Los datos refutan la teoría
estructuralen EU
Paul Krugman
¿C
ómo evaluar lo que se dice respecto de lo que pasa en la economía? Puede seguir sus prejuicios, por supuesto. Puede recurrir a evidencia econométrica detallada, aunque en mi experiencia, esencialmente a nadie convence este tipo de cosas, incluyendo a los econometristas. Pero la forma en que normalmente intento hacerlo es preguntar si los hechos disponibles coinciden con la
firmaque la historia parece implicar; esto es, ¿vemos el patrón general que el argumento sugeriría que debiéramos ver?
Ahora, considere el argumento de que nuestros problemas son principalmente estructurales. La forma en que normalmente se dice esta historia es que en Estados Unidos teníamos muchos trabajadores en las industrias incorrectas, que tenemos que esperar un nivel general de empleo deprimido conforme los trabajadores son sacados de estos sectores
hinchados.
Bueno, ¿entonces cuál debería ser la firma de esa historia? Indudablemente que la pérdida de empleo debería estar concentrada en los sectores hinchados, que en todo caso el empleo debería estar creciendo en otras partes, y que los salarios deberían estar aumentando más rápido en los sectores no hinchados que en los inflados.
Entonces, veamos rápidamente los datos de la Oficina de Estadísticas Laborales sobre empleo y salarios. El gráfico de la parte superior derecha es lo que obtenemos a primera vista.
Como que se ve, pérdida de puestos de trabajo por doquier, ¿o no?
Y en cuanto a salarios, veamos el gráfico de abajo. ¿Quién está compitiendo por trabajadores?
Puede intentar refinarlo desagregándolo, pero a primera vista la firma de un problema estructural simplemente no está presente (y créame, un análisis más profundo no ayuda mucho).
O puede ser que la gente tenga en mente otra historia estructural, excepto que la anterior es la que gustan de citar en artículos populares.
Entonces, ¿por qué esta gente está tan segura de que es un problema estructural? Sé que suena prudente y serio decir que lo es, pero está este asunto de la evidencia real; la evidencia es fuertemente inconsistente con la historia estructural, y bastante consistente con una historia de demanda. Eso no pone punto final al caso, pero en un mundo mejor ayudaría mucho a resolver la discusión.
Es una pena que no vivamos en ese mundo mejor.
Retrospectivas estructurales.Algunos comentarios respecto a la renovada presión de los conservadores para declarar que nuestros problemas son
estructurales, o no solucionables simplemente incrementando la demanda.
1. Eso fue también lo que dijo la Gente Muy Seria en la década de 1930. En ese entonces, el enfoque de la guerra finalmente generó el estímulo que necesitábamos, y todas esas dificultades estructurales resultaron imaginarias.
2. Irlanda fue elogiada por su maravillosa flexibilidad; era un ejemplo brillante del arte de lo posible, declaró George Osborne, en ese entonces el ministro de Hacienda británico en la sombra. Después, cuando las cosas salieron mal, se le dijo a Irlanda que debía arreglar sus profundas rigideces estructurales.
3. Todo el que diga algo así como
si el gasto deficitario fuera el camino a la prosperidad, Grecia estaría fenomenal, debería considerarse inmediatamente indigno de ser escuchado. La gente de mi lado ha repetido hasta ponerse azul que el caso a favor de la expansión fiscal es muy específico a las circunstancias; es deseable si y sólo si estamos en una trampa de liquidez. Sé que a algunos les gusta proyectar en otros su propia crudeza, pero lo que realmente están demostrando es su propia ignorancia.
4. Todo sobre la línea de
necesitamos soluciones de largo plazo, no arreglos de corto plazo, puede sonar sofisticado, pero de hecho es justamente lo contrario. Para empezar, John Maynard Keynes:
Pero este largo plazo es una guía incorrecta para los asuntos actuales. A largo plazo todo estamos muertos, escribió en 1923.
Los economistas se fijan una tarea muy fácil y muy inútil si en temporadas tempestuosas sólo pueden decirnos que cuando haya pasado la tormenta el océano volverá a estar tranquilo, indicó.
© 2012 The New York Times