MANIFIESTO
POR LA UNIDAD DE LAS IZQUIERDAS Y PARA EL RESCATE DEL PRD EN PUEBLA
1.- México se encuentra en una situación de emergencia producto de la peor crisis de su historia contemporánea, que exige de un cambio de fondo. Cambio que solo puede lograrse por una izquierda unida y comprometida con un programa alternativo para el país.
La crisis que sufre México, abarca todos los ámbitos de la vida nacional: la economía, la política, la educación, la seguridad, la salud, etc. Esta situación significa que cada vez la vida en el país sea más difícil y compleja y de no realizarse un cambio de fondo, conducirá inevitablemente a que el futuro de todas y todos los mexicanos sea desastroso.
Dicha situación no es producto de la casualidad, sino resultado lógico de la puesta en práctica de forma ortodoxa desde hace más de 25 años del modelo económico neoliberal por los gobiernos de la derecha del PRI y PAN, que ha demostrado con creces su inviabilidad, puesto que a consecuencia de ello cada vez hay más pobres y una mayor desigualdad en el país. Aunado a ello y como parte de estos mismos intereses, la derecha oligarquía reaccionaria y los poderes facticos pasaron a la captura y toma del poder político mexicano a través de las fuerzas de elite con sus partidos el PAN y el PRI, quienes han sido los únicos beneficiarios del modelo neoliberal.
La política económica neoliberal, que es antipatriótica y antipopular afectó de manera significativa a México, pues, fue el país que más resintió sus estragos en América Latina después de la catástrofe financiera de 2008 como lo ilustran las cifras duras: mientras que en la región latinoamericana la caída económica fue de 2.6% en promedio en nuestro país fue del 10.7%; en turismo la disminución en la región fue de 6.7% y en el país de 17.6%; las remesas en otros países cayeron en 10.8% y en México 36.4%; la baja en las exportaciones del país fueron del 49.5% mientras en el continente fue de solo 11.2%. A partir del 2010 la mayoría de las economías han tenido crecimientos significativos: Argentina del 8.4%, Brasil 7.7% Chile 5.6% y México tan solo del 4.3%.
Por si estos indicadores económicos no fueran contundentes para comprender el tamaño del desastre, están otros relacionados con los aspectos sociales que son de trascendental importancia para cualquier país: crimen organizado (lugar 136 de 139), costo del crimen y violencia para las empresas (132), fiabilidad de los servicios de policía (132) calidad de la educación en ciencias y matemáticas (128), calidad del sistema educativo (120), calidad en educación primaria (120), costos de la política agrícola (126), burocracia gubernamental (116) y en contraste ocupa los primeros lugares en aéreas contraproducentes: tamaño del mercado interno (lugar 11 de 139 países), comercio exterior (15), balance de finanzas públicas (19); variables asociadas a los mandatos del FMI y que se sirven para medir el ambiente macroeconómico.
Por otro lado, en materia salarial y de acuerdo a la CEPAL, México forma parte de los 5 países con los salarios más bajos de América Latina y tiene una muy alta población con ingresos tan bajos que están por debajo de la línea de la pobreza. Por otro lado, el crecimiento económico promedio del país en este sexenio será del 1.9% y por consecuencia la creación de empleo se estima de solo el 13% de los empleos requeridos.
Ante esta realidad de desastre, existe una gran desazón en todos los sectores de la sociedad y preocupación por la situación actual y el futuro del país. Estamos ante una crisis institucional de grandes proporciones. Por ello, justo ahora y dada la profundidad de esta crisis del país y de la sociedad mexicana es que los actores democráticos, progresistas y de la izquierda estamos obligados a actuar conjunta y unitariamente, a comprender que no hay otra forma de enfrentar con éxito la amenaza del estancamiento y del crimen organizado que actuando como un cuerpo colectivo.
El país exige un cambio de fondo. Y ese cambio solo lo puede lograr una opción de izquierda, pero una izquierda comprometida y congruente con un programa alternativo, que sea capaz de recuperar la plataforma que nos dio fuerza a la izquierda y al PRD en 2006, que rescate la independencia de la izquierda del gobierno de Felipe Calderón, de los gobernadores, de los presidentes municipales, de los poderes fácticos y de los partidos de la derecha tanto del PRI como del PAN.
Por ello, urge relanzar al PRD hacia afuera, pero también transformarlo y recuperarlo hacia adentro y con ello adoptar iniciativas orientadas al avance de las fuerzas progresistas y a resolver la grave crisis que azota al país.
Nuevamente estamos ante una oportunidad por la coyuntura electoral del año próximo, de construir la mayoría que nos permita ganar la Presidencia de la República, para cambiar con la participación más amplia de los ciudadanos a nuestro país. El 2012 tiene abierta ya una disyuntiva o bipartidismo de derecha y continuidad neoliberal, o victoria progresista con un nuevo proyecto de nación democrática, soberana, igualitaria y con progreso social.
Este es el reto. La izquierda cuando se logra articular y unir, transforma, modifica y alcanza grandes cambios para una revolución democrática que transforme al país.
2.- El estado de Puebla pasa por una situación muy compleja, controvertida y extremadamente incierta en cuanto a su rumbo inmediato y futuro; resultado de tener por primera vez un gobierno de alternancia política y coalición electoral. Hecho que nos obliga como izquierda, a discutir entre todos y a definir una línea política que tenga como ejes de compromiso: la construcción de un programa de gobierno antineoliberal y de transición, una estrategia de alianza con los movimientos sociales y la construcción de un poder popular.
La izquierda en Puebla tiene una historia y larga trayectoria de lucha, fue actora de luchas políticas y sociales importantes que contribuyeron a lograr cambios democráticos y a reconfigurar la vida política y social en el estado, como mejorar las condiciones de vida de sectores de la sociedad. Es decir, la izquierda durante un periodo hasta hace dos décadas, fue un actor político y social importante como agente de cambio, fue un referente político e ideológico representativo para muchos ciudadanos de la entidad, incluso referente nacional.
Sin embargo por varios factores, entre ellos la acción corruptora y divisionista promovida desde las altas esferas del gobierno, nuestra incapacidad en crear políticas y formas nuevas de organización y relación a las condiciones y cambios efectuados, así como la de privilegiar los intereses personales y de grupo y no los de la mayoría, nos llevaron desde hace ya un tiempo, a dejar de ser un referente político y social de izquierda reconocido en Puebla y una opción atractiva y atrayente para la ciudadanía.
Los resultados del pasado proceso electoral y la conformación del nuevo gobierno estatal, nos plantea un reto. Ya sabemos que existe un fuerte debate en la izquierda, sobre lo correcto o no de que un sector del PRD en el estado haya ido en la coalición electoral con algunos de los partidos de la derecha en dicho proceso; es su derecho y decisión, y seguramente la discusión continuará hasta que se pueda arribar a un consenso mayoritario. Pero amén a ello, lo que no debemos perder de vista es la realidad en la que ahora nos encontramos, ante un escenario que no habíamos tenido antes, pues el estado de Puebla estuvo gobernado durante más de 80 años por el PRI y hoy día por un nuevo gobierno que se presupone de coalición y de transición, cuyos resultados han sido magros, autoritarios y por ende represores.
En la coalición electoral se logró conformar una propuesta de plataforma electoral avanzada y progresista, posteriormente refrendada en el programa de gobierno, que contiene propuestas prioritarias y no antagónicas de los partidos que participaron en la coalición, en ella el PRD incorporó: la reivindicación de una reforma política profunda fundada en una efectiva división de poderes, en la que la Cámara de Diputados juegue el papel de una verdadera representación popular, de real autonomía, de los órganos autónomos y ciudadanos y una efectiva transparencia y rendición de cuentas, la aplicación de una política social con visión de Estado como la que se aplica en GDF, la generación de empleos justamente remunerados, etc.
Sin embargo estamos consientes que por la forma centralista y vertical con la que ha iniciado sus actividades la nueva administración gubernamental, así como por las decisiones políticas que ha adoptando el ejecutivo estatal permeadas de ciertos rasgos antidemocráticos y de autoritarismo, no tienen correspondencia a la oferta política y programática comprometida en campaña por la coalición electoral; esto empieza a generar una decepción en amplios sectores de la población y que las grandes expectativas generadas entre la ciudadanía vayan decayendo en la sociedad poblana a medida que va transcurriendo el tiempo.
Por esta situación, existen creadas condiciones tanto a nivel nacional como en el estado, para que la izquierda asuma su responsabilidad histórica y recuperare su papel y se redimensione política y socialmente en Puebla, con base en la unidad y con la suma de todas las experiencias de lucha de izquierda y rechazando como validas únicamente las propias, que a lo único que han conducido es a erosionar y atomizar a la fuerza de izquierda.
Por tanto debemos hoy transformarnos en una izquierda que tenga la capacidad de articular la lucha electoral, con la organización y la acción popular. Que defienda la profundización de la democracia, los recursos naturales, que impulse el combate a la pobreza, la integración y desarrollo regional, que reconozca la diversidad cultural y étnica y que busque alternativas a las políticas neoliberales.
3.- El PRD en Puebla continúa en crisis y en un proceso de mayor inmovilidad, sin estructura orgánica municipal y estatal, sin un funcionamiento legal e institucional, sin una línea política propia y subordinada a intereses externos al partido. La tarea es el rescate del PRD desde abajo, con la lucha de la militancia, con las plataformas programáticas que construyamos juntos y en unidad, con la participación y contribución de todos sin mezquindades ni banalidades de ningún tipo y como producto por quienes nos reivindicamos desde un compromiso de izquierda, es decir, recuperar los valores de solidaridad, fraternidad, tolerancia y respeto.
El PRD en el estado en su situación de crisis y de una gran inestabilidad, no logra tener un funcionamiento y vida institucional normal, mucho menos representar una alternativa atractiva, seria y viable para la mayoría de los poblanos; esto a pesar de los acuerdos del Congreso Nacional Extraordinario para la Refundación de nuestro partido. En Puebla la situación partidaria se ha agravado porque la Nueva Izquierda, han puesto –como siempre-por delante sus intereses, compromisos particulares y privilegios personales y de grupo. Han cancelado la ruta de la reforma partidaria, torcieron el proceso de refrendo y reafiliación de la militancia y subordinan la línea y la acción política del partido a la política del gobierno del estado en función de sus intereses personales o de grupo.
La disputa en el partido es entre dos visiones y dos lógicas de intereses claramente opuestos. Es la lucha por el control del PRD como extensión de la derecha o por un PRD independiente de los gobernantes del estado. Es la disputa por una estrategia con un PRD como alternativa de poder a la derecha o un PRD convertido en satélite del gobierno con claras vistas derechistas. Es la lucha por un PRD al servicio de la burocracia partidaria o al servicio real de la gente. Es la lucha por un PRD articulado y acompañando a las luchas sociales y con el movimiento popular o un PRD desarticulado y ubicado como simple comparsa de los decisiones y actos contrarios a las aspiraciones y demandas de los ciudadanos.
El PRD debe recuperar su papel histórico con una nueva línea de organización de un partido en movimiento, con una estructura eficiente, capacitada y en toda la geografía del estado, que tenga solidez ideológica y una línea de movilización que atienda y resuelva los problemas de la gente.
EL PRD EN Puebla debe Reestructurarse. Requerimos de un partido que recupere las causas que le dieron origen, sus valores y principios. Que se ponga al servicio de las causas de los ciudadanos y por las trasformaciones sociales, abierto al conjunto de la sociedad, con independencia de los gobiernos y autonomía de los poderes fácticos, que ofrezca un modelo de desarrollo alternativo al neoliberalismo. O sea un partido con visión estratégica en la disputa por la Nación, con fuerza social, representatividad política y fortaleza ideológica.
Con base en lo anterior CONVOCAMOS a todos los pensamientos y grupos que se aglutinan en la izquierda a reconstruir La Propuesta de la Izquierda en Puebla y avanzar en la consolidación de las tareas de corto y mediano plazo que nos conduzcan a este objetivo.
Proponemos las siguientes iniciativas políticas y organizativas:
+ La elaboración de un documento general con puntos coincidentes para que sea signado por quienes lo consensen.
+ Impulsar una propuesta de trabajo al seno del PRD, que reivindique las posiciones de izquierda y se hagan los cambios necesarios, para que se tenga una plena identidad como corriente de izquierda.
+ Actuar por la vía institucional para hacer que una nueva dirección partidaria reivindique el proyecto estatal y nacional de izquierda.
+ Promover el encuentro de las izquierdas y de él DÍA (PT, CONVERGENCIA, PRD) a la brevedad posible, para abordar el escenario nacional y las tareas comunes en el estado.
+ Realizar un Foro sobre el Movimiento Democrático, las Elecciones y la Organización de las Izquierdas en Puebla.
+ Conformar un Consejo Consultivo y de Trabajo para la Unidad de las Izquierdas.
+ Invitar a desarrollar a una articulación a expresiones políticas, personalidades, académicos, intelectuales, dirigentes sociales y demás que coincidan con los acuerdos de unidad de la izquierda en Puebla.
+ Convocar a una Asamblea Estatal en Defensa de la Economía Popular.
Puebla de Zaragoza, a 13 de julio de 2011
ATENTAMENTE.
José Guadalupe Sánchez Jiménez, Miguel Tamayo Gutiérrez, Cristina Romero Vázquez, Mario Franco Barbosa, Gerardo Soriano, Luis Ortega Morales, Felipe Ortega Marin, Galdino Castillo Gaspar, Norberto Amaya Aquino, Horacio Gaspar Lima, Jorge Méndez Espinola, Adolfo Rodríguez Juárez, Elba Cerezo González, Francisco Palacios Lorenzo, Andrés Hernández Toríz, Leonardo Flores Díaz, María Eugenia Villalba, Filadelfo Lucero Lucero, Alan López Rodríguez, Norma Pérez González, Armando López Andrés Manuel Melchor, Amelia Hernández H., Alejandro Fernández M., Jorge Amaya Aquino, Cesar Campos, Eva Hernández Torres, Carlos Fernández L., Francisco Apanco González, Alma Leticia León, Arturo González, Saturnino Gómez Vidaña, Carmen Fuentes R., Damaris Gómez Fuentes, Jorge Luis Elvira Machorro, Leonardo Tello Romero, Juan Ramos Chazaro, Raúl Rodríguez Reyes, Alejandro Martínez, Jaime Cerezo Rojo, Francisco Barragán, José Guerrero Sánchez, Ricardo Pérez Pérez, Carlos Hernández Pérez, María Isabel González Canchola, Armando Apanco González, Arcelia Esparza Zavala, María Guadalupe González Canchola, Leticia Rivera Cortez, Carlos Hernández Pérez, Marcos Reyes Esquivel, Julián Vargas Hernández, Arturo Mellado G., Iván Luis Rosas Z., Michel González Herrera, Miguel Juárez Calva, Israel Corona Marin, José Hernández Santiga, Carlos Romero Tabón, Alejandro Vázquez S., María Eugenia Pineda M., Stephanie López, José Ernesto Jiménez Vela, José Toledo, Domingo Sánchez Tapia, Felipe Esteban Cruz, Justino Alvarado Eliosa, Javier Méndez Rosas, Humberto Sotelo Mendoza.
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