PEPENADORES A LA HUELGA DE HAMBRE
El progreso genera su propio descontento,
los excluidos quieren ser incluidos.Carlos Fuentes.
Inició una huelga de hambre de los pepenadores el pasado martes 6. Lo hicieron luego de dos intentos fallidos de diálogo con el Ayuntamiento en semanas anteriores y después de estar en plantón frente al Palacio Municipal siete días. Como siempre, atrás de un ayuno de este tipo, hay una actitud oficial de no reconocer reiteradamente los derechos de quien tiene que recurrir a esta forma de lucha.
Hace 17 años, quienes se ganaban la vida en el viejo basurón de la ciudad, hicieron esfuerzos extraordinarios para organizarse y fundan la Cooperativa de Pepenadores "Progreso" de Culiacán y a partir de allí dignificar el trabajo de sus agremiados. Las gestiones permanentes ante las diferentes administraciones municipales y el respaldo de los activistas responsables del servicio social de la Universidad Autónoma de Sinaloa, hicieron posible un dispensario médico en el relleno sanitario de la ciudad, el apoyo con despensas y enseres domésticos para las familias de los pepenadores. La Cooperativa se convirtió en el centro de la vida de sus agremiados.
La organización de los pepenadores es un salto muy importante para el grupo que vive de la pepena y también un ejemplo a seguir por los trabajadores de la región, sobre todo de los que sufren la marginación, la falta de oportunidades y la exclusión social al igual que los mismos pepenadores. Y para orgullo de quienes hemos sido simpatizantes de la Cooperativa, habrá que reconocer que hay aportaciones a la sociedad que no pueden ignorarse, como el beneficio que recibimos todos del reciclado del plástico, metales y cartón, entre otros, pues esos productos al regresar al circuito industrial, no se quedan como contaminantes permanentes en el relleno sanitario.
Son méritos también la capacidad de crear empleos donde no los había y de practicar la solidaridad -en sus limitadas condiciones-, con familias de desplazados de la violencia a quienes se les brindó un espacio para que se ganaran la vida junto a los pepenadores. Y para quienes luchamos por el respeto a los derechos humanos, cómo olvidar que la Cooperativa de pepenadores ha sacrificado muchas horas de trabajo de compañeros para estar presentes en los plantones y marchas de los familiares con desaparecidos, en las jornadas que organiza la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa y en tantas otras acciones solidarias.
Pero la basura es ahora un negocio muy redituable en México y la recolección y depósito de la misma es un botín que despierta ambiciones de empresas y de políticos que se sirven de los bienes públicos. Y las embestidas no se han hecho esperar. A partir de 2005 se privatiza la mitad del servicio de la basura, con un contrato demasiado beneficioso para la empresa Gen-Altya, pues el Ayuntamiento recoge la basura de las calles y sólo por entregarla al relleno sanitario privado se les pagan 2 millones de pesos mensuales. Más que servicio a la ciudad, ello ha representado el pago oneroso e inexplicable de una cuota de políticos a ¿quién? ¿A empresas que los apoyan en campaña o a otros políticos que forman filas atrás de esas empresas?
Llama mucho la negativa al diálogo de la presente administración municipal de Sergio Torres, cuyos tesorero y secretario de servicios públicos fueron los principales funcionarios de la compañía privatizadora mencionada y que pretende quedarse con todo el negocio de la basura, luego de desaparecer la Cooperativa de pepenadores.
La huelga de hambre tiene un pliego petitorio: revisión del padrón original de pepenadores para que se reconozca el derecho de los mismos de permanecer en el trabajo, exhibición pública de la acta constitutiva de la Cooperativa fantasma que hoy juega el papel de esquirol, credencialización a los trabajadores del padrón original y que se abra el relleno sanitario sur para que una parte de los pepenadores trabaje en dicho lugar.
La huelga ha tenido buena solidaridad social: la han visitado estudiantes, gente de colonias y personajes de la vida pública. A partir de este jueves habrá espectáculos de teatro guiñol y música en apoyo al movimiento de los pepenadores. Un reto importante es cómo los ciudadanos nos involucramos para hacer posible que el diálogo se imponga en esta lamentable situación y se encuentre una salida justa para quienes han hecho de su trabajo en el relleno sanitario un centro de dignidad laboral, de aportación responsable a la ecología, de solidaridad hacia los desplazados de la violencia y un ejemplo de coraje frente a la exclusión social. Creo necesario preguntar, ¿y el resto de la sociedad civil no tiene nada que decir? Vale.
Prof. Oscar Loza.
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