mundial como instrumento de la Guerra Fría desatada por el imperialismo contra la Unión Soviética, el país que pagó con decenas de millones de vidas y una colosal destrucción la victoria sobre el nazismo.
Contra la URSS, Estados Unidos movilizó, junto a una parte sana de la población europea, a la extrema derecha y toda la escoria nazifascista de Europa, llena de odio y dispuesta a sacar lasca de los errores cometidos por los propios dirigentes de la URSS, tras la muerte de Lenin.
El pueblo soviético, con enormes sacrificios, fue capaz de mantener la paridad nuclear y apoyar la lucha de liberación nacional de numerosos pueblos contra los esfuerzos de los Estados europeos por mantener el sistema colonial impuesto por la fuerza a lo largo de siglos; Estados que se aliaron en la posguerra al imperio yanki, quien asumió el mando de la contrarrevolución en el mundo.
En solo 10 días menos de dos semanas, la opinión mundial ha recibido tres grandes e inolvidables lecciones: G-20, APEC y OTAN, en Seúl, Yokohama y Lisboa, de modo que todas las personas honestas que sepan leer y escribir, y cuyas mentes no hayan sido mutiladas por los reflejos condicionados del aparato mediático del imperialismo, puedan tener una ideareal de los problemas que afectan hoy a la humanidad.
En Lisboa no se pronunció una palabra capaz de transmitir esperanzas a miles de millones de personas que sufren pobreza, subdesarrollo,insuficiencia de alimentos, vivienda, salud, educación y empleo.
Por el contrario, el engreído personaje que figura como jefe de la mafia militar de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen declaró, en tono de fiurercito nazi, que el “nuevo concepto estratégico” era para “actuar en cualquier lugar del mundo”. No en balde el gobierno de Turquía estuvo a punto de vetar su nombramiento cuando Fogh Rasmussen un neoliberal danés como Primer Ministro de Dinamarca, usando el pretexto de la libertad de prensa, defendió en abril de 2009 a los autores de graves ofensas al profeta Mahoma, una figura respetada por todos los creyentes musulmanes. No pocos en el mundo recuerdan las estrechas relaciones de cooperación entre el Gobierno de Dinamarca y los “invasores” nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
La OTAN, ave de rapiña empollada en las faldas del imperio yanki, dotada incluso de armas nucleares tácticas que pueden ser hasta varias veces más destructivas que la que hizo desaparecer la ciudad de Hiroshima, está comprometida por Estados Unidos en la guerra genocida de Afganistán, más compleja todavía que la aventura de Kosovo y la guerra contra Serbia, donde masacraron la ciudad de Belgrado y estuvieron a punto de sufrir un desastre si el gobierno de aquel país se hubiese mantenido firme, en vez de confiar en las instituciones de justicia europea en La Haya.
La ingloriosa declaración de Lisboa, en uno de sus puntos afirma de forma vaga y abstracta:
“Apoyo a la estabilidad regional, los valores democráticos, la seguridad y la integración en el espacio euroatlántico en los Balcanes.”
“La misión en Kosovo se orienta a una presencia menor y más flexible.”
¿Ahora?
Tampoco Rusia lo podrá olvidar tan fácilmente: el hecho real es que cuando Yeltsin desintegró la URSS, Estados Unidos avanzó las fronteras de la OTAN y sus bases de ataque nuclear al corazón de Rusia desde Europa y Asia.
Esas nuevas instalaciones militares amenazaban también a la República Popular China y a otros países asiáticos.
Cuando aquello ocurrió en 1991, cientos de SS-19, SS-20 y otras poderosas armas soviéticas podían alcanzar en cuestión de minutos las bases militares de Estados Unidos y la OTAN en Europa. Ningún Secretario General de la OTAN se habría atrevido a hablar con la arrogancia de Rasmussen.
El primer acuerdo sobre limitación de armas nucleares fue suscrito en fecha tan temprana como el 26 de mayo de 1972, entre el presidente de Estados Unidos Richard Nixon y el Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética Leonid Brezhnev, con el objetivo de limitar el número de misiles antibalísticos (Tratado ABM) y defender ciertos puntos contra misiles con carga nuclear.
Brezhnev y Carter firmaron en Viena nuevos acuerdos conocidos como SALT II en 1979, pero el Senado de Estados Unidos se negó a ratificar dichos acuerdos. El nuevo rearme promovido por Reagan, con la Iniciativa de Defensa Estratégica, puso fin a los acuerdos SALT.
El gasoducto de Siberia había sido volado ya por la CIA.
Un nuevo acuerdo, en cambio, fue suscrito en 1991 entre Bush padre y Gorbachov, cinco meses antes del colapso de la URSS. Al producirse tal acontecimiento, el campo socialista ya no existía. Los países que el Ejército Rojo había liberado de la ocupación nazi no fueron capaces siquiera de mantener la independencia. Gobiernos derechistas que accedieron al poder se pasaron con armas y bagajes a la OTAN, y cayeron en manos de Estados Unidos. El de la RDA, que bajo la dirección de Erich Honecker había realizado un gran esfuerzo, no pudo vencer la ofensiva ideológica y consumista lanzada desde la misma capital ocupada por las tropas occidentales.
Como dueño virtual del mundo, Estados Unidos incrementó su política aventurera y guerrerista.
Debido a un proceso bien manipulado, la URSS se desintegró. El golpe de gracia lo asestó Boris Yeltsin el 8 de diciembre de 1991 cuando, en su condición de presidente de la Federación Rusa, declaró que la Unión Soviética había dejado de existir. El día 25 de ese mismo mes y año, la bandera roja de la hoz y el martillo fue arriada del Kremlin.
Un tercer acuerdo sobre armas estratégicas fue firmado entonces entre George H. W. Bush y Boris Yeltsin, el 3 de enero de 1993, que prohibía el uso de los Misiles Balísticos Intercontinentales (ICBM por sus siglas en inglés) de cabezas múltiples. Fue ratificado por el Senado de Estados Unidos el 26 de enero de 1993, con un margen de votos de 87 a 4.
Rusia heredaba la ciencia y la tecnología de la URSS que a pesar de la guerra y los enormes sacrificios fue capaz de equiparar su poder con el inmenso y rico imperio yanki, la victoria contra el fascismo, las tradiciones, la cultura, y las glorias del pueblo ruso.
La guerra de Serbia, un pueblo eslavo, había hincado duramente su colmillo en la seguridad del pueblo ruso, algo que no podía darse el lujo de ignorar ningún gobierno.
La Duma rusa indignada por la primera guerra de Iraq y la de Kosovo en la que la OTAN masacró al pueblo serbio, se negó a ratificar el START II y no firmó dicho acuerdo hasta el año 2000, y en ese caso, para tratar de salvar el tratado ABM que a los yankis para esa fecha no les interesaba mantener.
Estados Unidos trata de utilizar sus enormes recursos mediáticos para mantener, engañar y confundir a la opinión pública mundial.El Gobierno de ese país atraviesa una etapa difícil como consecuencia de sus aventuras bélicas. En la guerra de Afganistán están comprometidos los países de la OTAN sin excepción alguna, y varios otros del mundo, a cuyos pueblos resulta odiosa y repugnante la carnicería donde están envueltos en mayor o menor grado países ricos e industrializados como Japón y Australia, y otros del Tercer Mundo.
¿Cuál es la esencia del acuerdo aprobado en abril de este año por Estados Unidos y Rusia? Ambas partes se comprometen a reducir el número de ojivas nucleares estratégicas a 1 550. De las ojivas nucleares de Francia, Reino Unido e Israel, todas capaces de golpear a Rusia, no se dice una palabra. De las armas nucleares tácticas, algunas de ellas con mucho más poder que la que hizo desaparecer la ciudad de Hiroshima, tampoco. No se menciona la capacidad destructiva y letal de numerosas armas convencionales, las radioeléctricas y otros sistemas de armamentos a los cuales Estados Unidos dedica su creciente presupuesto militar, superior a los de todas las demás naciones del mundo juntas. Ambos gobiernos conocen, y tal vez otros muchos de los que allí se reunieron, que una tercera guerra mundial sería la última. ¿Qué tipo de ilusiones se pueden hacer los miembros de la OTAN? ¿Cuál es la tranquilidad que de esa reunión se deriva para la humanidad? ¿Qué beneficio para los países del Tercer Mundo, e incluso para la economía internacional, es posible esperar?
No pueden siquiera ofrecer la esperanza de que la crisis económica mundial sea superada, ni cuánto duraría esa mejoría. La deuda pública total de Estados Unidos, no solo la del gobierno central, sino del resto de las instituciones públicas y privadas de ese país, se eleva ya a una cifra que iguala el PIB mundial del 2009, que ascendía a 58 millones de millones de dólares. ¿Se han preguntado acaso los reunidos en Lisboa de dónde salieron esos fabulosos recursos? Sencillamente, de la economía de todos  los demás pueblos del mundo, a los que Estados Unidos entregó papeles convertidos en divisas que a lo largo de 40 años, unilateralmente, dejaron de tener respaldo en oro y ahora el valor de ese metal es 40 veces superior. Ese país aún dispone de poder de veto en el Fondo Monetario Internacional y e  Banco Mundial. ¿Por qué no se discutió eso en Portugal?
La esperanza de extraer de Afganistán las tropas de Estados Unidos, de la OTAN y sus aliados, es idílica. Tendrán que abandonar ese país antes de que derrotados entreguen el poder a la resistencia afgana. Los propios aliados de Estados Unidos empiezan a reconocer ya que podrían transcurrir decenas de años antes de finalizar esa guerra, ¿estará dispuesta la OTAN a permanecer allí ese tiempo? ¿Lo permitirán los propios ciudadanos  de cada uno de los gobiernos allí reunidos? No olvidar que un país de gran población, Pakistán, comparte una frontera de origen colonial con Afganistán y un porcentaje no desdeñable de sus habitantes.
No critico a Medvedev, hace muy bien en tratar de limitar el número de ojivas nucleares que apuntan contra su país. Barack Obama no puede inventar justificación alguna. Sería risible imaginar que ese colosal y costoso despliegue del escudo nuclear antimisil es para proteger a Europa y a Rusia de los cohetes iraníes, procedentes de un país que no posee siquiera un artefacto nuclear táctico. Eso ni en un librito de historietas para niños se puede afirmar.
Obama admitió ya que su promesa de retirar los soldados norteamericanos de Afganistán podría dilatarse, y los impuestos a los contribuyentes más ricos suspenderse en lo inmediato. Después del Premio Nobel habría que concederle el premio al “mayor encantador de serpientes” que haya existido nunca.
Tomando en cuenta la autobiografía de W. Bush, convertida ya en “Best Sellers”, que algún redactor inteligente elaboró para él, ¿por qué no le hicieron el honor de invitarlo a Lisboa? Con seguridad que la extrema derecha, el “Tea Party” de Europa, estaría feliz.
Fidel Castro Ruz
Noviembre 21 de 2010
Tomado de Juventud Rebelde, 23 de noviembre de 2010



Desplaza China a Japón como segunda economía del mundo
Tokio reconoció que PIB de Pekín fue superior en 2do trimestre, tras 40 años de secundar a EU.
Afp y Dpa
Publicado: 16/08/2010 08:04
Tokio. China se convirtió en la segunda economía del planeta en el segundo trimestre de 2010 en detrimento de Japón, que sufrió una desaceleración más brusca que lo esperado en su crecimiento, lo que da una nueva señal de alerta para la reactivación mundial.
El gobierno japonés reconoció que el PIB nominal de China fue superior al de Japón en el segundo trimestre (abril a junio): un billón 337 mil millones de dólares contra un billón 288 mil millones de dólares respectivamente, según las conversiones oficiales.
Sin embargo, en el conjunto de los seis primeros meses del año, el PIB de Japón fue de dos billones 578 mil millones de dólares, contra dos billones 532 mil millones el de China en el mismo periodo.
En el segundo trimestre, la economía japonesa sufrió un retroceso del consumo interno que ponen de manifiesto un estancamiento en la reactivación.
En términos trimestrales, la economía japonesa creció 0.1 por ciento en el periodo de abril-junio respecto a enero-marzo (+1.1).
En términos interanuales, el PIB aumentó solamente 0.4 por ciento en el segundo trimestre, en muy fuerte retroceso respecto al 4.4 del trimestre anterior y significativamente por debajo de la previsión del 2.3 pronosticada por los economistas entrevistados por la agencia financiera Dow Jones Newswires.
Estas cifras decepcionaron a los economistas.
"Son una sorpresa negativa. Los efectos de las medidas de reactivación se atenúan. Aquellos que querían aprovechar de las subvenciones acordadas para cambiar su auto o su televisor ya lo han hecho," dijo el experto Yoshiki Shinke, del Dai-Ichi Life Research Institute.
"Con excepción de la compra de equipamientos de las empresas privadas y las exportaciones, los datos en su conjunto son malos", coincidió un analista de Daiwa Securities.
"Ahora está claro que Japón no entró aún en una fase de reactivación interna conforme al plan imaginado por el Banco de Japón", agregó.
A pesar de esta situación, el ministro delegado de Economía, Satoshi Arai, indicó que "no es indispensable actuar en lo inmediato" para lanzar nuevas medidas de estímulo de la demanda interna.
Lo cierto es que las empresas japonesas reducen sus gastos y la masa salarial con el objetivo de lograr precios bajos en un medio ambiente muy competitivo. Con este procedimiento agudizan el fenómeno deflacionario, uno de los factores de los modestos desempeños económicos de Japón.
Resignado, Japón espera ahora que la dinámica China, su principal cliente, le quite en forma duradera la plaza de segunda económica mundial este año o el próximo.
Superada desde un punto de vista estadístico, Japón conservará; sin embargo, durante varios años un avance en términos más concretos de condiciones y nivel de vida medios, despliegue de infraestructuras, educación generalizada, prestaciones sociales y otros criterios tangibles.
Japón está diez veces menos poblado y por lo tanto es diez veces más rico por habitante que China.
Para Japón, que enfrenta el envejecimiento y la disminución de la población, así como una ampliación de las desigualdades sociales, la cuestión es cómo revivir la actividad económica con una reducción del número de activos.
La ecuación es aún más difícil si se tiene en cuenta que el país tiene una deuda gigantesca y corre el riesgo de ver su tejido industrial deshilacharse, como consecuencia de la gran dependencia externa de sus empresas y la excesiva valuación del yen, que empujan a trasladar fábricas al exterior de Japón.
Los japoneses, número dos por detrás de Estados Unidos durante más de 40 años, no pudieron competir con el diez por ciento de crecimiento chino aún en tiempos de crisis.
Antes, el nuevo gigante asiático ya había destronado a Alemania como primer exportador del mundo. El país cuenta con las mayores reservas de divisas del globo, unos 2.45 billones de dólares, y los consumidores chinos compran ya ahora más automóviles que los estadunidenses.
Asimismo, el gobierno de Pekín no es sólo el principal acreedor de Estados Unidos, fuertemente endeudado, sino que exige desde ya tener más peso en cuestiones de política económica y financiera.

China y el nuevo orden mundial
Noam Chomsky
Parte 1. La Jornada, 9-10-10
Entre todas las supuestas amenazas contra la superpotencia dominante en el mundo, un rival está emergiendo callada y poderosamente: China. Y Estados Unidos está sometiendo las intenciones chinas a un estrecho escrutinio.
El 13 de agosto, un estudio del Pentágono expresó preocupación de que China esté expandiendo sus fuerzas militares en formas que "podrían negar la operación de los barcos de guerra estadunidenses en aguas internacionales cercanas a la costa", informó Thom Shanker en The New York Times.
A Washington le alarma que "la falta de apertura de China acerca del crecimiento, capacidad e intenciones de sus fuerzas militares inyecte inestabilidad a una región vital del planeta".
EU, por otra parte, es sumamente abierto acerca de sus intenciones de operar libremente por "la vital región del planeta" que rodea a China (como en otros lugares).
EU anuncia su vasta capacidad para hacerlo: con un presupuesto militar creciente que aproximadamente iguala al del resto del mundo combinado, cientos de bases militares en todo el mundo y una ventaja enorme en la tecnología de destrucción y dominio.
La falta de comprensión de China de las reglas de cortesía internacional fue ilustrada por sus objeciones al plan de que el moderno portaviones de energía nuclear USS George Washington tomara parte en julio en las maniobras conjuntas Estados Unidos-Sudcorea cerca de la costa de China, con una supuesta capacidad de atacar Pekín.
En contraste, Occidente comprende que tales operaciones estadunidenses se llevan a cabo para defender la estabilidad y su propia seguridad.
El término "estabilidad" tiene un significado técnico en el discurso de asuntos internacionales: dominio de Estados Unidos. En consecuencia, nadie eleva las cejas cuando James Chace, ex editor de Foreign Affairs, explica que, con el fin de tener "estabilidad" en Chile en 1973, era necesario "desestabilizar" al país –derrocando al gobierno elegido del presidente Salvador Allende y colocando al general Augusto Pinochet, quien procedió a matar y torturar con abandono e imponer una red de terror que ayudó a establecer regímenes similares en otros países, con el apoyo estadunidense, en pro de la estabilidad y seguridad.
Es rutinario reconocer que la seguridad de Estados Unidos requiere de control absoluto. La premisa recibió el imprimatur académico del historiador John Lewis Gaddis, de la Universidad de Yale, en "Sorpresa, seguridad y la experiencia estadunidense", donde investiga las raíces de la doctrina de guerra preventiva del presidente George W. Bush.
El principio operativo es que la expansión es "la ruta hacia la seguridad", una doctrina que Gaddis remonta a hace dos siglos –al presidente John Quincy Adams, autor intelectual del Destino Manifiesto.
Cuando Bush advirtió "que los estadunidenses deben 'estar listos para acción preventiva cuando sea necesario para defender nuestra libertad y defender nuestras vidas"', señala Gaddis, "se estaba haciendo eco de una antigua tradición más que estableciendo una nueva", reiterando principios que presidentes desde Adams hasta Woodrow Wilson "hubieran entendido... muy bien".
E igualmente los sucesores de Wilson, hasta el actual. La doctrina del presidente Bill Clinton era que Estados Unidos tiene derecho a emplear fuerza militar para asegurar "acceso no inhibido a mercados clave, reservas de energéticos y recursos estratégicos", sin necesidad de idear pretextos del tipo de los de Bush II.
Como lo sabe cualquier don de la mafia, incluso la ligera pérdida de control podría llevar a la pérdida del sistema de dominio de otros, que serían alentados a continuar la misma ruta.
Este principio central de poder está formulado como la "teoría dominó", en la lengua de los formuladores de política, que en la práctica se debe al reconocimiento de que el "virus" del desarrollo independiente exitoso podría "esparcir contagio" en otras partes, y por tanto debe ser destruido mientras las víctimas potenciales son vacunadas, de hecho mediante dictaduras brutales.
Según el estudio del Pentágono, el presupuesto militar chino creció a aproximadamente 150 mil millones de dólares en 2009, acercándose a "una quinta parte de lo que el Pentágono gastó para operar y llevar a cabo las guerras en Irak y Afganistán" en ese año, lo cual, por supuesto, es sólo una fracción del presupuesto militar estadunidense.
Las preocupaciones estadunidenses son comprensibles si uno toma en cuenta la suposición, virtualmente no cuestionada, de que EU debe mantener "un poder incuestionable" sobre buena parte del mundo, con "supremacía militar y económica", al tiempo que asegura la "limitación de cualquier ejercicio de soberanía" de estados que pudieran interferir con sus planes globales.
Esos fueron los principios establecidos por planificadores de alto nivel y expertos en política exterior durante la Segunda Guerra Mundial, al desarrollar el marco del mundo de la posguerra, que en gran parte fue instrumentado.
Estados Unidos debía mantener este dominio en una "gran área" que, cuando menos, debía incluir el hemisferio occidental, el Lejano Oriente y el ex imperio británico, incluyendo los vitales recursos energéticos del Oriente Medio.
Conforme Rusia empezó a pulverizar a los ejércitos nazis después de Estalingrado, las metas de la gran área se extendieron para abarcar tanto de Eurasia como fuera posible. Siempre se entendió que Europa podía seguir un rumbo independiente –quizá la visión degolista de una Europa desde el Atlántico hasta los Urales. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en parte tenía la intención de contrarrestar esta amenaza, y la cuestión sigue muy vigente hoy día al incluir la OTAN a una fuerza de intervención dirigida por Estados Unidos y responsable de controlar la "crucial infraestructura" del sistema global de energía del que depende Occidente.
Desde que se convirtió la potencia dominante global durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ha tratado de mantener un sistema de control mundial. Pero ese proyecto no es fácil de sostener. El sistema está erosionándose visiblemente, con implicaciones significativas para el futuro. China es un protagonista –y rival– cada vez más influyente.

Parte 2. La Jornada, 16-10-10
De todas las amenazas” al orden mundial, la más consistente es la democracia, a menos que esté bajo un control imperial, y más generalmente, la afirmación de independencia. Estos temores han guiado al poder imperial a lo largo de la historia.
En América del Sur, el tradicional patio trasero de Washington, los sujetos son cada vez más desobedientes. Sus pasos hacia la independencia avanzaron adicionalmente con la integración de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe, que abarca a todos los estados en el hemisferio aparte de Estados Unidos y Canadá.
Por primera vez desde las conquistas española y portuguesa hace 500 años, Sudamérica está avanzando hacia la integración, un prerrequisito para la independencia. También está empezando a resolver el escándalo de un continente dotado de ricos recursos pero dominado por diminutas islas de elites acaudaladas en un mar de miseria.
Además, las relaciones Sur-Sur se están desarrollando, con China desempeñando un papel destacado tanto como consumidor de materias primas e inversionista. Su influencia está creciendo rápidamente y ha superado a la de EU en países ricos en recursos.
Más significativos aún son los cambios en la arena de Oriente Medio. Hace 60 años, el influyente planificador A. A. Berle aconsejó que controlar los incomparables recursos energéticos rendiría “un control sustancial del mundo”.
A su vez, la pérdida de control amenazaría el proyecto de dominio global. Para los años 70, los productores importantes habían nacionalizado sus reservas de hidrocarburos, pero Occidente retenía una influencia sustancial. En 1979, Irán se “perdió” con el derrocamiento de la dictadura del sha, que había sido impuesta por un golpe militar de EU y el Reino Unido en 1953 para garantizar que este trofeo permaneciera en las manos adecuadas. Ahora, sin embargo, el control se está escapando incluso de los clientes tradicionales de EU.
Las mayores reservas de crudo están en Arabia Saudita, una dependencia estadunidense desde que EU desplazó a Gran Bretaña en una miniguerra librada durante la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos sigue siendo por mucho el inversor mayor en Arabia Saudita y es su mayor socio comercial, y Arabia Saudita ayuda a apoyar la economía de EU mediante sus inversiones.
No obstante, más de la mitad de las exportaciones petroleras sauditas ahora van a Asia, y sus planes de crecimiento apuntan a Oriente. Lo mismo puede resultar cierto de Irak, el país con las segundas reservas más importantes, si puede reconstruirse después de las asesinas sanciones de EU y el Reino Unido y de la invasión. Y la política de EU está impulsando a Irán, el tercer productor mundial, en la misma dirección.
China es actualmente el segundo mayor importador de crudo de Medio Oriente y el mayor exportador a la región, remplazando a Estados Unidos. Las relaciones comerciales están creciendo aceleradamente, duplicándose en los pasados cinco años.
Las implicaciones para el orden mundial son significativas, como lo es el ascenso de la Organización de Cooperación de Shanghai, que incluye a buena parte de Asia, pero que ha rechazado a Estados Unidos –“potencialmente un nuevo cártel energético que involucra a productores y consumidores”, comenta el economista Stephen King, autor de Perdiendo control: Las amenazas emergentes a la prosperidad occidental.
En los círculos occidentales de creación de políticas y entre los comentaristas políticos, 2010 es llamado “el año de Irán”. La amenaza iraní es considerada el mayor peligro para el orden mundial y el enfoque primario a la política exterior de EU, con Europa un poco atrás, siguiendo cortésmente, como de costumbre. Oficialmente se reconoce que la amenaza no es militar: más bien, es la amenaza de independencia.
Para mantener la “estabilidad”, Washington ha impuesto severas sanciones a Irán, pero fuera de Europa, pocos están prestando atención. Los países no alineados –la mayor parte del mundo– se han opuesto vigorosamente a la política de Estados Unidos hacia Irán desde hace años.
Las cercanas Turquía y Pakistán están construyendo nuevos oleoductos hacia Irán, y el comercio está aumentando. La opinión pública árabe está tan encolerizada por las políticas occidentales que la mayoría incluso aprueba el desarrollo iraní de un arma nuclear.
El conflicto beneficia a China. “Los inversores y comerciantes de China ahora están llenando un vacío en Irán a medida que los inversores de muchas otras naciones, particularmente de Europa, se retiran”, informa Clayton Jones en The Christian Science Monitor. En particular, China está expandiendo su papel dominante en las industrias energéticas iraníes.
Washington está reaccionando con un toque de desesperación. En agosto, el Departamento de Estado advirtió que “si China quiere hacer negocios en todo el mundo también tendrá que proteger su propia reputación, y si alguien adquiere la reputación de país dispuesto a evadir y esquivar las responsabilidades internacionales, eso tendrá un impacto a largo plazo... Sus responsabilidades internacionales son claras” –o sea, seguir las órdenes de Washington.
Es poco probable que los líderes chinos se sientan impresionados por tales declaraciones, que son el lenguaje de una potencia imperial tratando desesperadamente de aferrarse a una autoridad que ya no posee. Una amenaza mucho mayor que Irán a su dominio internacional es una China que se rehúsa a obedecer sus órdenes –y que, de hecho, como potencia mayor y en crecimiento, las descarta con desprecio.
(El nuevo libro de Noam Chomsky, recientemente publicado, es Hopes and Prospects. Chomsky es profesor emérito de Lingüística y Filosofía en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, en Cambridge, Mass.)
© 2009 Noam Chomsky.
Distribuido por The New York Times Syndicate.
El nuevo libro de Noam Chomsky, publicado recientemente, es Hopes and Prospects. Chomsky es profesor emérito de Lingüística y Filosofía en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, en Cambridge, Mass.
Más gasto militar a pesar de los ajustes
Marcelo Justo
BBC Mundo
Mientras los gobiernos hablan de austeridad y la cumbre del G20 prometió reducir el déficit fiscal a la mitad en 2013, el gasto militar sigue en la estratósfera.
"En los países que conforman el Consejo de Seguridad de la ONU, el gasto militar ha crecido en forma constante desde 2000", le dijo a BBC Mundo Carina Solmirano analista del Instituto de Estudios de la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés).
En 2009, a pesar de la crisis financiera y la recesión económica, la inversión mundial en defensa aumentó en casi un 6% en términos reales (tomando en cuenta la inflación).
En febrero de este año, el gobierno de Barack Obama anunció que el gasto militar de 2011 sería de $US750.000 millones, US$31.000 millones más que en 2010 y casi US$100.000 millones más que en 2009.
Europa: gasto en la mira
Europa no ha escapado a esta tendencia. En 2009, su gasto militar aumentó en un 2,7%.
LOS QUE MÁS GASTARON EN 2009
·         EE.UU.: US$661.000 millones
·         China: US$100.000 millones (estimación SIPRI)
·         Francia: US$64.000 millones
·         Reino Unido: US$58.000 millones
·         Rusia: US$53.000 millones
·         Japón: US$52.000 millones
·         Alemania: US$46.000 millones
·         Arabia Saudita: US$41.000 millones
·         India: US$36.000 millones
·         Italia: US$36.000 millones
·         Brasil: US$26.100 millones
Sin embargo, en medio de la era de austeridad declarada por la mayoría de los gobiernos europeos, la inversión en defensa empieza a estar bajo la lupa.
Algunos países, como Grecia, han anunciado recortes del gasto militar. Otros, como Reino Unido, lo han prometido sin dar mayores detalles.
"El gasto militar es una decisión que toma un gobierno por una serie de factores económicos, políticos e ideológicos", afirmó a BBC Mundo Solimano.
"En términos ideales uno diría que el gasto debería depender de la relación entre los recursos de un Estado y las políticas de defensa, es decir, si un país tiene amenazas concretas o está en algún conflicto".
Debido a la crisis económica todos los países europeos tienen fuertes déficits fiscales, pero para algunas naciones como Reino Unido y Francia, miembros del Consejo Permanente de Seguridad de la ONU, el gasto militar se vincula con su presencia diplomática internacional.
Estados Unidos es el primer exportador de armas del mundo y se estima que en diez años la industria armamentista podría ser el primer producto de exportación nacional.
Ambas naciones son potencias nucleares. En Reino Unido, el presupuesto militar supera los US$55.000 millones y el gobierno tiene que decidir este año si renueva el Trident, su sistema de armas nucleares, a un costo estimado de más de US$150.000 millones.
Organizaciones no gubernamentales británicas como Women in Black, opuestas a la renovación del sistema, están haciendo campaña para que se elimine el Trident a fin de lidiar con un déficit fiscal que supera los US$200.000 millones.
Dilemas similares enfrentan los gobiernos europeos respecto de otro factor de peso en el incremento del gasto militar: el conflicto en Afganistán.
Según datos de SIPRI, a fines de 2009 Reino Unido tenía un gasto programado de US$5.400 millones o 9,2 % de la inversiones en defensa, Alemania de US$792 millones (1,7%) y Francia de unos US$458 millones (1%).
"Este impacto se ve claramente en Estados Unidos, que desde su participación en los conflictos de Irak y Afganistán ha visto un fuerte aumento del gasto militar que no hubiera ocurrido sin estos conflictos", explicó Solimano.
Dos caras de la economía militar
Pero el gasto militar no es sólo una carga para la economía: puede también ser un impulso.
El premio Nobel de Economía Paul Krugman recuerda que Estados Unidos salió de la recesión de 1937 gracias al empuje que le dio... la Segunda Guerra Mundial.
Según datos del SIPRI, en 2004 casi tres millones y medio de estadounidenses se encontraban en empleos vinculados con la defensa. Entre las fuerzas armadas y su personal civil se sumaban otros dos millones.
Pero, además, Estados Unidos es el primer exportador de armas del mundo. Loren Thompson, del Lexington Institute (un instituto de análisis), estima que en diez años la industria armamentista podría ser el primer producto de exportación nacional.
El cabildeo de la industria de armas resalta que el gasto militar genera empleo, actividad económica e ingresos impositivos.
Este indudable impacto económico no garantiza que se trate de un gasto eficiente. Un estudio del instituto Foreign Policy in Focus de Washington, que comparó el nivel de empleo que se genera con una inversión de US$1.000 millones en defensa, salud y energía limpia, llegó a la conclusión de que el sector militar es el menos eficiente en términos de creación de empleo y beneficios económico-sociales.
A pesar del cabildeo de la industria, será difícil que en estos tiempos de estrechez el gasto militar siga gozando de los privilegios que adquirió en los años de la Guerra Fría.

La FNCA, el terrorismo y Obama
Carlos Fazio
Desde que llegó a la Casa Blanca, el presidente Barack Obama ha venido desplegando una política continuista en materia militar, que en  algunos casos ni siquiera ha implicado un cambio de forma respecto de  la administración Bush. En nombre de la defensa de la patria y de una pretendida democracia universal, la maquinaria global de destrucción y muerte del Pentágono y la Agencia Central de Inteligencia fabrica crisis, guerras asimétricas y enemigos por doquier.
Con su culto a la violencia y a la muerte, la barbarie imperial es apoyada por distintas instituciones de gobierno en Washington, think tanks, medios de difusión masiva corporativos, y mandarines e intelectuales al servicio de una estructura de combate unificado que, en el marco de una estrategia de espectro completo y en defensa de la seguridad nacional, ha creado una atmósfera de terror y miedo internacional, al tiempo que intenta legitimar los bombardeos punitivos contra países fabricados como Estados canallas y/o fallidos, el uso de la tortura , las desapariciones forzadas y las ejecuciones extrajudiciales contra presuntos terroristas.
La diplomacia de guerra de Washington sigue una agenda de militarización global diseñada cuidadosamente. En la escalada militar mundial los planificadores del Pentágono han previsto diversos escenarios. En ese esquema, Cuba y Venezuela siguen ocupando el lugar principal en el eje del mal latinoamericano. De allí que ambos países sean el objetivo estratégico a destruir mediante acciones de desestabilización encubiertas y la orquestación de guerras sucias mediáticas, aunque en la etapa se puedan ensayar golpes de Estado e intentonas separatistas con apoyo paramilitar en naciones consideradas los eslabones débiles de la cadena. Verbigracia, la fallida asonada policial en Ecuador contra el presidente Rafael Correa y el también fracasado affaire secesionista en la Media Luna boliviana, que en 2008 buscó derrocar a Evo Morales.
En el caso cubano, desde hace medio siglo el imperio ha ensayado todo tipo de agresiones. Ha recurrido a la invasión militar directa por la vía mercenaria (Playa Girón, 1961), a la guerra sicológica y bacteriológica, al bloqueo criminal (con la intención de asfixiar económica, financiera y comercialmente a la isla y rendirla por hambre) y a acciones de sabotaje y atentados terroristas de distinto tipo. También, de manera sistemática, la guerra secreta de la CIA y la FBI contra Cuba ha utilizado a grupos anticastristas contrarrevolucionarios con sede en Miami, en particular la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) y otros exponentes de la ultraderecha paramilitar, como el Consejo por la Libertad de Cuba (CLC), Alpha 66 y La Rosa Banca, apelando a acciones terroristas e incluso a transmisiones ilegales y subversivas por radio y televisión, con el objetivo de fabricar una disidencia interna como cabeza de playa para justificar y legitimar una invasión a la isla.
En apariencia, lo más paradójico es que en pleno siglo XXI y tras la llegada al gobierno de Obama, cuando parecía que el terrorismo anticubano impulsado por Washington había pasado de moda, congresistas estadunidenses intenten reactivar organizaciones de esa índole. Entre ellos destacan varios legisladores vividores, que han acumulado poder, mala fama y fortuna merced a la industria de la contrarrevolución, como Lincoln Díaz-Balart, Ileana Ros-Lehtinen (la Loba Feroz), Bob Menéndez y Albio Sires, protectores todos de terroristas confesos como Luis Posadas Carriles, prófugo de la justicia venezolana, quien, refugiado en Miami, mantiene vínculos con la CIA.
Las recientes declaraciones de Francisco Chávez Abarca, uno de los principales eslabones de la conexión centroamericana de Posada Carriles y varias organizaciones extremistas de Miami, quien fue detenido en Venezuela en julio pasado y deportado a Cuba, revelan la continuidad de las acciones terroristas y paramilitares contra la isla y abren nuevas interrogantes sobre la complicidad entre la CIA, el FBI, la FNCA¸ Posada Carriles y congresistas anticubanos del Capitolio.
Chávez Abarca reveló que entre los planes actuales de Posada Carriles figura la intención de hundir barcos cargados con petróleo venezolano en tránsito hacia La Habana. También aseveró que la FNCA ha destinado este año casi 100 millones de dólares en planes antivenezolanos, por considerar a ese país como la columna financiera de Cuba, Ecuador, Bolivia y Guatemala.
Dichas revelaciones echan por tierra la actual estrategia de la Fundación Nacional Cubano-Americana (amiga, por cierto, de la fundación de Vicente Fox y patrocinadora de su campaña electoral en el año 2000), de aparentar haberse convertido en un partido político, civilista y pacífico, y vienen a ratificar que su principal línea de acción e instrumento para destruir a la revolución es el terrorismo.
Queda desnudada, también, una vez más, la doble moral y el lenguaje dual de la administración Obama-Clinton. Ante el desmoronamiento de la imagen moderada y conciliadora que había intentado proyectar la Fundación Nacional Cubano-Americana –que, como exhibe Chávez Abarca, sigue financiando y apoyando las actividades terroristas de Luis Posadas Carriles y sus secuaces contra Cuba, Venezuela y otros países del ALBA–, la pasividad de la Casa Blanca y el tratamiento que le da la justicia estadunidense a Posada los hace cómplices y protectores de este viejo guerrero sucio de la CIA. Asimismo, la bravucona amenaza de Posada Carriles de querer atacar intereses de Cuba y la izquierda, donde quiera que estén, descobija la tramoya de la guerra al terrorismo de Bush y el tándem continuador de su política, Barack Obama-Hillary Clinton, y viene a demostrar que las actividades que realizaban los cinco héroes cubanos para proteger a la isla del terrorismo respondían a un estado de necesidad y que su prisión en Estados Unidos es injusta.
(Fuente: La Jornada, lunes, 18 de octubre de 2010:

Diagnostico político de la injusticia socio ambiental de México a fines del 2010

Asamblea Nacional de Afectados y Alternativas Ambientales

Desde hace dos o tres décadas el problema de la devastación ambiental de México ha dejado de ser paulatinamente un problema menor, que ya sólo merece ser objeto de gestión exclusiva de pequeños grupos de población más o menos “informada” que se preocupan por las tendencias catastróficas en el mediano y largo plazo que implica la aplicación económica de determinados patrones técnicos de desarrollo.
Bajo esa perspectiva original surgieron y prosperaron durante varias décadas en México numerosos y diversos grupos de científicos, sobre todo asociados a la biología, la ecología, la medicina o la toxicología, otros intelectuales refinados, pequeños grupos de clases medias en contacto con grupos ecologistas europeos o estadounidenses, algunas ONGs nacionales y transnacionales, etc. Grupos de conciencia ecológica avanzada que se convirtieron durante los últimos treinta años en los interlocutores ideales (dada su debilidad y fácil manipulación) de las instituciones ambientales del Estado mexicano. Lo cual desarrolló entre este tipo de grupos la sensación equivocada de ser los dueños exclusivos de la interlocución civil con el poder, o incluso los dueños del problema mismo.
No obstante, la destrucción ambiental se generalizó por completo en todo el territorio nacional en escalas que resultaron difíciles de concebir incluso para estos grupos de ecologistas…De ahí el agotamiento político de las formas originarias de remediar, neutralizar o francamente mediatizar el conflicto socio-ambiental de México. La vaciedad completa y corrupción extremas del partido Verde de México es una expresión esencial no sólo de la forma en que el tema del medio ambiente fue manipulado, castigado y denigrado por el aparato institucional mexicano, sino también de la manera en que la sociedad civil de México permitió que ello ocurriera de esa manera.
La devastación se escaló conforme México firmó más tratados de libre comercio que cualquier otra nación del mundo, pero también conforme se colapsaron y agotaron en 2001 —con la entrada de China en la OMC— las impúdicas expectativas de lucro que se habían trazado la elite capitalista en su proyecto de construir en México un paraíso de desregulación laboral y desindustrialización maquiladora.
El saldo: México devino en uno de los peores paraísos mundiales de la desregulación ambiental, con la destrucción completa y sistemática de nuestra soberanía ecológica, y lo que ello implica: la destrucción irreversible de innúmeras condiciones generales naturales de producción, la degradación e incluso la destrucción general de la salud de los mexicanos y la destrucción ya no sólo de la vida presente sino también de cada vez más posibilidades  futuras nacionales.
La percepción del problema empeoró porque incluso la izquierda no reformista, preocupada por salir francamente de las condiciones degradantes que impone  el capitalismo y el subdesarrollo de las periferias, en realidad siempre centraron sus preocupaciones estratégicas en el mero cambio de las relaciones sociales, considerando que las disformes fuerzas productivas (e incluso las francas fuerzas destructivas) ofrecidas por el capitalismo del siglo XX eran en realidad la añorada promesa de desarrollo material que la izquierda del siglo XIX estaba reclamando. Fetichismo científico técnico y confusión estratégica que se consolidó conforme crecían las naciones mal llamadas socialistas, que terminaron por revolucionar realmente la geopolítica del siglo XX…
México no sólo no escapa a estas dinámicas, sino que pareciera haberse colocado en el centro de este tipo de contradicciones. Sólo así se explica la actual e inesperada emergencia creciente de un movimiento ecologista popular en todo el mundo, sea a la manera de pueblos y barrios que se insurreccionan, movimientos que pelean en contra del racismo ambiental o bien a la manera de cada vez más numerosos movimientos y organizaciones sociales indígenas, campesinas, obreras o movimientos urbano populares, que lentamente se incorporan en este tipo de luchas. Respuesta popular que contrasta con la sensibilidad aletargada o incluso francamente reaccionaria que las ONGs ecologistas y las organizaciones de la izquierda tradicional de todo tipo (transa, reformista, centrista, o incluso honesta e incluso de extrema izquierda) suele mostrar todavía en el tema. 

I. El avance de la barbarie

Industria

Gracias a que nunca se ha hecho justicia histórica de los escándalos criminales mas conocidos (como Cromatos de México en el edo Mex y Anaversa en Orizaba) la contaminación industrial continúa disponiendo de la carta blanca que le otorga impunidad total para contaminar ríos (como en el Salto Jalisco, Salamanca en Guanajuato, Toluca y Tlanepantla en Edo mex, Villa Alta en Tlaxcala, Puebla, Tierra Blanca en Veracruz, las maquiladoras en la Frontera norte o en la ciudad de Nuevo León), en nuestros mares (como en Lázaro Cárdenas), o tierras, aguas y aires como en el petrolizado y petroquímico sur de Veracruz.
Pero también dispone de carta blanca para depredar las aguas como ha ocurrido en el Valle de Toluca, el Valle de puebla, ahora se pretende organizar en las nuevas regiones industriales del centro del país destinadas a desplazar las industrias aeronáuticas y aeroespaciales de EU (en Guanajuato y Querétaro)
El estallido de la planta de pesticidas en Izúcar de Matamoros, obligando al desalojo completo de los 20 mil habitantes de esta ciudad, fue el espejo más elocuente de este rubro. Porque en él no sólo se reflejó la falta de previsión que impera en todo este tipo de industrias sino también la forma refleja en que respondieron las autoridades ambientales y federales protegiendo los intereses de la industria cuando todo el pueblo se alzó para cerrar las instalaciones de la empresa Dragón.

Agricultura

Como contraparte el avance de la contaminación de maíz mexicano está peor que nunca. La legitimación de los campos experimentales de maíz se implantó exitosamente en varios de los narco-estados del norte del país (Sonora, Chihuahua y Tamaulipas). Lo que sienta las bases para la introducción de las variedades bio-reactoras de maíz.
El consumo de pesticidas en el campo avanza generando mas enfermedad, deformidad y muerte. Principalmente en el cultivo de las flores, las moras (berris), el aguacate, y las demás formas asociadas en la agro-exportación. Todo asociado a personas como Usabiaga, Vicente Fox, Martha Sagún, etc.
Las mega granjas de cerdos y pollos dispone de todos los privilegios
La expropiación de los bosques avanza y Cancún sentó las bases para que esto se escale dentro de niveles desconocidos dentro de lo que se ira convirtiendo en la nueva economía especulativa mundial, de corte francamente criminal y verde-azul.
Avance fraudulento de las plantas de biocombustibles en Chiapas
La privatización de los servicios ambientales de los bloques (sumideros de CO2, captura de agua, etc.) avanza sin que nadie lo detenga, ni nadie logre denunciarlo con eficacia
Como cosa curiosa la deforestación de los bosques de Michoacán avanza a punta de metralleta.

Minería

El avance de la minería transnacional (sobre todo canadiense) a cielo abierto es rampante en Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas. Sobre todo en el caso de las minas de oro ubicadas dentro de la franja del oro. Pero también tenemos avances en Veracruz lo mismo que en Chihuahua.
Según el Instituto Frazer, ningún otro país del mundo ofrece tatos privilegios a las mineras de EE UU y Canadá para la expansión de sus proyectos extractivos
La impunidad en San Luis Potosí avanzó incluso en contra de los resolutivos legales en favor del FAO
El peor caso de impunidad total y encubierta de la prospección minera se observó en San Juan Copala. El caso ya nadie lo quiso volver a tocar.

Energía

Aunque el accidente de BP en aguas del golfo es el mayor accidente de toda la historia de la industria petrolera y ello afecta los recursos de México, absolutamente nadie metió las manos en el azadón.
Junto a ello el avance de la entrega del petróleo nacional de tierras y aguas (someras y profundas) se antoja imparable. (Ver diagnósticos del FTE).
El avance en el uso fraudulento de las magras reservas de Chicontepec nadie esta interesado en pararlo. A pesar de la enorme cantidad de pozos que se están perforando en la región.
La devastación ambiental de la industria petrolera en las zonas habituales de México es el de costumbre. Y todas las regiones afectadas continúan bajo el manto del silencio toxicológico y epidemiológico que les castiga desde hace décadas.
Avance de los mega proyectos de privatización general de la energía impulsa el crecimiento de las plantas eólicas y de energía solar
Las propuestas de desarrollo de la energía nuclear se las reposesiona dentro de la ignorancia general sobre los peligros extraordinarios que sigue implicando el uso de este tipo de tecnología
Avance en la construcción de las redes de gasoductos privatizados en Tlaxcala, Puebla y Morelos

Urbanización salvaje

La protección de la especulación inmobiliaria se ha puesto más en el centro que nunca (alineando el crédito Infonavit etc. completamente a favor de las empresas que privatizaron la construcción de la vivienda popular)
El avance de los mega proyectos turísticos continua el despojo de todo playas en diversas regiones de México (de la punta de Cancún hasta los rincones más apartados de la Península de Baja California). Cuando el paradigma completamente inconstitucional de Cancún es un ejemplo claro.
Mientras que el avance de la hotelería y las megaciudades costeras continúa contaminando de forma brutal el agua de las playas.
El colapso de los sistemas de basura (municipal, hospitalaria e industrial) nadie lo detiene y avanza devastando la salud de los sistemas en todas las grandes ciudades de México
La privatización de la basura avanza
La apertura de libramientos carreteros avanza generando todo tipo de despojos en varias regiones del país. La indefensión campesina sólo se ahonda
El encuentro de Alcaldes de diversas partes del mundo concluyó que la salida clave el problema climático es el ahondamiento en la privatización de todos los servicios urbanos
En realidad nada ni nadie esta ofreciendo alternativas a la monstruosa privatización automotriz de la movilidad urbana
Avance en las redes de carreteras en Cuernavaca

Agua

Como un saldo de todo lo anterior el deterioro de la calidad del agua es terrible en todo el país y CONAGUA sólo avanza en los proyectos de tratamiento de aguas que le permiten mayor privatización. Uno de los negocios en los que se deja ver la mano de Felipe Calderón y su familia. La destrucción nacional es sistemática y no parece detenerse en ninguna región del país.
La sobreexplotación de las aguas resulta patente de forma ejemplar en lugares como Dolores Hidalgo
Sea por contaminación o por sobreexplotación o por cambio climático el agua se vuelve cada vez más escasa. Y frente a ello lo que en realidad avanza es su privatización y un acceso cada vez más difícil de la misma.
La construcción de represas avanza incluso en lugares en donde parecía haberse detenido
El caso de las cientos microrepresas del estado de Veracruz muestra la forma en que la región se la continúa organizando como abastecedora de los EU
Avance de la legitimidad del agua embotellada

Calentamiento global

Los problemas asociados al calentamiento global también empeoraron. Aumentaron las inundaciones catastróficas (en 2010 le toco a la ciudad de Veracruz), la intensidad y magnitud los deslaves, el carácter extremo de fríos inusuales en Otoño e invierno, y con ello número de los muertos anónimos que ocasiona el cambio climático.

   Marco institucional

El deterioro dentro de este campo resulta patente si se tiene  en cuenta la creación de nuevos instrumentos legales para el avance cada vez más impune de los procesos abiertos de despojo de todo tipo de bienes comunes. Caso emblemático fue el avance en la Cámara de Senadores de la iniciativa de las llamadas Asociaciones Publico Privadas
La irresponsabilidad del gobierno en materia de mitigación adaptación frente al cambio climático esta en pleno apogeo, debido a la ausencia completa del tema dentro de la agenda de lucha popular de las organizaciones. No existe un solo reclamo en torno de este problema. En materia de política económica (Alejandro Nadal). Ni en materia de políticas de planeación, de ordenamiento territorial, de manejo de la información sobre desastres ocurridos, numero de muertos, desplazados ambiéntales, etc., de elaboración de mapas del riesgo creciente.
La descomposición del sistema jurídico también ha avanzado de forma galopante en el anquilosamiento del sistema de leyes y normas, en la falta de asesoría jurídica e incapacidad popular de conocer los escasos derechos existentes (nacionales e internacionales), en la aceptación en los juzgados de las demandas populares, en los resolutivos en litigio, en la corrupción de los jueces, en la corrupción de los sistemas de inspección y vigilancia, etc. (Tribunal Permanente de losPueblos)
El silencio bochornoso sobre el estado de la salud de los mexicanos es brutal. Encubriendo no sólo el avance de las enfermedades degenerativas tradicionales (cáncer, espina bífida, mal formaciones al nacer, bebes que nacen muertos, escalamiento de los problemas inmunológicos, etc.). Pues ello se suma al escalamiento entre millones de mexicanos de nuevas enfermedades completamente desconocidas (caso de las llamadas enfermedades raras)
El silencio y complicidad de los científicos es terrible también
La mayoría de los afectados ambientales se mantienen en la invisibilidad (incluso cuando los vecinos se organizan y luchan). Con algunas excepciones, los medios no tocan el tema, o cuando lo hacer lo que dan a ver son aspectos siempre muy aislados del colapso general
Como un espejo de la impunidad en que opera esta situación de desastre México se ha convertido en un país insignia no sólo en la aplicación de mecanismo Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL), sino sobre todo en la conversión de las empresas más sucias en grandes negociantes de estos MDL: caso de las empresas de puercos, (¿aves?), las plantaciones de biocombustibles, transgénicos, represas, etc.
Como remate de este deterioro una serie importante de ONGs que se suponían en el centro izquierda se pasaron definitivamente hacia a derecha ambiental promoviendo la incorporación de los bosques mexicanos dentro del mecanismo RED+. Lo que abrirá las puertas para que las peores empresas transnacionales pasen por medio de los hedgefounds (fondos de cobertura) y la especulación verde de las bolsas de valores transnacionales, a controlar directamente el uso de los territorios boscosos de México y la venta del aire limpio.
En la UNAM avanza la legitimación de la propiedad intelectual
Marcelo Ebrard legitima la venta de salidas asociadas al uso de nuevas tecnologías que no están probadas
   Ya para terminar el gobierno de México logró cerrar el año en Cancún con la aprobación completamente limpia de la agenda yanqui sobre calentamiento global y economía verde. Con el agravante de la fractura del ALBA en este frente y el rompimiento de todas las normatividades dentro de la ONU.

Como remate de todo ello el asesinato de activistas ambientales crece y se mantiene en impunidad total, bajo el manto terrible de la guerra al narcotráfico (ver Luis Hernández)
Aunque también es grave el aumento de las enfermedades entre las comunidades de gente que resiste (caso inquietante en El Salto)

A manera de síntesis se puede hacer una lectura de la geopolítica de la devastación. Una lectura del uso depredatorio de las diversas regiones de México y las diferentes dinámicas que ello esta imponiendo en el Norte, el golfo, el centro del país, la Sierra madre, las playas, el sistema de las grandes ciudades.
El movimiento obrero y popular no termina de comprender la gravedad del problema ambiental que le castiga y le castigará de forma cada vez más cruel. Comenzando por el salario

II El avance de la resistencia

Los triunfos parciales de la resistencia ambiental se observaron en los siguientes rubros:
     La organización de la Asamblea Regional e Veracruz
     En la impugnación legal de Minera San Xavier
     Las iniciativas de racionalización del agua de Chalco se logró introducir dentro del manejo de la delegación Iztapalapa
     En la organización política de el Valle de Ocotlán. Y en la lucha por el control del municipio de San José del Progreso.
     El cierre popular de la planta Dragón
     Maduración del enlace organizativo directo de El Salto y Villa Alta
     El avance de las iniciativas de manejo de basura en Cuernavaca
     El avance de proyectos de autogestión agropecuaria en Oaxaca (en las redes de ORAB), al tiempo en que se abrió paso en Alpuyeca
     La movilización de Alpuyeca frenó en algo el avance provocador de Antorcha Campesina en la propia región de Alpuyeca
Se detuvo la construcción de libramientos y Wallmarts en la ciudad de Cuernavaca
     La UCCS logró comenzar a fracturar desde abajo el cerrado frente de científicos protransgénicos
     Consolidación regional del OSA
     Apertura de trabajo ambiental al interior de la sección XVIII
     Cursos de capacitación de grupos crecientes dentro de Sin Maíz no hay País
     Estallido de una resistencia cada vez más amplia a la Super Vía Poniente
     Cursos y talleres de capacitación al interior de CENAMI y la ANAA
     Se profundizó en la reflexión universitaria (y en la Casa Lam) sobre la Crisis económica y la crisis ecológica
     En la movilización nacional hacia Cancún
     Enlace de las comunidades del sureste de México con Oil Watch
     Algunos intelectuales y grupos se articularon a la demanda ecuatoriana en contra de BP
     En lace de la lucha ambiental de algunas regiones con la lucha de los migrantes
     Descubrimiento de la ANAA de numerosas otras redes similares en el mundo

Metodología para análisis de coyuntura

Lectura 1

Guía  metodología  para la lectura  y análisis del contexto social.

Contexto: Del latín contexere, tejer junto, entrelazar. Situación global donde se ubica un acontecimiento.
Contextuar: Modo en que son ensambladas las  diferentes partes de un todo,  de una estructura.
Análisis Histórico: Disección y reconstrucción de totalidades sociales.
La sociedad es un sistema  y a su vez, está formado  por sistemas o estructuras. Cada hecho aparentemente aislado puede ser referido a una totalidad o sistema en movimiento.
El análisis histórico es la base  de la acción consciente  o deliberada, el fundamento  de toda planeación racional en el terreno educativo, político, económico y cultural.
Proceso Social: Movimiento y transformación de las estructuras o de la totalidad histórica.
La historia como actividad científica abarca: uno, el análisis de las estructuras o movimientos de larga duración; dos, el estudio de las coyunturas  o de los acontecimientos y hechos que reproducen y  modifican  las estructuras.

El análisis coyuntural es un momento del análisis estructural, casi siempre  referido  a la realidad presente  y ligado a la toma de decisiones,  ya sean políticas o de otro orden.
El análisis  coyuntural aborda: uno, el estudio de los momentos críticos  o álgidos  de las estructuras  o de la totalidad, donde la coyuntura aparece como bisagra o posibilidad de un cambio  significativo de la estructura (reforma o revolución); dos, el diagnóstico rutinario  de realidades sociales de cualquier tipo para optimizar la toma de decisiones y el uso de los recursos que nos da el momento.

Movimientos orgánicos y  movimientos coyunturales.

En el análisis político  se suelen  distinguir  dos tipos de procesos:

1.- Los que tienen que ver  con  transformaciones  de estructuras, con crisis llamadas históricas que suelen abarcar hasta decenas de años, a éstos se les conoce  como movimientos orgánicos.

2.-  Los procesos llamados coyunturales, de corta duración, que son expresión de los movimientos orgánicos pero cuyo peso o importancia histórica es menor en la medida que no implican cambios  radicales aunque pueden ser detonante  de transformaciones  estructurales.

Análisis de  situaciones  y correlaciones de fuerza.

1.- El análisis de la base material: geografía, población y clases sociales, recursos productivos, el Estado, grupos, partidos políticos, escuela, medios de comunicación, iglesia, normas jurídicas, cultura, lengua, familia.

2.- Fuerzas internacionales: Ubicación geopolítica, grados  de dependencia económica, cultural y político-militar.

3.-Análisis Interno de fuerzas:
a) Nivel corporativo o gremial.-  Tiene que ver  con la estructuración de fuerzas sociales  de tipo local o gremial que se mueven a partir de sus intereses puramente inmediatos, se refiere a la solidaridad  solo de los propios grupos, no de un grupo más amplio y fuera de éstos.Son fuerzas subordinadas a los grupos dirigentes que incluso  pueden ser antagónicos a sus propios intereses.

b) Nivel  de la lucha económica de clase.- Es aquél que alcanza la conciencia de solidaridad entre los diversos grupos corporativos pero sólo en el campo de lo económico. Por ejemplo los sindicatos nacionales, las huelgas nacionales por aumento de salarios y por algunas reformas económicas o políticas que no cuestionan de fondo al sistema.

c) Nivel hegemónico: es aquel que supera el ámbito corporativo-económico. Es cuando un grupo social es capaz de representarse a sí mismo y a otros grupos subordinados. Ésta es la fase estrictamente política que señala el tránsito de los interese puramente económicos a un proyecto nacional-popular, es donde las ideologías  germinadas se convierten en partido y entran en una confrontación con su enemigo en la que  sólo  una de las partes en disputa habrá de prevalecer. 

d) Nivel político- militar: En este sentido se pueden identificar dos momentos el militar en sentido estricto o técnico militar y el político militar. El primero designa todos los problemas técnicos ligados a la organización militar, armamento, tipo de combate, etc. El segundo responde a cuestiones tales como la organización de las masas, el programa que potencie y movilice a los sectores populares, la capacidad de los dirigentes políticos y sociales, la calidad y cantidad de militantes y organizaciones populares en el seno del pueblo. Dentro del momento militar lo técnico  militar esta  subordinado a lo político  militar. En síntesis, la concepción político-militar significa que cuando se habla de correlación y construcción de fuerzas, se refiere a fuerzas sociales que se expresan materialmente. Es decir, esa fuerza material se constituye a partir de un proceso social. Marx hace referencia a que la crítica teórica (la lucha ideológica) no puede remplazar a la crítica  de las armas, y esa crítica teórica, si se incorpora  a la conciencia de los hombres, se transforma en una fuerza material.

Distinción entre táctica y estrategia.

El análisis de las situaciones en que se producen los enfrentamientos sociales  nos ayuda  a trazar  planes.  Los planes suelen ser de dos órdenes: tácticos y estratégicos.

Los planes estratégicos  son aquellas proyecciones y objetivos  diseñados  para un periodo más o menos largo  y que tienen que ver con el cumplimiento  de tareas  de gran impacto que implican un cambio radical de las estructuras o de las correlaciones de fuerza.

Los planes tácticos son las propuestas  para la acción política-social de corto alcance, la mayoría de las veces circunscritas  a la coyuntura.

Lectura 2

ANÁLISIS DE LAS SITUACIONES. RELACIONES DE FUERZAS (Antonio Gramsci, Escritos políticos 1917-1933, Cuaderno de Pasado y Presente No. 53, Ed. P&P, 1977, pp. 342-351)

El estudio de cómo hay que analizar las “situaciones” o sea, de cómo hay que establecer los diversas grados de relaciones de fuerzas, puede prestarse a una exposición elemental de ciencia y arte políticos, entendida como un conjunto de cánones prácticos de investigación y de observaciones particulares útiles para despertar el interés por la realidad y para suscitar intuiciones políticas más rigurosas y vigorosas. Al mismo tiempo hay que exponer lo que se debe entender en política por estrategia y por táctica, por plan estratégico, por propaganda, por agitación y ciencia de la organización y de la administración en política.
Los elementos de observación empírica tendrían que empezar por las relaciones de las fuerzas internacionales.
Las relaciones internacionales, ¿son (lógicamente) anteriores o posteriores a las relaciones sociales fundamentales? Posteriores, sin duda. Toda innovación en la estructura modifica las relaciones absolutas y relativas en el campo internacional, a través de sus expresiones técnico-militares. También la posición geográfica de un estado nacional es posterior y no anterior (lógicamente) a las innovaciones estructurales, aunque reaccione sobre ellas en cierta medida. Por otra parte, las relaciones internacionales reaccionan pasiva y activamente sobre las relaciones políticas. Cuanto más subordinada está la vida económica inmediata de una nación a las relaciones internacionales, tanto más representa un partido esa situación y la aprovecha para impedir la llegada de los partidos adversarios al poder.
Desde esa serie de hechos se puede llegar a la conclusión de que a menudo el llamado “partido del extranjero” no es precisamente el que se indica como tal, sino el partido más nacionalista, el cual, en realidad, más que representar las fuerzas vitales del país, representa la subordinación y sometimiento económico a las naciones o a un grupo de naciones hegemónicas.
        El problema de las relaciones entre la estructura y las superestructuras es el que hay que plantear y resolver exactamente para llegar a un análisis acertado de las fuerzas que operan en la historia de un cierto período, y para determinar su correlación.

Movimientos orgánicos y movimientos de coyuntura.
En el estudio de una estructura hay que distinguir entre los movimientos orgánicos (relativamente permanentes) y los movimientos que pueden llamarse “de coyuntura”  (y que se presentan como ocasionales, inmediatos, casi accidentales). Los fenómenos de coyuntura dependen también, por supuesto, de movimientos orgánicos, pero su significación no tiene gran alcance histórico;
producen una crítica política minuta, al día, que afecta a pequeños grupos dirigentes y a las personalidades inmediatamente responsables y más allá del personal dirigente. Al estudiar un período histórico se presenta la gran importancia de esta distinción. Se tiene, por ejemplo, una crisis que a veces se prolonga durante decenios. Esa excepcional duración significa que se han revelado en la estructura contradicciones insanables (las cuales han llegado a madurar),  y que las fuerzas políticas que actúan positivamente para la conservación y la defensa de la estructura misma se esfuerzan por sanarlas y superarlas dentro de ciertos límites. Esos esfuerzos incesantes y perseverantes constituyen el terreno de la “ocasional”, en el cual se organizan las fuerzas antagónicas que tienden a demostrar que existen ya esas condiciones necesarias y suficientes para que puedan, y por tanto deban, resolver históricamente determinados problemas.
El error en que a menudo se cae e en los análisis histórico-políticos consiste en no saber hallar una relación justa entre lo que es orgánico y lo que es ocasional: así se llega a exponer como inmediatamente activas causas que son, en cambio, mediatamente, o a afirmar que las causas inmediatas son las causas eficientes únicas; en el primer caso se tiene el exceso de “economismo” o de doctrinarismo pedante; en otro, el exceso de “ideologismo”; en un caso se sobrestiman las causas mecánicas, en el otro se exalta el elemento individualista e individual. La distinción entre “movimientos” y hechos orgánicos y movimientos y hechos “coyunturales” u ocasionales tiene que aplicarse a todos los tipos de situación, no sólo a aquellos en los cuales ocurre un desarrollo regresivo o de crisis agudas, sino también a aquellos otros en los cuales se verifica un desarrollo progresivo y de prosperidad, así como a los de estancamiento de las fuerzas productivas. Difícilmente se establecerá de un modo exacto el nexo dialéctico entre los dos órdenes de movimiento y, por tanto, de investigación; y si el error es ya grave en la historiografía,  lo será a un más en el arte político, cuando no se trata de reconstruir la historia pasada, sino de construir la presente y la futura; los propios deseos y las propias pasiones inferiores son la causa del error, porque sustituyen al análisis objetivo e imparcial, y eso ocurre no como “medio” consciente para estimular la acción, sino como autoengaño. También en este caso muerde la víbora al charlatán; es decir, el demagogo es la primera víctima de su demagogia.

Relaciones de fuerza    
La cuestión que suele llamarse de las relaciones de fuerza es un aspecto del mismo problema. A menudo se lee, en las narraciones históricas, la expresión genérica “relaciones de fuerzas favorables, desfavorables a tal o cual tendencia”. Así, abstractamente, esta formulación no explica nada, o casi nada. En la “relación de fuerza” hay que distinguir, por de pronto varios momentos o grados, que son fundamentalmente éstos:
1) Una relación de fuerzas sociales estrechamente ligada a la estructura, objetiva, independiente de la voluntad de los hombres, y que puede medirse con los sistemas de las ciencias exactas o físicas. Sobre la base del grado de desarrollo de las fuerzas materiales de producción se tienen las agrupaciones sociales, cada una de las cuales representa una función y ocupa una posición dada en la producción misma. Esta relación es, y nada más: es una realidad rebelde; nadie puede modificar el número de las empresas o de sus empleados, el número de las ciudades con la correspondiente población urbana, etc. Esta división estratégica fundamental permite estudiar si en la sociedad existen las condiciones necesarias y suficientes para una transformación, es decir, permite controlar el grado de realismo y de operatividad de las diversas ideologías nacidas en su mismo terreno, en el terreno de las contradicciones que la división ha engendrado durante su desarrollo.
2) Un momento ulterior es la relación de las fuerzas políticas, esto es: la estimación del grado de homogeneidad, de autoconciencia y de organización alcanzado por los varios grupos sociales. Este momento puede analizarse a su vez distinguiendo en él varios grados que corresponden a los diversos momentos de la conciencia política colectiva tal como se han manifestado hasta ahora en la historia. El primero y más elemental es el económico-corporativo: un comerciante siente que debe ser solidario con otro comerciante, un fabricante con otro fabricante, etc., pero el comerciante no se siente aún solidario con el fabricante; es decir se siente la unidad homogénea y el deber de organizarla, la unidad del grupo profesional, pero todavía no la del grupo social más amplio. Un segundo momento es aquel en el cual se conquista la conciencia de la solidaridad de intereses de todos los miembros del grupo social, pero todavía en el terreno meramente económico. Ya en este momento se plantea la cuestión del estado, pero sólo en el sentido de aspirar a conseguir una igualdad jurídico-política con los grupos dominantes, pues lo que se reivindica es el derecho a participar en la legislación y en la administración, y acaso el de modificarlas y reformarlas, pero en los marcos fundamentales existentes. Un tercer momento es aquel en el cual se llega a la conciencia de que los mismos intereses corporativos propios, en su desarrollo actual y futuro, superan el ambiente corporativo, de grupo meramente económico, y pueden y deben convertirse en los intereses de otros grupos subordinados. Esta es la fase más estrictamente política, la cuál indica el paso claro de la estructura a la esfera de las superestructuras complejas; es la fase en la cuál las ideologías antes terminadas se hacen “partido”, chocan y entran en lucha, hasta que una sola de ellas, o, por lo menos, una sola combinación de ellas, tiende a prevalecer, a imponerse, a difundirse por toda el área social, determinando, además de la unidad de los fines económicos y políticos, también la unidad intelectual y moral, planteando todas las cuestiones en torno a las cuáles hierve la lucha no ya en un plano corporativo, sino en un plano “universal”, y creando así la hegemonía de un grupo social fundamental sobre una serie de grupos subordinados. El estado se concibe, sin duda, como organismo propio de un grupo, destinado a crear las condiciones favorables a la máxima expansión de ese grupo;  pero ese desarrollo y esa expansión se conciben y se presentan como la fuerza motora de una expansión universal, de un desarrollo de todas las energías “nacionales”, es decir, el grupo dominante se coordina concretamente con los intereses generales de los grupos subordinados, y  la vida estatal se concibe como un continuo formarse y superarse de equilibrios inestables (dentro del ámbito de la ley) entre los intereses del grupo fundamental  y los de los grupos subordinados, equilibrios en los cuáles los intereses del grupo dominante prevalecen, pero hasta cierto punto, no hasta la satisfacción completa del interés económico-corporativo.
3) El tercer momento es el de la relación de las fuerzas militares, que es el inmediatamente decisivo en cada caso (El desarrollo histórico oscila constantemente entre el primer y el tercer momento, con la mediación del segundo). Pero tampoco éste es indistinto ni identificable inmediatamente de una forma esquemática, sino que también en él se pueden distinguir dos grados: el militar en sentido estricto, o técnico-militar, y el grado que puede llamarse político-militar. En el desarrollo de la historia esos dos grados se han presentado con una  gran variedad de combinaciones. Un ejemplo típico, que puede servir como paradigma-límite, es el de la relación de opresión militar de un estado sobre una nación que está intentando conseguir su independencia estatal. La relación no es puramente militar, sino político-militar, y, efectivamente un tipo de opresión así sería inexplicable sin el estado de disgregación social del pueblo oprimido y sin la pasividad de su mayoría; por tanto, no podrá conseguirse la independencia con fuerzas puramente militares, sino que harán falta fuerzas militares y político-militares. Pues si la nación oprimida tuviera que esperar,  para empezar la lucha por la independencia , a que el estado hegemónico le permitiera organizarse su propio ejército en el sentido estricto y técnico de la palabra, podría echase a dormir (puede ocurrir que la reivindicación de contar con un propio ejército sea admitida por la nación hegemónica, pero eso significará que una gran parte de la lucha habrá sido ya combatida y ganada en el terreno político-militar). La nación oprimida opondrá, por tanto, inicialmente a la fuerza militar hegemónica una fuerza solo “político-militar”, esto es, le opondrá una forma de acción política que tenga la  virtud de determinar reflejos de carácter militar, en el sentido: 1.de que tenga eficacia suficiente para disgregar íntimamente la eficacia bélica de la nación hegemónica, y 2.que obliguen a la fuerza militar hegemónica a diluirse y dispersarse por un gran territorio, anulando así su eficacia bélica.
Pero la observación más importante que hay que hacer a propósito de todo análisis concreto de las relaciones de fuerzas es la siguiente: que esos análisis no pueden ni deben constituir fines en sí mismos (a menos que se esté tratando de escribir un capítulo de historia pasada), sino que sólo cobran significación si sirven para justificar una actividad práctica, una iniciativa de la voluntad. Los análisis muestran cuáles son los puntos de  menor resistencia a los que pueden aplicarse con más fruto las fuerzas de la voluntad, sugieren las operaciones tácticas inmediatas, indican cómo se pude plantear mejor una campaña de agitación política, que lenguaje será mejor comprendido por las muchedumbres, etcétera. El elemento decisivo de toda situación es la fuerza permanentemente organizada y predispuesta desde mucho tiempo antes, la cual puede ser lanzada hacia delante cuando se juzga que una situación es favorable (y será favorable sólo en la medida en que exista una fuerza así y esté llena de ardor combativo); por eso la tarea esencial consiste en encargarse, sistemática y pacientemente de formar, desarrollar, homogeneizar cada vez más y hacer cada vez más compacta y consciente de sí misma a esa fuerza. Esto se comprueba en la historia militar y en la atención con la cuál se ha preparado siempre a los ejércitos para empezar una guerra en cualquier momento. Los grandes estados han sido grandes precisamente por que estaban en cualquier momento preparados para intervenir eficazmente en las coyunturas internacionales favorables, y éstas eran favorables para ellos porque los grandes estados tenían la posibilidad concreta de insertarse eficazmente en ellas. (1932-1934.)  














Partido

La formación de los intelectuales
Antonio Gramsci
¿Son los intelectuales un grupo social autónomo e independiente, o todos los grupos sociales tienen sus pro­pias categorías de intelectuales especializados?  El pro­blema es complejo por las diversas formas que ha asumido hasta ahora el proceso histórico real de la formación de las distintas categorías intelectuales.
Las más importantes de esas formas son dos:
Primera) Todo grupo social que surge sobre la base original de una función esencial en el mundo de la pro­ducción económica, establece junto a él, orgánicamente, uno o más tipos de intelectuales que le dan homogeneidad no sólo en el campo económico, sino también en el so­cial y en el político.  El empresario capitalista crea con­sigo al técnico de la industria, al docto en economía polí­tica, al organizador de una nueva cultura, de un nuevo derecho.  Es preciso señalar que el empresario representa un producto social superior, caracterizado ya por cierta capacidad dirigente y técnica, es decir, intelectual. Ade­más, en su esfera de actividad e iniciativas, debe po­seer determinados conocimientos técnicos en alguna otra, al menos en la más próxima a la producción económica. Debe ser un organizador de masas, organizador de la "confianza" de los inversionistas en su administración, de los compradores de su mercancía, etcétera.
Si no todos los empresarios, si un núcleo selecto, requerido por la necesidad de establecer condiciones más favorables para la expansión de su clase, debe poseer una aptitud adecuada de organizador de la sociedad en general, desde sus múltiples instituciones de servicios hasta el organismo estatal. Y en todo caso, tiene que tener la suficiencia para seleccionar y elegir a los “encargados” o empleados especializados a quienes confiar esta actividad organizadora de las relaciones generales al margen de la administración. Se puede observar que las actividades de los intelectuales “orgánicos” que toda clase nueva establece consigo y que forma a lo largo de su desarrollo progresivo son por lo demás, “especializaciones” de los aspectos parciales de la actividad primaria de nuevo tipo social surgido de la nueva clase.
También el señor feudal poseía una competencia especial: la militar; la crisis del feudalismo se inicia desde el momento en que la aristocracia pierde el monopolio de la capacidad técnico-militar.
Es de advertir que la masa de los campesinos, aunque ejerce una función necesaria en la esfera de la producción, no crea intelectuales propios, orgánicos, y no asimila ningún tipo de intelectuales tradicionales, a pesar de que otros grupos sociales extrajeron muchos de sus intelectuales de esa misma masa campesina y de que la mayoría de los intelectuales tradicionales son de origen campesino.
Segunda) En la historia todo grupo social “fundamental” que brota como expresión de la nueva estructura en desarrollo -la que a su vez surge de las precedentes estructuras económicas- ha encontrado, hasta ahora, grupos de intelectuales preexistentes, que se mostraban como representantes de una continuidad histórica ininterrumpida.
La más típica de estas categorías de intelectuales es la de los eclesiásticos. Esta categoría monopolizó por largo tiempo -toda una fase histórica simbolizada en parte por este monopolio- algunas de las actividades importantes: la ideología religiosa o sea la filosofía, y la ciencia de la época, y con ellas la escuela, la enseñanza, la moral, la justicia, la beneficencia, etc. La categoría de los eclesiásticos se puede considerar  la jerarquía intelectual orgánicamente ligada a la primitiva aristocracia de la tierra y estaba jurídicamente equiparada con ella, repartiéndose el ejercicio de la propiedad feudal y el disfrute de los privilegios estatales enlazados a la propiedad. Pero el monopolio de la superestructura por parte de los eclesiásticos no estaba exento de luchas y limitaciones; por eso surgieron en variadas y concretas formas de investigación y estudio otros tipos de intelectuales y de mayor volumen, para reforzar el poder del monarca hasta el absolutismo. Así comienza a formarse la aristocracia de la toga, con sus propios privilegios y jerarquías de administradores, científicos, teóricos, filósofos no eclesiásticos, etcétera.
Como estos diversos tipos de intelectuales tradicionales se sentían con espíritu de cuerpo, colocándose de por sí en posición autónoma e independiente del grupo social dominante. Esta autoposición tuvo consecuencias, y de largo alcance, en el campo ideológico y político… -Y- orilló a los intelectuales a creerse independientes, autónomos, revestidos de propia representación.
En cualquier trabajo físico aún el más mecánico y descalificado, existe un mínimo de calidad técnica, un mínimo de actividad creadora)… los empresarios por su misma función, deben tener, en cierta medida, una serie de cualidades de tipo intelectual, pero su personalidad social no está definida por estas cualidades, sino por las relaciones sociales generales, que precisamente caracterizan su posición de empresario en la industria.
. . . Podría decirse que todos los hombres son intelectuales, pero que no todos tienen en la sociedad función de intelectuales.
Cuando se establece el distingo entre intelectuales y no intelectuales, en realidad se está haciendo mención al inmediato ejercicio social de la categoría profesional de los intelectuales. . . en qué recae el mayor volumen de la actividad profesional [. . .] en energía intelectual o en un esfuerzo nervioso muscular. . . el no intelectual no existetodos los hombres al margen de su profesión, manifiestan alguna actividad intelectual, y ya sea como filósofo, artista u hombre de gusto, participan de una concepción del mundo, observa una consecuente línea de conducta moral, y por consiguiente contribuye a mantener o a modificar un concepto universal, a suscitar nuevas ideas.
Por tanto, el problema de crear un nuevo tipo de intelectual radica en desarrollar críticamente la manifestación intelectual -que en todos, en cierto grado de evolución existe- modificando su relación con el esfuerzo muscular-nervioso en un nuevo equilibrio, consiguiendo que este como elemento de actividad práctica general, se convierta en el fundamento de una nueva e integral concepción del mundo.
El titulo tradicional de intelectual se confiere vulgarmente al literato, al filósofo, al artista. Por eso, los periodistas que se creen escritores, filósofos o artistas se consideran verdaderos intelectuales. En la vida moderna la educación técnica estrechamente conectada al trabajo industrial, aún el más primario y descalificado, debe formar la base del nuevo tipo de intelectual.
. . . El modo de ser del nuevo intelectual no puede consistir ya en la elocuencia como motor externo y momentáneo de afectos y pasiones, sino en enlazarse activamente en la vida práctica como constructor, organizador y persuasor constante -pero no por orador- ...Remontándose por encima del espíritu abstracto matemático; de la técnica-trabajo se llega a la técnica-ciencia y a la concepción humanística-histórica sin la cual se es “especialista”, pero no se es “dirigente” (especialista+político).
El enorme desarrollo [. . .] adquirido por el movimiento y la organización escolar en la sociedad que surge de la época medieval, denota la importancia que en el mundo moderno asumieron las categorías y las funciones intelectuales; indica como se ha buscado profundizar y ampliar la intelectualidad de cada individuo y también multiplicar las especializaciones, perfeccionándolas. De ésto se derivan las instituciones escolares de diversos grados y los organismos para promover en todo campo de ciencias y técnicas la llamada “cultura superior”.
La escuela es el instrumento de preparación de intelectuales de diversas categorías… la labor intelectual en los distintos estados se puede apreciar objetivamente, por la cantidad de escuelas especializadas y la jerarquización de que gozan. Cuanto más extensa es el “área” escolar y abundantes los “grados superiores” de enseñanza de un Estado determinado, más vigorosa es su esfera cultural y su sociabilidad.
En esta materia tampoco se puede desligar la cantidad de la calidad: a la preparación técnico-cultural  más elevada no puede dejar de corresponder la amplísima difusión de la instrucción primaria y la solicitud para favorecer al máximo a los grados intermedios. . . la necesidad de establecer la base más vasta posible de selección de formación de intelectuales de calificación superior . . . no deja de tener inconvenientes, pues . . . en toda sociedad moderna, se crea de ese modo, la posibilidad de grandes crisis de desocupación entre las capas medias intelectuales.
. . . la formación de los estamentos intelectuales en la realidad concreta no se produce en un terreno democrático abstracto, sino conforme a procesos históricos tradicionales muy precisos. Se crean por las capas que tradicionalmente “producen” intelectuales y que son las mismas que habitualmente se especializan en el “ahorro”, o sea, la pequeña y la media burguesía del campo y algunos estratos de las de la ciudad. La variada distribución de los diferentes tipos de escuelas -clásicas y profesionales- en el terreno “económico” y las diferentes aspiraciones de las variadas categorías de estas capas, determinan o conforman la producción de las múltiples ramas de la especialización intelectual. . .
… se pueden establecer dos grandes “capas” de intelectuales supraestructurales: los pertenecientes a la llamada, por así decir, “sociedad civil”, que abarca al conjunto de organismos vulgarmente denominados “privados” y los integrados a la “sociedad política o Estado”, que corresponde a la función “hegemónica” que el grupo dominante ejerce sobre toda la sociedad y al “poder de mando directo” que se manifiesta en el Estado y en el gobierno “jurídico”.
Estas funciones son precisamente, organizativas y de conexión. Los intelectuales son los “empleados” del grupo dominante a quienes se les encomiendan las tareas subalternas en la hegemonía social y en el gobierno político; es decir en el consenso “espontáneo” otorgado por las grandes masas de la población a la directriz marcada a la vida social por el grupo básico dominante. Consenso que surge “históricamente” del prestigio -y por tanto, de la confianza- originado por el grupo prevalente por su posición y papel en el mundo de la producción; y en el aparato coercitivo estatal, que asegura “legalmente” la disciplina de los grupos activa o pasivamente en “desacuerdo”, instituido no obstante para toda la sociedad en previsión de momentos de crisis de mando y de dirección, cuando el consenso espontáneo declina.
. . . A los escalones superiores habrán de llevarse a los creadores en las diversas ciencias, en la filosofía, en las artes, etc., y a los inferiores a los más modestos administradores y divulgadores de la riqueza intelectual ya existente, acumulada.
La categoría de los intelectuales, entendida de este modo, se ha extendido en forma inaudita en el mundo moderno. En el sistema social democrático burgués se han creado imponentes masas de intelectuales que no se justifican solamente para la atención de las necesidades de la producción, sino también para las exigencias políticas del grupo básico dominante. . . La organización de la masa ha nivelado a los individuos en su calificación y psicología, determinando los mismos fenómenos que en las demás masas uniformadas… la necesidad de la organización profesional de defensa de sus intereses, la desocupación, la superproducción escolar, la emigración, etc.
…¿Qué de­pendencia tiene el partido político con el problema de los intelectuales?  Es preciso tener presente algunas considera­ciones.  En primer lugar, para algunos grupos sociales, el partido político no es más que el modo peculiar de crear su propia categoría de intelectuales orgánicos -y así se forman, y no pueden por menos de hacerlo dadas las características y condiciones generales del surgimiento, vida y desarrollo del grupo social determinado- en el campo político y filosófico y no en el de la técnica de pro­ducción. Y, luego, porque el partido político, para cualquier grupo, es justamente el mecanismo que en la sociedad civil cumple similar función a la más vasta y sintetizada que practica el Estado en la sociedad política. 
  De tal forma, puede decirse que, en su ámbito, el partido político rea­liza su misión más completa y orgánicamente que, en una esfera más amplia cumple el Estado la suya.  Un in­telectual que entra a participar en el partido político de un específico grupo social, se integra a los intelectuales orgánicos del mismo, se conecta estrechamente al grupo, lo que no sucede con la participación en el medio estatal más que relativamente, salvo en algunas ocasiones. 
La consideración de que todos los miembros del par­tido político deben ser estimados como intelectuales, es algo que quizá se preste a motivo de burla y de ridículo, pero, si se reflexiona, nada más exacto que esta afirmación.  Podrán haber diferencias graduales, y, sin em­bargo, lo importante no es el mayor o menor volumen de más o menos alta graduación en la composición del partido, sino su función directiva y organizativa, educa­tiva, es decir, intelectual.  Un comerciante no ingresa en el partido político para comerciar, -ni un industrial para fabricar más y a menor costo, o el campesino para apren­der nuevos métodos de cultivo de la tierra, aunque algu­nos aspectos de las exigencias del comerciante, industrial o campesino pueda satisfacerlas el partido político.  Para estas exigencias, dentro de ciertos límites, están los sin­dicatos profesionales, donde las actividades económico-corporativas del comerciante, el industrial y el campesino encuentran el marco adecuado.  En el partido político, los componentes del grupo social económico superan esta preocupación de su desarrollo histórico y se transforman en agentes de actividades generales de carácter nacional e internacional.


Notas sobre Maquiavelo, sobre política y sobre el estado moderno. El moderno príncipe.

Antonio Gramsci

Elementos de política.

En este dominio es preciso decir que los primeros en ser olvidados son justamente los primeros elementos, las cosas más elementales y, como se repiten infinidad de veces, se convierten en los pilares de la política y de no importa cuál acción colectiva.

El primer elemento es el de que existen realmente gobernados y gobernantes, dirigentes y dirigidos. Toda la ciencia y el arte político se basan en este hecho primordial, irreductible (en ciertas condiciones generales)… Partiendo de este hecho habrá que analizar cómo dirigir de la manera más eficaz (dados ciertos fines) y por lo tanto cómo preparar de la mejor forma a los dirigentes (y en esto consiste precisamente la primera sección de la ciencia y del arte político). …Para formar los dirigentes es fundamental partir de la siguiente premisa: ¿se quiere que existan siempre gobernados y gobernantes, o por el contrario, se desean crear las condiciones bajo las cuales desaparezca la necesidad de la existencia de esta división?, o sea ¿se parte de la premisa de la perpetua división del género humano o se cree que tal división es sólo un hecho histórico, que responde a determinadas condiciones. Sin embargo, es necesario tener claro que la división entre gobernados y gobernantes, si bien en última instancia corresponde a una división de grupos sociales, existe también, en el seno del mismo grupo, aunque éste sea homogéneo desde el punto de vista social. En cierto sentido, se puede decir que tal producto de la división del trabajo es un hecho técnico...

Dado que también en el mismo grupo existe la división entre gobernantes y gobernados, es preciso fijar algunos principios inderogables. Y es justamente en este terreno donde ocurren los «errores» más graves, donde se manifiestan las incapacidades más criminales y difíciles de corregir. Se cree que, una vez planteado el principio de la homogeneidad de un grupo, la obediencia no sólo debe ser automática y existir sin una demostración de su «necesidad» y racionalidad, sino que debe ser también indiscutible (algunos piensan y lo que es peor actúan según este pensamiento, que la obediencia «vendrá» sin ser exigida, sin que sea indicada la vía a seguir). Es así difícil extirpar de los dirigentes el «cadornismo»[1], o sea la convicción de que una cosa será hecha porque el dirigente considera justo y racional que así sea. Si no fuera hecha, la «culpa» será asignada a quienes «habrían debido», etc. De allí que sea difícil también extirpar el hábito criminal del descuido en el esfuerzo por evitar sacrificios inútiles. Y sin embargo, el sentido común muestra que la mayor parte de los desastres colectivos (políticos) ocurren porque no se ha tratado de evitar el sacrificio inútil, o se ha demostrado no tener en cuenta el sacrificio ajeno y se jugó con la piel de los demás.

Este principio se extiende a todas las acciones que exigen sacrificio. Por lo cual siempre, luego de todo acontecimiento, es necesario ante todo buscar la responsabilidad de los dirigentes

Planteado el principio de que existen dirigentes y dirigidos, gobernantes y gobernados, es verdad que los «partidos» son hasta ahora el modo más adecuado de formar los dirigentes y la capacidad de dirección. Los «partidos» pueden presentarse bajo los nombres más diversos, aún con el nombre de anti-partido y de «negación de los partidos». En realidad, los llamados «individualistas» son también hombres de partido, sólo que desearían ser «jefes de partido» por la gracia de Dios o por la imbecilidad de quienes lo siguen…

El partido político.

…Cada partido es la expresión de un grupo social y nada más que de un sólo grupo social. Sin embargo, -cuando- ejercen una función de equilibrio y de arbitraje entre los intereses del propio grupo y el de los demás grupos, procuran que el desarrollo del grupo representado se produzca con el consentimiento y con la ayuda de los grupos aliados y en ciertos casos, con el de los grupos adversarios más hostiles…

¿Cuándo un partido deviene «necesario» históricamente? Cuando las condiciones para su «triunfo», para su ineludible transformarse en Estado están al menos en vías de formación y dejan prever normalmente su desarrollo ulterior. Pero en tales condiciones, ¿cuándo se puede decir que un partido no puede ser destruido por los medios normales? Para responder es necesario desarrollar un razonamiento: para que exista un partido es preciso que coexistan tres elementos fundamentales (es decir tres grupos de elementos):

Un elemento indefinido, de hombres comunes, medios, que ofrecen como participación su disciplina y su fidelidad, mas no el espíritu creador y con alta capacidad de organización. Sin ellos el partido no existiría, es verdad, pero es verdad también que el partido no podría existir «solamente» con ellos. Constituyen una fuerza en cuanto existen hombres que los centralizan, organizan y disciplinan, pero en ausencia de esta fuerza cohesiva se dispersarían y se anularían en una hojarasca inútil. No es cuestión de negar que cada uno de estos elementos pueda transformarse en una de las fuerzas de cohesión, pero de ellos se habla precisamente en el momento en que no lo son y no están en condiciones de serlo, o si lo son actúan solamente en un círculo restringido, políticamente ineficaz y sin consecuencia.

El elemento de cohesión principal, centralizado en el campo nacional, que transforma en potente y eficiente a un conjunto de fuerzas que abandonadas a sí mismas contarían cero o poco más. Este elemento está dotado de una potente fuerza de cohesión, que centraliza y disciplina y sin duda a causa de esto está dotado igualmente, de inventiva (si se entiende «inventiva» en una cierta dirección, según ciertas líneas de fuerzas, ciertas perspectivas y también ciertas premisas). Es verdad también que un partido no podría estar formado solamente por este elemento, el cual sin embargo tiene más importancia que el primero para su constitución. Se habla de capitanes sin ejército, pero en realidad es más fácil formar un ejército que formar capitanes. Tan es así que un ejército ya existente sería destruido si le llegasen a faltar los capitanes, mientras que la existencia de un grupo de capitanes, acordes entre sí, con fines comunes, no tarda en formar un ejército aún donde no existe.

Un elemento medio, que articula el primero y el segundo que los pone en contacto, no sólo «físico» sino moral e intelectual. En la realidad, para cada partido existen «proporciones definidas» entre estos tres elementos y se logra el máximo de eficacia cuando tales «proporciones definidas» son alcanzadas.
Partiendo de estas consideraciones, se puede decir que un partido no puede ser destruido por medios normales cuando existe necesariamente el segundo elemento, cuyo nacimiento está ligado a la existencia de condiciones materiales objetivas (y si este elemento no existe todo razonamiento es superfluo), aunque sea disperso y errante, ya que no pueden dejar de formarse los otros dos, o sea el primero que forma necesariamente el tercero como su continuación y su medio de expresarse.

Para que esto ocurra es preciso que haya surgido la convicción férrea de que es necesaria una determinada solución de los problemas vitales. Sin esta convicción no se formará más que el segundo elemento, cuya destrucción es más fácil a causa de su pequeño número. Sin embargo, es necesario que este segundo elemento si fuera destruido deje como herencia un fermento que le permita regenerarse. Pero, ¿dónde subsistirá y podrá desarrollarse mejor este fermento que en el primero y en el tercer elemento, los cuales, evidentemente, son los más homogéneos con el segundo? La actividad que el segundo elemento consagra a la constitución de este fermento es por ello fundamental, debiéndoselo juzgar en función: 1) de lo que hace realmente; 2) de lo que prepara para el caso de que fuera destruido. Entre estos dos hechos es difícil indicar el más importante. Ya que en la lucha siempre se debe prever la derrota, la preparación de los propios sucesores es un elemento tan importante como los esfuerzos que se hacen para vencer.


INSTRUMENTO POLÍTICO ADECUADO A LOS NUEVOS DESAFÍOS*
Marta Harnecker

“Por muchas desviaciones
y errores que se hayan cometido,
no se trata  de tirar todo por la borda
y empezar desde cero”.
Existe una tendencia muy grande, y especialmente en la juventud, a criticar destructivamente todo lo que existe y a pensar que se puede llegar a construir algo perfecto si se empieza todo de nuevo, evitando mirar al pasado.
Muchas veces pensamos que podemos hacer aquella organización, aquel partido, aquella sociedad que soñamos, sin conocer los esfuerzos realizados por muchas otras generaciones que se han propuesto hacer cosas, que han iniciado trabajos, que han cometido errores, que los han rectificado y que han dado su vida por ese ideal. Yo creo que es imprescindible conocer ese caminar y aprender de esos esfuerzos. Olvidar el pasado, no aprender de las derrotas, dejar de lado las propias tradiciones de lucha, es hacerle el juego a la derecha -es ella la más interesada en que se borre la memoria histórica de nuestros pueblos-, porque esa es la mejor forma de no acumular fuerzas, de volver a reincidir en los mismos errores.
Coincido con Enrique Rubio en que el entronque necesario con el pasado es mucho más que un ejercicio de interpretación o que un ensayo de identificación de tendencias. Esto último resulta imprescindible pero no basta. Estamos convencidos de que el futuro de la izquierda depende en una medida igualmente importante de la reelaboración de su memoria.
 El pasado de la izquierda, vivido como memoria, puede resultar una carga dolorosa pero constituye también una fuerza y un anclaje casi inevitables.
Antes de crear una nueva organización política habría que examinar, entonces, muy bien la capacidad de transformación que tienen las organizaciones políticas actualmente existentes. Tal vez no se requiera construir una nueva organización, a lo mejor de lo que se trata es de fundir varias organizaciones ya existentes en una sola, siempre que ésta se estructure de una manera diferente.
 A continuación presentaré algunas ideas acerca de las características que, a mi entender, debería tener una organización de izquierda para ser capaz de enfrentar en mejores condiciones los nuevos desafíos que plantea el mundo de hoy.
Muchas de estas ideas las he tomado de la propia práctica y de las reflexiones que de ella han hecho varios de los dirigentes políticos de nuestro continente en entrevistas que les hiciera desde el 79 en adelante.
 No se trata, de manera alguna de un nuevo recetario. Debemos recordar que lo que debemos buscar es ser eficaces en la conducción y articulación de la lucha de clases, inserta hoy en el mundo de la revolución informacional y de la globalización.
Analizaremos primero aquellas características que tienen que ver con la relación de la organización política con la sociedad y luego sus características internas.
1. LA ORGANIZACION HACIA AFUERA:
1) ESTRECHA VINCULACIÓN CON LA SOCIEDAD.
Como ya hemos subrayado, para la izquierda la organización política sólo tiene sentido en función de construcción de un sujeto popular antisistémico y, por lo tanto, debe estar volcada a la sociedad. La fuerza de la organización debe valorarse no tanto por la cantidad de militantes que se tiene y las actividades internas que el partido realiza, sino por la influencia que éste tiene en la sociedad.
 No se trata -como dice Enrique Rubio- de meter a la gente en la organización partidaria y a la sociedad en el proyecto partidario, sino de meter a la política en la vida de la gente y a la organización partidaria en la sociedad. La identidad militante debe legitimarse hacia afuera, más que hacia adentro. Eso significa que el militante de la nueva organización debería ocupar la mayor parte de su tiempo en vincular el partido con la sociedad. Las actividades internas deberían reducirse a lo estrictamente necesario, evitando el reunionismo.
2) ABANDONO DEL REDUCCIONISMO CLASISTA.
La nueva organización política debe tener en la mira no sólo la explotación económica de los trabajadores, sino también las diversas formas de opresión y de destrucción del hombre y la naturaleza que van más allá de la relación entre el capital y la fuerza de trabajo.
 Debe abandonar el reduccionismo clasista asumiendo la defensa de todos los sectores sociales Discriminados y excluidos, económica, política, social y culturalmente. Además de los problemas de clase, deben preocuparle los problemas étnico-culturales, de raza, de género, de sexo, de medio ambiente. No debe tener presente sólo la lucha de los trabajadores organizados, sino también la lucha de las mujeres, de los indígenas, negros, jóvenes, niños, jubilados, minusválidos, homosexuales, etcétera. Y no se trata sólo de asumir la defensa de todos los explotados y discriminados, sino de comprender el potencial político radical y transformador que existe en las luchas de todos estos sectores. Y dado que el movimiento ambientalista aborda un problema que afecta a toda la humanidad: el deterioro del medio ambiente, coincido con Helio Gallardo en que este movimiento podría servir de catalizador y eje de articulación para que otras luchas se integren en la configuración de una sensibilidad alternativa para la transformación
3) INSTANCIA ARTICULADORA DE LAS DIFERENTES PRÁCTICAS SOCIALES EMANCIPATORIAS.
La nueva organización política no debería buscar contener en su seno a los representantes legítimos de todos los que luchan por la emancipación, sino esforzarse por articular sus prácticas en un único proyecto político, generando -como dice Helio Gallardo- espacios de encuentro para que los diversos malestares sociales puedan reconocerse y crecer en conciencia y en luchas específicas que cada uno tiene que dar en su área determinada: barrio, universidad, escuela, fábrica, etcétera.
a)-Hegemonía y hegemonismo.
Debemos empezar diciendo que la hegemonía es lo opuesto al hegemonismo. Nada tiene que ver con la política de aplanadora que algunas organizaciones revolucionarias, aprovechándose de ser las más fuertes, han pretendido emplear para sumar fuerzas a su política. Nada tiene que ver con pretender imponer la dirección desde arriba, acaparando cargos e instrumentalizando a los demás. Nada tiene que ver con la actitud de pretender cobrar derechos de autor a las organizaciones que osan levantar sus banderas.
 No se trata de instrumentalizar, sino, por el contrario, de sumar a todos los que estén convencidos y atraídos por el proyecto que se pretende realizar. Y sólo se suma si se respeta a los demás, si se es capaz de compartir responsabilidades con otras fuerzas.  Por supuesto que esto es más fácil de decir que de practicar. Suele ocurrir que cuando una organización es fuerte se tienda a minusvalorar el aporte que puedan hacer otras organizaciones. Esto es algo que hay que combatir.
Una actitud hegemonista en lugar de sumar fuerzas produce el efecto contrario. Por una parte, crea malestar en las otras organizaciones de izquierda que se sienten manipuladas y obligadas a aceptar decisiones en las que no han tenido participación alguna, y por otra, reduce el campo de los aliados, ya que una organización que asume una posición de este tipo es incapaz de captar los reales intereses de todos los sectores populares y crea en muchos de ellos desconfianza y escepticismo.
Por otra parte, el concepto de hegemonía es un concepto dinámico, la hegemonía no se gana de una vez y para siempre. Mantenerla es un proceso que tiene que ser recreado permanentemente. La vida sigue su curso, aparecen nuevos problemas, y con ellos nuevos retos.
Hoy, sectores importantes de la izquierda han llegado a la comprensión de que nuestra hegemonía será mayor cuando logremos que más gente siga nuestra línea política, aun si ésta no aparece bajo nuestro sello. Y lo más conveniente es lograr conquistar para esas ideas al mayor número, no sólo de organizaciones políticas y de masas, y a sus líderes naturales, sino también de personalidades destacadas en el ámbito nacional. Es oportuno recordar aquí la habilidad empleada por los sandinistas al impulsar la conformación del llamado Grupo de los Doce antes del triunfo de la revolución, constituido por doce personas pertenecientes a la burguesía nicaragüense y a las capas medias, una parte importante de los cuales no eran militantes del Frente Sandinista, aunque sí sentían simpatías por su proyecto político. El grupo, donde había intelectuales, miembros del clero, hacendados y empresarios, sirvió de factor mediador en el plano nacional e internacional para introducir al Frente Sandinista como factor indispensable en la búsqueda de cualquier solución política a la crisis y, sin duda, logró extender la hegemonía del FSLN a importantes sectores sociales.
 El grado de hegemonía alcanzado no puede medirse entonces por la cantidad de cargos que se logre conquistar. Lo fundamental es que quienes están en cargos de dirección hagan suya e implementen la línea de la organización política, aunque no sean militantes de ella. Por el contrario, si se ha logrado conquistar muchos cargos en una determinada organización se debe estar atento a no caer en desviaciones hegemonistas. Es más fácil para quien tiene un cargo imponer sus ideas que arriesgarse al desafío que significa ganar la conciencia de la gente.
4) LA DEMOCRACIA COMO BANDERA
 La nueva organización levanta la bandera de la democracia con gran fuerza, porque entiende que la lucha por la democracia es inseparable de la lucha por el socialismo. Pero antes de continuar me parece muy importante definir qué entiendo por democracia.
Creo que las diferentes definiciones de democracia pueden nuclearse en torno a tres aspectos fundamentales: el problema de la representatividad y los derechos ciudadanos; el problema de igualdad social; y el problema de la participación o protagonismo del pueblo.
El primer aspecto, el de la democracia política o democracia representativa se refiere fundamentalmente al régimen político y pone el acento en la libertad de elegir gobernantes y en los derechos civiles de todos los ciudadanos. Esta democracia, que se autoproclama gobierno del pueblo, puede ser, y de hecho así ocurre en el caso de la democracia burguesa, una democracia que favorece a los sectores minoritarios de la población, por eso algunos la llaman democracia representativa o formal, ya que en nombre de ese pueblo se favorece sólo a una minoría. En ella existen ciudadanos de primera y de segunda categoría.
El segundo aspecto se expresa en la democracia real, sustancial o social, cuyo propósito fundamental es la búsqueda de la solución a los problemas más sentidos por la población: pan, tierra, trabajo, educación, vivienda, todas cosas que permiten avanzar hacia una sociedad más igualitaria. En la práctica esta forma de democracia puede ser ejercida por un sistema político que no funcione a la manera tradicional de la democracia representativa en occidente.
 Y el tercer aspecto se expresa en la democracia participativa. Considero que el proyecto de sociedad de la izquierda: el socialismo, debe combinar estos tres tipos de democracia.
 Además de poner en práctica transformaciones sociales profundas que tiendan hacia una igualdad social cada vez mayor (democracia real o social), no puede prescindir de un sistema de representación ciudadana. No se trata -como dice Sánchez Vásquez- de propugnar la abolición de la democracia representativa, o participación delegada, en nombre de una participación directa, que lejos de excluirla vendría a complementarla y enriquecerla.
No se puede gobernar sin delegar las tareas de gobierno en representantes del pueblo. La democracia directa es viable a nivel local, en comunidades pequeñas, pero no puede ser ejercida a nivel nacional, salvo en casos muy excepcionales (plebiscito, referéndum). Por ello estimo valiosas todas las reflexiones que se refieren a los aspectos técnicos de la representatividad, o lo que yo denominaría: “la técnica de la representatividad”, que buscan asegurar una representatividad real y un sistema de control de los representantes por los electores. Estimo que la izquierda debe preocuparse de que las corrientes minoritarias estén representadas y protegidas a nivel del estado, siempre que no atenten contra los intereses nacionales, por supuesto.
Me parece que la nueva sociedad debe tener también instrumentos para defenderse de la demagogia de las campañas electorales burguesas en que se promete todo y se cumple muy poco o nada, y por ello debe plantearse como un principio básico de esa representatividad la búsqueda de mecanismos de revocabilidad para poder sustituir a los representantes cuando éstos han dejado de cumplir el mandato de sus electores. A esto debe unirse también la necesidad de poner limitación a los mandatos otorgados por el propio pueblo, para evitar lo que ha ocurrido en la mayor parte de los países socialistas -mandatos casi de por vida-, algo absolutamente extraño al pensamiento de los clásicos del marxismo que veían la función burocrática como algo transitorio debido a su carácter rotativo.
Limitar los mandatos implica evitar el trauma que significa remover a un cuadro dirigente de su cargo: trauma moral, familiar, social, porque toda remoción, al no estar contemplada en ningún reglamento, es vista como una sanción. Pero quiero aclarar que toda norma puede tener excepciones. Este es el caso, por ejemplo, de Fidel Castro en Cuba. Es difícil encontrar en la historia un líder con tanto carisma y capacidad de conducción, y sobre todo de unificación de voluntades. Un dirigente que jamás ha claudicado en cuestiones de principios; que ha sido capaz de decir al más poderoso imperio del mundo lo que estima conveniente sin tapujos, cuando el resto de los presidentes latinoamericanos no se atreven a hacerlo por la dependencia de sus países de los Estados Unidos. Es un orgullo nacional para los cubanos y yo creo que es un orgullo para los latinoamericanos y para los revolucionarios de todo el mundo. Eso por un lado. Por el otro, es un líder muy ligado a su pueblo; la mayor parte de éste confía plenamente en él.
Hay que entender también que la magnitud de los problemas que Cuba debe enfrentar, sobre todo después de la desaparición de la URSS, dificultan el relevo. En circunstancias tan complejas, ¿cómo renunciar a un líder experimentado, excepcionalmente calificado, capaz de resolver con mucho más agilidad, visión y rapidez los problemas que se le plantean al país? ¿Cómo renunciar a esa fuerza telúrica, como la calificara el Che?
Se trata de una excepción que confirma la regla, porque si bien se resuelven problemas en lo inmediato, la apabullante personalidad de Fidel inhibe un poco el surgimiento del nuevo liderazgo. Pienso que la dirección de la revolución tiene plena conciencia de esto y está seriamente empeñada en preparar el relevo de cuadros que necesita.
Pero lo más característico del socialismo debe ser la puesta en práctica de una democracia participativa, donde el pueblo sea el verdadero protagonista de la construcción de la nueva sociedad; donde se estimule y se respeten todas las formas de auto organización popular, sin intentar someterlas al partido o al estado.
El socialismo como proyecto no puede entonces separarse de la democracia, no puede sino ser la mayor expresión de la democracia y una expansión enorme de ésta en relación con la limitada democracia burguesa.
La bandera de la democracia es de la izquierda y no de la burguesía, que se apoderó de ella aprovechándose de las deficiencias que en este sentido tenían los países socialistas. Ahora bien, al levantar con toda razón la bandera de la democracia algunos sectores de izquierda, han considerado necesario poner en entredicho una de las piedras angulares del marxismo: la dictadura del proletariado. En este tema considero que los marxistas se han puesto a la defensiva y que muchas veces al repudiar la expresión dictadura del proletariado con toda razón, lo que han hecho es poner en cuestión el eje del planteamiento marxista acerca del estado.
Según Jon Elster, la “dictadura del proletariado” es una frase que ha adquirido un sentido ominoso probablemente desconocido para Marx y sus contemporáneos. La dictadura en su época y en su obra no era incompatible con la democracia.
Creo que aquí hay que aclarar muy bien las cosas para que podamos entendernos. Yo creo que la expresión dictadura del proletariado debe ser abandonada, porque las palabras sirven para comunicarse y cuando se usa un término y nadie entiende lo que se está diciendo o entienden una cosa diferente de lo que se pretende expresar, ¿qué sentido tiene usarlo? Para emplear una imagen, cuando se le habla a la gente del líquido para  utilizar el término dictadura del proletariado en el discurso político, y mucho menos cuando en nuestras experiencias más recientes en América Latina, lo que hemos visto, lo que el pueblo conoce, son dictaduras militares. ¿Cómo vamos a decirle nosotros a ese pueblo que no ha estudiado marxismo, que no tiene conocimientos científicos: “Compañeros, venimos a ofrecerles una nueva dictadura, sólo que ahora es la dictadura del proletariado”? Ahora bien, una cosa es el discurso político y otra el discurso teórico. Desde el punto de vista teórico, para que un sistema político democrático pueda reflejar los intereses de la mayoría del pueblo, hay que limitar necesariamente la realización de los intereses de quienes se oponen a que se adopten esas medidas en beneficio del pueblo.
Las sociedades concretas no son sociedades en el aire donde todos los intereses coinciden. Hay que tener en cuenta que la sociedad está compuesta de intereses contradictorios y evidentemente para que una sociedad de mayorías populares pueda funcionar deberá emplear mecanismos que le permitan hacer respetar los intereses de la mayoría, lo que necesariamente entrará en conflicto con los intereses de una minoría hasta entonces privilegiada. Y ésta sólo se somete cuando se la presiona.
Esa es la ley de la historia. Si la minoría se sometiera voluntariamente a los intereses de la mayoría popular en el poder, ésta podría poner en práctica una democracia sin límites. Esta no es una ocurrencia mía, es el propio Lenin el que lo dice. Los límites no los impone el pueblo, los impone la propia actuación del enemigo.
La dictadura del proletariado no es sino la otra cara de la democracia popular más amplia, es decir, del derecho a imponer que se respeten los intereses de la mayoría. Si no se practicara ese derecho contra los opositores se estaría yendo en contra del propio concepto de democracia, se estaría irrespetando a la mayoría.  Marx, y especialmente Lenin en El estado y la revolución, desarrollan el concepto de dictadura para explicar cómo funciona todo estado. Según ellos aun las democracias burguesas más representativas, es decir, más democráticas, son dictaduras burguesas, porque expresan la supremacía o dominio de la clase burguesa, es decir, son los intereses de su clase los que se imponen al resto de la sociedad. Ningún político burgués, por supuesto, va a hacer campaña política levantando la bandera de la dictadura de la burguesía, tratará por el contrario, de hacer creer que su sistema expresa los intereses de todos los ciudadanos y es el más democrático del mundo.
Dictadura del proletariado no significa, por lo tanto, el irrespeto de las leyes que el pueblo se ha dado, la ausencia de un estado de derecho, sino el ejercicio de ese estado de derecho contra la minoría que se opone a los cambios democráticamente decididos. Pero no hay que confundir, como alguien decía, “estado de derecho” con “estado de derecha”. La burguesía, que aboga con tanta pasión por el respeto del estado de derecho cuando es su estado de derecho, pone trabas inmensas cuando las fuerzas progresistas y revolucionarias pretenden modificar ese estado de derecho, buscando poner en práctica reformas de la constitución que permitan una mejor expresión de los intereses populares, como ocurre hoy, por ejemplo, en la Venezuela de Chávez.
Por eso es importante la distinción marxista entre tipo de estado y forma de gobierno. El tipo de estado responde a la pregunta: ¿a qué intereses (o a los intereses de qué clase) sirve ese estado? La forma de gobierno responde a la pregunta: ¿de qué manera se logran materializar esos intereses: a través de un régimen dictatorial o democrático con todas sus variantes? Me parece que es importante comprender que cuando los clásicos hablan de dictadura del proletariado están pensando en un tipo de estado y no en una forma de gobierno. Y, además, que están pensando en un tipo de estado de una sociedad capitalista desarrollada que pasa al socialismo, por lo tanto de una sociedad en la que existirían fundamentalmente burgueses y proletarios, de ahí que se hable de dictadura de la burguesía o de dictadura del proletariado, sin matices intermedios. Teniendo en cuenta todo lo dicho anteriormente, quizá lo más conveniente para evitar confusiones sin renunciar a la concepción marxista del estado, -que plantea que el estado no es neutro, sino que obedece a los intereses de determinadas clases-, sea hablar de estado con hegemonía burguesa y de estado con hegemonía popular. Por un lado esto nos evita los equívocos propios del término dictadura y, por otro, nos permite reflejar mejor el sujeto social actual de la revolución en América Latina, que abarca muchos otros sectores sociales además de la clase obrera.
5) RELACIÓN DE RESPETO AL MOVIMIENTO POPULAR.
Si la izquierda aspira a construir una fuerza social anti sistémica debe contar con una organización que exprese un gran respeto por el movimiento popular; que contribuya a su desarrollo autónomo, dejando atrás todo intento de manipulación. Debe partir de la base de que ella no es la única que tiene ideas y propuestas y que, por el contrario, el movimiento popular tiene mucho que ofrecerle, porque en su práctica cotidiana de lucha va también aprendiendo, descubriendo caminos, encontrando respuestas, inventando métodos, que pueden ser muy enriquecedores.
Como dice Clodomiro Almeyda, las ideas creadoras, novedosas, revolucionarias, transformadoras no tienen por qué generarse sólo en el seno del partido y, por lo tanto, éste no tiene que limitarse sólo a recoger reivindicaciones y demandas que vienen del movimiento, sino también debe recoger ideas y conceptos que van a enriquecer su propio arsenal conceptual.
La relación con el movimiento popular debe ser -entonces- un circuito en dos direcciones. Por desgracia, todavía suele funcionar en un sólo sentido. Por otra parte, es un error garrafal pretender conducir al movimiento de masas desde arriba, por órdenes, porque la participación popular no es algo que se pueda decretar desde arriba. Sólo si se parte de las motivaciones de la gente, sólo si se le hace descubrir a ella misma la necesidad de realizar determinadas tareas, sólo si se gana su conciencia y su corazón, estas personas estarán dispuestas a comprometerse plenamente con las acciones que emprendan.
Si la sociedad que la izquierda pretende construir es una sociedad plenamente democrática desde ya debe empezar a ejercitar la democracia en todos los terrenos. Donde sea posible debemos incorporar a las bases al proceso de toma de decisiones, eso quiere decir que hay que abrir espacios a la participación popular, debemos abandonar el método de llegar con esquemas prehechos. Tenemos que luchar por eliminar todo verticalismo que anule la iniciativa de las masas. Nuestro papel es el de orientadores y no el de suplantadores de las masas.
Por otra parte, hay que aprender a escuchar; hay que hablar con la gente y, de todo el pensamiento que se recoge ser capaces de hacer un diagnóstico correcto de su estado de ánimo, sintetizar aquello que puede unir y generar acción, combatiendo el pensamiento pesimista, derrotista que también existe. Poner oído atento a todas las soluciones que el propio pueblo gesta para defenderse o para luchar por sus reivindicaciones.  Sólo entonces, las orientaciones que se lancen no se sentirán como directivas externas al movimiento y permitirán construir un proceso organizativo capaz de llevar, si no a todo el pueblo, al menos a una parte importante de éste a incorporarse a la lucha y, a partir de ahí, se podrá ir ganando a los sectores más atrasados, más pesimistas. Cuando estos últimos sectores sientan que los objetivos por los que se lucha no sólo son necesarios, sino que es posible conseguirlos -como decía el Che- se unirán a la lucha.
Cuando, por otra parte, la gente compruebe que son sus ideas, sus iniciativas, las que están siendo implementadas, se sentirá protagonista de los hechos, y su capacidad de lucha crecerá enormemente.
a)-De la conducción militar a la pedagogía popular.
Después de lo dicho hasta aquí podemos comprender por qué los cuadros políticos de la nueva época no pueden ser cuadros con mentalidad militar -hoy no se trata de conducir a un ejército, lo que no quiere decir que en algunas coyunturas críticas, pueda y deba hacer un viraje en este sentido-, ni tampoco demagogos populistas -porque no se trata de conducir a un rebaño de ovejas-; los cuadros políticos deben ser fundamentalmente pedagogos populares, capaces de potenciar toda la sabiduría que existe en el pueblo -tanto la que proviene de sus tradiciones culturales y de lucha, como la que adquiere en su diario bregar por la subsistencia- a través de la fusión de ésta con los conocimientos más globales que la organización política pueda aportar. Debe fomentar la iniciativa creadora, la búsqueda de respuestas.
Por desgracia, muchos de los dirigentes se educaron en la escuela de conducir a las masas por órdenes y eso no es fácil de cambiar de un día para otro. Por eso no quiero crear una sensación de excesivo optimismo. La correcta relación con los movimientos sociales está lejos de haber quedado completamente resuelta.
Concuerdo con Adolfo Gilly en que si no se da una relación entre la organización política y los movimientos sociales en términos participativos -y no subordinados-, [...] los peligros de integración, burocratización y conservadurismo que a éstos acechan son muy grandes. El elitismo en la política no es una deformación, sino una de las implicaciones y de las consecuencias posibles cuando la participación ciudadana baja o no encuentra los canales y los vehículos para manifestarse.
Esta revalorización de los movimientos sociales y la comprensión de que la conducción se gana y no se impone, ha llevado a algunos sectores de la izquierda a buscar nuevas fórmulas para conformar los frentes políticos que no sean una mera alianza entre partidos políticos, sino que, a su vez, den cabida a la expresión de los movimientos sociales.
6) ADECUAR SU LENGUAJE A LOS NUEVOS TIEMPOS
La militancia y los mensajes de la izquierda de hoy, la izquierda de la era de la televisión, no pueden ser los mismos que los de la década del sesenta; no son los de la época de Gutenberg, estamos en la época de la imagen y de la telenovela. La cultura del libro, la cultura de la palabra escrita -como dice Atilio Borón- es hoy una cultura de élite, ya no es una cultura de masas. La gente hoy lee muy poco o no lee, para poder comunicarnos con el pueblo debemos dominar el lenguaje audiovisual. Y la izquierda tiene el gran desafío de buscar cómo hacerlo cuando los principales medios audiovisuales están absolutamente controlados por grandes empresas monopólicas nacionales y transnacionales.
Muchas veces se quiere competir con los grandes canales de televisión y eso es evidentemente imposible, no sólo por los recursos financieros que se necesitarían para ello, sino también porque, aunque se dispusiese de estos, como es el caso de la Central Única de Trabajadores (CUT) en Brasil ligada al PT, los grupos económicos que monopolizan esos medios impiden cualquier tipo de incursión de la izquierda en ellos. La CUT ha querido tener un espacio propio y no se le ha otorgado. Pero hay otras formas alternativas de comunicación en nuestro subcontinente que no han sido suficientemente trabajadas por la izquierda como: las radios comunitarias, los periódicos barriales, los canales municipales de televisión, y más accesibles aún a cualquier grupo que trabaja en el ámbito comunitario: el uso de video caseteras para llevar a pequeños grupos de personas experiencias de interés que les permitan aprender y formarse una conciencia crítica frente a los mensajes e informaciones que trasmiten las grandes transnacionales de la información.
Aquí también está el desafío de crear videos pedagógicos que permitan intercambiar experiencias y aprender de otras experiencias populares. Y en este intercambio de experiencias, empiezan a jugar hoy un papel importante las radios populares conectadas a redes que transmiten por satélite y permiten que los actores populares se comuniquen entre sí de un país a otro y puedan dialogar sobre sus experiencias. Pero, además de usar un lenguaje adaptado al nuevo desarrollo tecnológico es fundamental que la izquierda rompa con el viejo estilo de pretender llevar mensajes uniformes a gente con muy distintos intereses. No se puede estar pensando en masas amorfas, lo que existe son individuos, hombres y mujeres que están en distintos lugares, haciendo cosas diferentes y sometidos a influencias ideológicas diferentes; el mensaje tiene que adoptar formas flexibles para llegar a ese hombre concreto. Debemos ser capaces de individualizar el mensaje.

2. LA ORGANIZACIÓN HACIA ADENTRO
1) REUNIR A SU MILITANCIA EN TORNO A UNA COMUNIDAD DE VALORES Y UN PROGRAMA CONCRETO
Lo que debe unir a la militancia en torno a una organización política debe ser fundamentalmente el consenso en torno a una comunión cultural de valores de la cual deben derivar sus proyectos y programas. El programa político debe ser el elemento aglutinador y unificador por excelencia y es lo que debe dar coherencia a su accionar político. La aceptación o no aceptación del programa debe ser la línea divisoria entre los que están dentro de la organización y los que se excluyen de ella: sea ésta una instancia política de izquierda o un frente político de carácter más amplio. Puede haber divergencia en muchas cosas, pero debe existir consenso en las cuestiones programáticas.
Mucho se habla de la unidad de la izquierda. Sin duda ésta es fundamental para avanzar, pero se trata de unidad para la lucha, de unidad para resistir, de unidad para transformar. No se trata de una mera unidad de siglas de izquierda, porque entre esas siglas puede haber quienes hayan llegado al convencimiento que no queda otra cosa que adaptarse al régimen vigente y si es así restarán fuerzas en lugar de sumar.  No hay que olvidar que hay sumas que suman, sumas que restan -este sería el caso recién mencionado-, y sumas que multiplican. El más claro ejemplo de este último tipo de suma es el Frente Amplio de Uruguay, coalición política que reúne a todos los partidos de la izquierda uruguaya y cuya militancia rebasa ampliamente la militancia que adhiere a cada uno de los partidos que lo conforman. Ese gesto unitario de la izquierda logró convocar a una gran cantidad de personas que anteriormente no militaban en ninguno de los partidos que conformaron dicha coalición y que hoy militan en los Comités de Base del Frente Amplio. Los militantes frenteamplistas sin bandera partidista constituyen dos tercios del Frente y la militancia partidista el tercio restante.
2) CONTEMPLAR VARIADAS FORMAS DE MILITANCIA
a)-Crisis de militancia y sensibilidad de izquierda
Como es de todos conocidos, durante estos últimos años se ha producido una crisis de militancia bastante generalizada, no sólo en los partidos de izquierda sino también en los movimientos sociales y en las comunidades cristianas de base, que no es ajena a los cambios que ha sufrido el mundo. Sin embargo, junto a esta crisis de militancia en muchos de nuestros países se ha dado paralelamente un crecimiento de la influencia de la izquierda en la sociedad, y aumenta la sensibilidad de izquierda en los sectores populares.  Esto hace pensar que, además de los factores expuestos anteriormente que pueden estar en el origen de esta crisis, es muy probable que también influya en ella el tipo de exigencias que se plantean a la persona para que ésta se pueda incorporar a una práctica militante organizada. Habría que examinar si la izquierda ha sabido abrir cauces de militancia para hacer fértil esa creciente sensibilidad de izquierda en la sociedad, porque no todas las personas tienen la misma vocación militante ni se sienten inclinadas a militar en forma permanente. Eso fluctúa dependiendo mucho de los momentos políticos que se viven. No estar atentos a ello y exigir una militancia uniforme es autolimitar y debilitar a la organización política.
b)-Militancia por grupos de interés. Militancia estable y militancia de coyuntura
Hay, por ejemplo, quienes están dispuestos a militar en un área temática: salud, educación, cultura, y no en un núcleo de su centro de trabajo o en una estructura territorial. Hay otros que se sienten llamados a militar sólo en determinadas coyunturas (electorales u otras) y que no están dispuestos a hacerlo todo el año, aunque en momentos claves de la lucha política siempre se cuenta con ellos y en su vida cotidiana promueven el proyecto y los valores de la izquierda. Tratar de encasillar a la militancia en una norma única, igual para todos, en una militancia de las veinticuatro horas del día y los siete días de la semana, es dejar fuera a todo este potencial militante.
Tenemos que crear un tipo de organización que dé cabida a los más diferentes tipos de militancia, donde se admitan diversos grados de formalización. Las estructuras orgánicas deben abandonar su rigidez y flexibilizarse para optimizar este compromiso militante diferenciado, sin que se establezca un valor jerárquico entre ellas.  Por otra parte, coincido con Clodomiro Almeyda en que el valor y la eficacia del compromiso político de una persona no debe ser medido en función de su afiliación formal a una orgánica, sino por sus aportes concretos a la promoción y desarrollo de los proyectos y líneas políticas de la organización.
-Adaptar los organismos de base al medio en que se milita.
Para facilitar esta militancia diferenciada se hace necesario adaptar la estructura y los organismos de base a la naturaleza del medio en que se desenvuelve la actividad partidaria.
Clodomiro Almeyda considera que una de las cosas criticables de la organización leninista del partido es haber uniformado las instancias orgánicas sin tener en cuenta la diferencia de cada medio social. Las células o núcleos se estructuraban en forma exactamente igual en todos lados sin tener en cuenta lo específico de cada ámbito: una fábrica no es igual a un latifundio o a una escuela universitaria o a un canal de televisión.
-Establecer colaboración con muchas personas no militantes.
Pero la organización política no sólo debe trabajar con la militancia que adquiere un compromiso partidario, debe también lograr incluir en muchas tareas a los no militantes. Una forma de hacerlo es la de propiciar la creación o la utilización de entidades fuera de las estructuras internas del partido que sean útiles a la organización política y que le permitan aprovechar las potencialidades teóricas o técnicas existentes: centros de investigación, de difusión y propaganda, etcétera.
También en esta línea de trabajar con los no militantes, considero muy interesante la iniciativa de convocar a todas las personas dispuestas a aportar ideas -y especialmente a los especialistas- a discutir determinadas cuestiones temáticas: cuestión agraria, petrolera, vivienda, educación, deuda externa. Experiencias de este tipo tuvo la ex Causa R de Venezuela en la última campaña electoral presidencial, las ha tenido el FMLN desde 1993 en El Salvador y el EZLN en México, entre otros.
-Un militante también en la vida cotidiana
La lucha revolucionaria ha tendido a reducir sus objetivos transformadores a lo relacionado con la economía y el estado, pero poco se ha hecho por incluir la lucha contra la cultura y la civilización enajenada en que se vive, olvidando que aun en el socialismo la nueva sociedad tiene que competir muy duramente con el pasado, porque las taras de pasado se trasladan al presente en la conciencia individual y, por lo tanto, hay que hacer un trabajo continuo por erradicarlas.  Y esta lucha tiene su principal campo de batalla en la vida cotidiana. Durante mucho tiempo se subestimó el valor político de lo cotidiano. No se veía lo cotidiano como un espacio también político en el sentido amplio de la palabra.
La transformación de lo cotidiano sólo puede surgir cuando el individuo arranca o encuentra en lo social un espacio y un tiempo para su individualidad. Este planteamiento del sociólogo nicaragüense me parece muy importante, porque si esto no se logra el militante se va deshumanizando, va perdiendo sensibilidad y va distanciándose cada vez más del resto de los mortales. Combatir el individualismo, tarea en la que todos debemos estar empeñados, no significa negar las necesidades individuales de cada ser humano. Los intereses individuales no son antagónicos con los sociales; se presuponen mutuamente.  De ahí que considero que también debe cambiar la incorrecta relación entre militancia y sacrificio. Para ser militante en décadas pasadas había que tener espíritu de mártir: sufrir era revolucionario, gozar era visto como algo sospechoso. De alguna manera eran los ecos de la desviación colectivista del socialismo real: el militante era un tornillo más de la máquina partidaria; sus intereses individuales no eran considerados. Esto no quiere decir que desvaloricemos el fervor revolucionario, la pasión militante, el sentido del deber, de rebeldía, de responsabilidad, el espíritu de renuncia que deben tener los militantes, y más aún los dirigentes, pero éstos deben procurar combinar, dentro de lo posible, sus tareas militantes con el desarrollo de una vida humana lo más plena posible. Y si las tareas políticas les impiden llevar una vida más humana, deben estar conscientes que eso los puede llevar a caer, como señalaba el Che, en extremos dogmáticos, en escolasticismos fríos, en aislamiento de las masas.
Coincido con Helio Gallardo en que habría que superar la clásica práctica de la izquierda: fundamentalista, seria, rígida, muchas veces heroica, [...] pero también poco atractiva para la población [...] y, con frecuencia, estéril.
3) ABANDONO DE LOS MÉTODOS AUTORITARIOS
-Del centralismo burocrático al centralismo democrático
Los partidos de izquierda fueron durante mucho tiempo muy autoritarios. Lo que se practicaba habitualmente no era el centralismo democrático, sino el centralismo burocrático muy influido por las experiencias del socialismo soviético; no la aplicación de una línea general de acción discutida previamente por todos los miembros y acordada por la mayoría, sino una línea de acción decidida por la cúpula partidaria, sin conocimiento ni debate con la militancia, limitándose ésta a acatar órdenes que nunca discutía y muchas veces no comprendía. Pero al luchar contra esta desviación centralista burocrática se debe evitar caer en desviaciones de ultra democratismo, que llevan a que se gaste más tiempo en discutir que en actuar, porque todo, aún lo innecesario, se somete a discusiones que muchas veces esterilizan toda acción concreta.
Al criticar la desviación burocrática del centralismo, se ha tendido en estos últimos tiempos a rechazar todo tipo de centralismo. Esto se refleja, por ejemplo, en el siguiente texto de Immanuel Wallerstein: Lo que las fuerzas anti sistémicas deberían hacer [...] es concentrarse en la expansión de grupos sociales reales de todo tipo a todo nivel de la comunidad, y su agrupamiento [...] en niveles más altos en forma no unificada. El error fundamental de las fuerzas anti sistémicas en la era anterior fue creer que la estructura es más eficaz cuanto más unificada. [...] El centralismo democrático es exactamente lo opuesto de lo que hace falta. La base de la solidaridad [...] debe ser más sutil, más flexible y más orgánica. La familia de las fuerzas anti sistémicas debe moverse a muchas velocidades en una constante reformulación de sus prioridades tácticas. Una familia coherente y no unificada de ese tipo sólo puede ser posible si cada uno de los grupos que la forman es en sí una estructura compleja e internamente democrática. Y esto [...] sólo es posible si en el nivel colectivo reconocemos que no hay prioridades estratégicas en la lucha. [...] La batalla por la transformación sólo se puede librar en muchos frentes al mismo tiempo.
Wallerstein al cuestionar el centralismo democrático en estos párrafos cuestiona, a su vez, la necesidad de unificar a las fuerzas opositoras.  Personalmente no veo cómo se puede concebir una acción política exitosa si no se logra una acción unificada y para ello no creo que exista otro método que éste, salvo que se decida actuar por consenso, método aparentemente más democrático porque busca el acuerdo de todos, pero que en la práctica a veces es mucho más antidemocrático, porque otorga derecho a veto a una minoría: al extremo que una sola persona puede impedir que se lleguen a implementar acuerdos que cuentan con un apoyo inmensamente mayoritario.  Por otra parte, la complejidad de los problemas, la amplitud de la organización y los tiempos de la política -que obligan a tomar decisiones rápidas en determinadas coyunturas hacen casi imposible la utilización de la vía del consenso en muchas ocasiones, aunque se descarte su uso manipulador.
No hay entonces eficacia política sin conducción unificada que defina las acciones a realizar en los distintos momentos de la lucha. Esta conducción única se hace posible, porque ella refleja una línea general de acción que ha sido discutida por todos los miembros y acordada por la mayoría. Aquéllos cuyas posiciones han quedado en minoría deben someterse en la acción a la línea que triunfa, desarrollando junto a los demás miembros las tareas que se desprenden de ella.  Ahora bien, para poner en práctica esta línea general, es necesario definir las acciones concretas que tienen que realizar los militantes. Para lograr esta definición es preciso que se dé una discusión amplia, donde todos opinen y que finalmente se adopten acuerdos que todos deben cumplir. Para lograr una acción coordinada, los organismos inferiores deben tomar en cuenta en sus decisiones las indicaciones que hagan los organismos superiores. Una instancia política que pretende seriamente luchar por transformar la sociedad no puede darse el lujo de tener en su seno elementos indisciplinados que rompan la unidad de acción, sin la cual no hay acción eficaz posible.
Esta combinación de dirección central única y discusión democrática en los distintos niveles de la organización es lo que se llama centralismo democrático. Se trata de una combinación dialéctica: en períodos políticos complicados, de auge revolucionario o de guerra, se debe acentuar el polo centralista; en períodos de calma, donde el ritmo de los acontecimientos es más lento, debe acentuarse el polo democrático.
Una correcta combinación del centralismo y la democracia debe estimular la iniciativa de los dirigentes y de todos los militantes. Sólo la acción creadora en todos los niveles del partido es capaz de asegurar el triunfo de la lucha de clases. En la práctica esta iniciativa se manifiesta en sentido de responsabilidad, en orden en el trabajo, en coraje y aptitud para resolver problemas, para expresar opiniones, para criticar defectos, así como en el control ejercido, con esmero de camarada, sobre los organismos superiores. Si esto no es así, el partido como organización dejaría de tener sentido al no cumplir con el principio de la democracia interna. Una vida democrática insuficiente impide desplegar toda la iniciativa creadora de los militantes, con la consiguiente baja de su rendimiento político.
-Mayorías y minorías
El centralismo democrático implica al mismo tiempo el sometimiento de la minoría a la mayoría, el respeto de la mayoría hacia la minoría. La minoría no debe ser aplastada ni marginada, debe ser respetada. Tampoco significa una sumisión total de la minoría a la mayoría. La primera debe someterse a las tareas planteadas por la segunda en cada coyuntura política concreta, pero no debe renunciar a sus planteamientos políticos, teóricos, ideológicos. Por el contrario, tiene el deber de seguir luchando por defenderlos hasta convencer o ser convencida.
 Y ¿por qué la minoría debe seguir defendiendo sus posiciones y no claudicar ante las posiciones mayoritarias? Porque la minoría puede tener la razón, su análisis de la realidad puede ser más cercano a los hechos, porque ha sido capaz de descubrir las verdaderas motivaciones de determinados actores sociales. Por ello quienes están en posiciones minoritarias en un determinado momento no sólo tienen el derecho, sino el deber de mantener sus posiciones y de luchar por conquistar al máximo de militantes para sus posiciones a través de un debate interno.
Por otra parte, si la mayoría está convencida de que sus planteamientos son correctos no tiene por qué temer la lucha ideológica. Por el contrario, debe favorecer su desarrollo seguro de que logrará convencer al grupo minoritario.
Cuando la mayoría teme un enfrentamiento [de posiciones] es porque se siente débil, porque presiente que constituye sólo una mayoría formal, y no representa a la mayoría real de los militantes de [la organización].  ¿No será éste el caso de algunos partidos revolucionarios de América Latina? ¿Cuántas escisiones no podrían haberse evitado si se hubiera respetado la expresión de las minorías? En lugar de hacerlo así, se ha utilizado todo el peso del aparato burocrático para aniquilarlas no dejándoles sino una sola salida: la escisión. Y luego a estos grupos los culpan de divisionistas. ¿Acaso los verdaderos divisionistas no son aquéllos que provocan la escisión, aquéllos que obligan a los grupos minoritarios a utilizar esa única salida para poder cumplir con su deber de luchar [...] contra las posiciones estimadas incorrectas?
Hasta aquí hemos analizado el problema de las minorías y las mayorías dentro de una organización política. Veamos ahora qué puede ocurrir en una organización de masas. En ella puede darse un desajuste o no correspondencia entre representantes y representados y, de esa manera, a pesar de que un grupo pueda constituir una minoría ésta puede representar los intereses de la mayoría real de las personas agrupadas en dicha organización. Este desajuste puede obedecer a distintas razones, entre ellas, a la incapacidad orgánica del grupo que representa a la mayoría real para lograr una mejor representación en el organismo de masas; a las gestiones burocráticas de la mayoría formal para lograr mantenerse en posiciones de dirección; a la modificación rápida de la conciencia de las masas debido al proceso revolucionario mismo -aquéllos que sólo días atrás representaban realmente a la mayoría, pasan a constituir hoy sólo una mayoría formal, porque la situación revolucionaria ha hecho ver a las masas que el grupo minoritario tenía la razón-.
 El método correcto para resolver esta contradicción dependerá de cuál sea el origen de este desajuste.
Como síntesis, podemos concluir que el problema de las mayorías y de las minorías supera cualquier análisis cuantitativo de éste. Cada una de estas categorías tiene un carácter relativo. Muchas veces las mayorías dentro de las organizaciones pueden ser sólo mayorías formales. Lo que verdaderamente importa es saber qué representan esas mayorías y esas minorías en relación a los intereses de la mayoría real.
-Crear espacios para el debate.
Para que una organización tenga una vida interna democrática es fundamental que ésta cree espacios para el debate, la construcción de posiciones, el enriquecimiento mutuo mediante el intercambio de opiniones. Para ello es fundamental que evite sancionar las posiciones discrepantes.
Hasta ahora, salvo raras excepciones, se ha privilegiado a las células o núcleos como espacio organizativo donde se realiza la vida democrática del partido. Sin embargo, es evidente que para profundizar determinados debates, especialmente los que tienen que ver con la construcción de la línea política general del partido y las líneas sectoriales, se trata de un espacio muy limitado. Parecen mucho más enriquecedoras las reuniones más amplias, donde puede lograrse la confluencia de expositores de calidad que debatan a fondo sus diferencias, lo que permite a los demás asistentes el irse formando un criterio propio. Esa es una forma de ir construyendo pensamiento.
¿Cómo puede pensarse, por ejemplo, que la discusión sobre la situación económica del país y la línea a plantearse en este tema pueda ser discutida en organizaciones celulares de centros de trabajo o territoriales? ¿Acaso el pensamiento no se construye a través del debate? ¿Qué debate puede darse sobre temas de esta envergadura en un grupo de diez, veinte o treinta personas que no conocen a fondo el tema?, ¿no sería más lógico reunir a los principales técnicos del partido sobre el problema a debatir y que la militancia conozca a través de ellos las distintas posiciones y pueda luego pronunciarse? Buscar, entonces, los más adecuados mecanismos para agilizar un debate democrático dentro de la organización política es uno de los desafíos que tiene planteado la izquierda.
-Corrientes de opinión sí, fracciones no
Pienso que es normal que dentro de una misma organización política surjan diversas corrientes de opinión, que de hecho no expresan sino las distintas sensibilidades políticas de la militancia. Por otra parte, creo que el agrupamiento de la militancia en torno a determinadas tesis puede contribuir a profundizar el pensamiento de la organización. Lo que hay que evitar es que estas corrientes de opinión se conviertan en agrupamientos estancos, en fracciones, es decir, en verdaderos partidos dentro del partido; y que los debates teóricos sean el pretexto para imponer correlaciones de fuerzas que nada tienen que ver con las tesis que se debaten. Lo primero se puede lograr mediante una legislación interna que reconozca la legalidad de las corrientes de opinión y sancione la existencia de fracciones. Por otra parte, si de lo que se trata es de democratizar el debate, lo lógico sería que no hubiese agrupamientos permanentes, o que, al menos en algunos temas, especialmente en temas nuevos, las personas pudiesen reagruparse de diferente manera. No siempre, por ejemplo, tendrían que coincidir en un mismo agrupamiento las personas que tienen una determinada posición frente al papel del estado en la economía, con las que tienen una determinada posición respecto a la forma en que el partido debe estimular la participación política de la mujer.
 Esto sólo es posible si se parte del presupuesto de que las posiciones de la corriente a la que uno pertenece tendrá que ser complementada por la dialéctica del diálogo y debate con las otras. Si se partiera de la vieja posición tradicional de que uno es el representante del proletariado y el resto es el enemigo, la actitud necesariamente sería diferente: ese resto tendría que ser neutralizado o aplastado. Este resultado sólo se logra cuando se parte de la base de que no se es poseedor de toda la verdad, que el otro también puede tener una parte de la verdad y que, por lo tanto, sus planteamientos tienen legitimidad. Si el diálogo y el debate no permiten llegar a un entendimiento, a un consenso, las diferencias deben resolverse mediante votación. Para que esto camine se supone que todas las partes están dispuestas a someterse a los resultados de las urnas. Ese es el fundamento -sostiene Tarso Genro- de la cultura política de un partido socialista moderno, de un partido revolucionario, no autocrático, que no pretende imponer burocráticamente a la sociedad ni para sí mismo su programa. [...] Esto es lo contrario de lo que hacen algunas tendencias que es pretender aplastar a las otras, no darles oportunidades, no permitir que surjan árboles en torno a eucaliptos.
 Ahora bien, ser abierto, respetuoso y flexible en el debate no significa de ninguna manera renunciar a luchar porque las ideas propias triunfen si uno queda en minoría. Si luego del debate interno uno sigue convencido que ellas son las correctas, debe continuar defendiéndolas con el único requisito de que esa defensa respete la unidad de acción del partido en torno a las posiciones que fueron mayoritarias.
Y, hablando de debate, creo importante que se tenga en cuenta de que hoy es casi imposible que un debate interno deje de ser al mismo tiempo público y, por lo tanto, la izquierda tiene que aprender a debatir tomando en cuenta esa realidad.
-Constituir una dirección que respete la composición interna del partido
La nueva cultura de la izquierda debe reflejarse también en una forma diferente de componer la dirección de la organización política. Durante mucho tiempo se pensó que si una determinada corriente o sector del partido ganaba las elecciones internas en forma mayoritaria, eran los cuadros de esa corriente los que debían ocupar todos los cargos de dirección. De alguna manera primaba entonces la concepción de que la gobernabilidad se lograba teniendo una dirección lo más homogénea posible. Hoy tiende a primar un criterio diferente: una dirección que refleje mejor la correlación interna de fuerzas parece ser más adecuada, porque eso ayuda a que la militancia se sienta más involucrada en las tareas. Pero este criterio sólo puede ser eficaz si el partido ya ha logrado adquirir esa nueva cultura democrática, porque si no es así, se produce una olla de grillos y el partido se hace ingobernable.
Una democratización real de la organización política exige una participación más efectiva de los militantes en la elección de sus autoridades: éstas deberían ser elegidas más en función de sus posiciones ideológicas y políticas, que de su curriculum personal. De ahí la importancia de que estas diferentes posiciones sean conocidas entre la militancia a través de publicaciones internas156. También es muy importante velar por una formulación más democrática de las candidaturas y una forma de elección que asegure la secretividad de la votación.
-Consultas o plebiscitos internos
Por otra parte, me parece muy conveniente la participación directa de los militantes en la toma de las decisiones más relevantes, a través de consultas o plebiscitos internos. Y subrayamos “decisiones más relevantes”, ya que no tiene sentido y sería absolutamente inoperante estar consultando a la militancia sobre decisiones que se deben adoptar en la gestión política cotidiana, de alta dedicación, que corresponde a opciones necesariamente no masivas. Estas consultas directas a las bases son una manera bastante efectiva de democratizar las decisiones partidarias.
-Consultas populares realizadas por la organización política
Consultas del tipo recién mencionado podrían realizarse no sólo con los militantes, sino también con los simpatizantes o a lo que pudiéramos llamar el ámbito electoral del  partido. Pienso que este método es especialmente útil para designar a los candidatos de izquierda a los gobiernos locales, si de lo que se trata es de ganar el gobierno y no de usar las elecciones sólo para propagandizar las ideas del partido. Una consulta popular al electorado acerca de los varios candidatos que la organización política propone puede ser un método muy conveniente para no errar el tiro. A veces se han perdido elecciones por levantar candidatos usando un criterio netamente partidista: prestigio interno, expresión de una determinada correlación de fuerzas internas, sin tener en cuenta la opinión de la población sobre ese candidato.
Consultas a la población se han realizado con   éxito en América Latina. La Causa R de Venezuela realizó, por ejemplo, un referéndum popular unos meses después del golpe militar encabezado por el teniente coronel Hugo Chávez y su movimiento bolivariano. En esta consulta popular -que se hizo colocando urnas en las calles principales de la ciudad- se preguntaba al pueblo si estaba de acuerdo con que Carlos Andrés Pérez, entonces presidente de la República, siguiera gobernando. Votaron quinientas mil personas, especialmente de la región metropolitana, y el 90% manifestó su opinión en contra de que continuara en el cargo. Este referéndum contribuyó a crear una situación política favorable a la destitución del presidente, dando lugar a un hecho político nuevo en el país: era la primera vez que un mandatario salía del ejercicio de su cargo a pedido del Parlamento para ser juzgado antes del término de su mandato. Ninguna ley establecía ese tipo de consulta, pero tampoco ninguna ley lo prohibía. La masiva participación de la ciudadanía -aunque los resultados no fueran reconocidos- de por sí era ya un hecho político.
Otro ejemplo son las consultas realizadas por el EZLN en México: la Consulta Nacional por la Paz y la Democracia, realizada por el Movimiento Civil Zapatista en el segundo semestre de 1995 en la que participó un millón trescientas mil personas: una consulta muy original acerca de varios temas de interés, entre otros, si la organización debería unirse a otras y conformar un frente político, o si debía mantenerse como una organización independiente; y la más reciente Consulta Nacional por el Reconocimiento de los Pueblos Indios y por el Fin de la Guerra de Exterminio del 21 de marzo de 1999, en la que se duplicó la participación ciudadana alcanzando cifras cercanas a los tres millones de votantes. Estas cifras demuestran que el zapatismo sigue creciendo en simpatía popular a pesar de todas las campañas ideológicas, políticas y militares en su contra. Pero las cifras no lo dicen todo, hay otros hechos de mucha significación: por una parte, la capacidad que esta organización tuvo para movilizar a cinco mil zapatistas desde la Selva Lacandona hasta los lugares más remotos del país para realizar encuentros y dialogar con los más variados sectores de la población; por otra, la respuesta de miles de hombres y mujeres anónimos no organizados en partidos políticos que, a lo ancho y largo del país, se preocuparon de realizar las múltiples tareas que conlleva una actividad de ese tipo, desde instalar mesas hasta contar votos, con la sola motivación de apoyar la propuesta zapatista.
Cosas como éstas me hacen pensar que la izquierda suele moverse en la dicotomía entre lo legal y lo ilegal, y no tiene suficientemente en cuenta un sinnúmero de otros espacios -que yo denominaría alegales, porque no entran en la dicotomía antes señalada-, que pueden ser aprovechados con gran creatividad para concientizar, movilizar y hacer participar a la población de forma de ir construyendo esa fuerza social anti sistémica que anteriormente mencionábamos.
-Valorizar el pluralismo
La organización política de la que hablamos no sólo debe ser democrática hacia adentro, sino que también debe serlo hacia afuera. Debe reconocerse lo importante que son las iniciativas supra partidarias sin que esto signifique devaluar la importancia decisiva de renovar y potenciar las organizaciones partidarias.
 4) ORGANIZACIÓN POLÍTICA DE LOS EXPLOTADOS POR EL CAPITALISMO Y DE LOS EXCLUIDOS
Si, como veíamos anteriormente, la clase obrera industrial clásica ha ido reduciendo su contingente en América Latina, en contraste con el sector de los trabajadores sometidos a trabajos precarios, inseguros, y a los marginados o excluidos por el sistema que aumentan día a día, parece necesario que la organización política tome en cuenta esta realidad y que deje de ser una instancia que reúna sólo a la cla  se obrera clásica para transformarse en la organización de todos los oprimidos.
5) UNA ORGANIZACIÓN POLÍTICA NO INGENUA, QUE SE PREPARA PARA TODAS LAS SITUACIONES
La posibilidad actual que tiene la izquierda de disputar muchos espacios abierta y legalmente no debe hacerla perder de vista que la derecha respeta las reglas del juego sólo hasta donde le conviene. Hasta ahora no se ha visto ninguna experiencia en el mundo en que los grupos dominantes estén dispuestos a renunciar a sus privilegios. El hecho de que acepten retirarse de la arena política cuando consideran que su repliegue puede ser más conveniente, no debe llevarnos a engaño. Pueden perfectamente tolerar y hasta propiciar la presencia de un gobierno de izquierda, si este pone en práctica su política y se limita a administrar la crisis. Lo que tratará de impedir siempre -y en eso no hay que ser ilusos- es que se pretenda construir una sociedad alternativa.
De esto se deduce que en la medida en que la izquierda crezca y acceda a posiciones de poder debe estar preparada para hacer frente a la fuerte resistencia que opondrán los núcleos más apegados al capital financiero, que se van a valer de medios legales o ilegales para evitar que se lleve adelante un programa de transformaciones democráticas y populares; debe ser capaz de defender las conquistas alcanzadas democráticamente.
No hay que olvidar, como dice el teórico marxista inglés Perry Anderson, refiriéndose a las democracias burguesas, que en las más tranquilas el ejército puede permanecer invisible en sus cuarteles [pero que] el resorte “fundamental” del poder de clase burgués en un sistema parlamentario sigue siendo la coerción, aunque aparezca como “preponderante' la cultura”. Históricamente esto es lo esencial, y por eso cuando se desarrolla una crisis revolucionaria en el seno de la estructura del poder burgués, el elemento dominante se desplaza necesariamente “de la ideología hacia la violencia. La coerción llega a ser a la vez determinante y dominante en la crisis suprema, y el ejército toma, inevitablemente, la delantera de la escena en toda lucha de clases en la perspectiva de la instauración real del socialismo.”
Tener en cuenta esta situación no significa volver a los métodos clandestinos de la época de las dictaduras, los que han perdido vigencia con los procesos de apertura democrática que América Latina está viviendo hoy, pero sí parece necesario no abandonar los métodos de autodefensa cuando las circunstancias lo requieren y tener un buen trabajo de inteligencia para saber muy bien cuáles son los pasos que se propone dar el enemigo y preparar a tiempo la contra respuesta.
 Si las fuerzas de derecha respetaran las conquistas populares logradas por la vía legal, si la izquierda tuviese las mismas oportunidades de llegar a las masas que la derecha a través de los medios de comunicación: canales de televisión, prensa, radio, etcétera, no me cabe la menor duda de que preferiría transitar por los caminos de la lucha institucional. Es la derecha, y no la izquierda la que históricamente ha cerrado estos caminos.
Por otra parte, Gramsci nos enseña que no sólo se consiguen efectos militares a través de acciones armadas, las que, por el sistema “democrático” que existe en algunos países, difícilmente podrían ser entendidas por el grueso de la población. El pensador puede ser de carácter militar aunque el ejército como tal no participe allí abiertamente. Un gobierno puede ser de carácter militar aunque el ejército como tal no participe en el gobierno. En determinadas circunstancias puede ocurrir que convenga no `descubrir' al ejército, no hacerlo salir de la constitucionalidad, o como se dice, no llevar la política entre los soldados, para mantener la homogeneidad entre oficiales y soldados en un terreno de aparente neutralidad y superioridad, más allá de las facciones; y sin embargo, es el ejército, o sea, el Estado Mayor y la oficialidad, quien determina la nueva situación y la domina [...]. (Maquiavelo y Lenin, op.cit. p.85).
Es necesario tener presente que determinadas acciones políticas pueden tener efectos militares en el bando enemigo, como, por ejemplo, la dispersión de fuerzas en el territorio, el debilitamiento de su moral combativa, etcétera. Gramsci denominaba a estas actividades: acciones político-militares, porque, a pesar de ser meramente políticas, tienen la capacidad de producir efectos militares.
6) UNA NUEVA PRÁCTICA INTERNACIONALISTA EN UN MUNDO GLOBALIZADO
En un mundo en que el ejercicio de la dominación se realiza a escala global, parece aún más necesario que ayer establecer coordinaciones y estrategias de lucha a nivel regional y supra regional.
Como dice Enrique Rubio, debemos buscar una articulación de los excluidos, postergados, dominados y explotados a escala mundial, incluyendo a los que viven en los países desarrollados; una coordinación, cooperación y alianzas entre los sujetos políticos y sociales que participan en las luchas emancipadoras buscando la construcción de identidades mundiales. Es necesario que elaboremos una estrategia que incluya la articulación con fuerzas que operan en los tres grandes bloques de poder mundiales, y establecer relaciones multilaterales con cada uno de ellos como una manera de dislocar el reparto político de zonas de influencia entre los mismos.
Es preciso [...] jaquear al capitalismo desde lo político, estatal o no estatal, militante o no militante, partidario o no partidario, desde los movimientos sociales, desde los complejos científico-técnicos, desde los centros culturales y comunicacionales en los cuales se moldean, de modo decisivo, las formas de sensibilidad, y desde las organizaciones autogestionarias [...]. Para decirlo en una forma un poco esquemática y quizá chocante, la revolución será internacional, democrática, múltiple y profunda, o no será.
7) ENCARNACIÓN DE LOS VALORES ÉTICOS DE LA NUEVA SOCIEDAD QUE SE PRETENDE CONSTRUIR
En un mundo en que reina la corrupción y existe, como veíamos anteriormente, un creciente descrédito en los partidos políticos y, en general, en la política, es fundamental que la organización de izquierda se presente con un perfil ético netamente diferente, que sea capaz de encarnar en su vida cotidiana los valores que dice defender, que su práctica sea coherente con su discurso político, como lo era la del Che, de ahí el gran atractivo que representa para la juventud cansada de discursos que no se corresponden con los hechos.
Y como el objetivo de la revolución social no es solamente luchar para sobrevivir sino transformar la forma de vivir, como dice Orlando Núñez, es necesario que incursionemos en el mundo de la moral y del amor buscando la transformación directa y cotidiana del modo de vivir, pensar y sentir, creando una nueva estructura de valores. Esperar que todo esto ocurra por la simple transformación de las relaciones de producción es apostar al evolucionismo mecanicista que rechazamos.
La nueva moral debe tender a hacer desaparecer las contradicciones entre los valores sociales y los valores individuales, aspirando a construir un mundo de cooperación, solidaridad y amor.
 Y esta lucha por transformar la vida cotidiana debe empezar junto con el compromiso militante, no tiene por qué esperar el triunfo de la revolución social ya que, como dice el Che, es el propio individuo el que debe someterse a un proceso consciente de autoeducación.
Se trata de aprender a luchar cotidianamente contra toda institución o estructura enajenante, buscando cómo substituirlas [e] inventando otras nuevas, lo que no excluye la lucha por las grandes transformaciones sociales y políticas. Si luchamos por la liberación social de la mujer, debemos empezar desde ya por transformar la relación hombre-mujer en el seno de la familia, superar la división del trabajo en el hogar, la cultura machista; si consideramos que la arcilla fundamental de nuestra obra es la juventud, debemos educarla para que piense por sí misma, adopte posiciones propias y sea capaz de defenderlas sobre la base de lo que siente y piensa; si luchamos contra la discriminación racial debemos ser coherentes con ello en nuestra propia vida; si luchamos contra la enajenación del consumismo, debemos materializar esto en una vida personal austera. Uno de los valores fundamentales en los que hay que educar y auto educarse es el de la consecuencia entre el pensamiento y la acción, en el rechazo a la doble moral, uno de cuyos mayores ejemplos es la figura del Che.
Es fundamental, por otra parte, que la organización que construyamos encarne los valores de la honestidad y de la transparencia. En este terreno no puede permitirse el más leve comportamiento que pueda empañar su imagen. Debe crear condiciones para mantener una estricta vigilancia en cuanto a la honestidad de sus cuadros y mandatarios.
Por último, además de las banderas enarboladas por la revolución francesa: libertad, igualdad y fraternidad, que conservan toda su vigencia, pienso que habría que agregar una cuarta bandera: la de la austeridad. Y no por un sentido ascético cristiano, sino para oponerse al consumismo suicida y alienante de fines de siglo.



[1] El término proviene del general Luigi Cadorna, jefe del Estado Mayor del «ejército italiano durante la retirada de Caporetto (1917), de la cual fue el principal responsable. Caporetto puso en evidencia el carácter erróneo de la conducción del ejército italiano, y el «cadornismo» simboliza aquí el burocratismo o el autoritarismo de los dirigentes que consideraban como superfluo el trabajo de persuasión de los «dirigidos» para obtener su adhesión voluntaria (N. del T.)
* Este artículo fue escrito a fines del siglo pasado, a unos meses del triunfo de Hugo Chávez en las elecciones presidenciales de Venezuela, y a poco menos de tres años de que la Confederación de Trabajadores del Trópico Cochabambino liderada por Evo Morales, decidiera fusionarse con el Movimiento al Socialismo (MAS), para, desde el movimiento social, construir un instrumento político para llegar a la Presidencia de Bolivia. Las tesis expuestas por Martha Harnecker son relevantes porque captan lo esencial de los debates del movimiento social y la izquierda partidaria electoral sobre las características que debe tener una fuerza política antineoliberal, alternativa al capital y a muchas de las prácticas equivocadas de la propia izquierda. Hoy algunas de sus opiniones sobre la evolución de ciertas fuerzas políticas como el EZLN suenan fuera de contexto, al igual que aquellas opiniones donde reduce la militancia de los cuadros partidarios al papel de pedagogos populares, por no hablar de algunos temas y problemas que siguen a debate, sin embargo, el texto conserva  una gran actualidad.  

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