miércoles, 4 de enero de 2012

Opinión. Martha Idalia Obeso Cázares. 4 de enero de 2012



Ayotzinapa en Opinión de Martha Obeso. Acádemica de la Universidad Autónoma de Guerrero y Precandidata al Senado PRD.


                                   En defensa de la Constitución

                                              Martha Idalia Obeso Cázares

Con mi pesar y respeto
a las familias de
Jorge Alexis Herrera Pino
Gabriel Echeverría de Jesús
y Gonzalo Miguel Rivas Cámara



Durante los días recientes se dio una cascada de manifestaciones de respaldo al gobernador, defendiéndolo de fantasmales acechanzas supuestamente involucradas en el movimiento de los normalistas de Ayotzinapa.
No creo que el gobernador necesite ese apoyo,   pues su mejor y única defensa ante las acusaciones por el caso de los dos estudiantes asesinados por policías el 12 de diciembre deberá partir de la rigurosa institucionalidad con la cual se haya conducido él y su gobierno frente a las protestas de los normalistas.
La cargada política no puede tener cabida en un gobierno genuinamente de izquierda. Por otra parte, ni los principios constitucionales de respeto a la vida ni la justicia pueden ponerse por debajo de los intereses coyunturales de un gobierno.
Guerrero ha sido el escenario de una larga lucha por la justicia y contra la impunidad, y ahora que el gobierno proviene de un partido de izquierda, es momento de honrar esa historia, con congruencia y sin caer en la tentación de recurrir a recetas del pasado para encubrir lo que es un crimen inaceptable.
La muerte de los estudiantes Jorge Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría de Jesús debe ser aclarada sin miramientos de ninguna especie por las autoridades, y recabada las pruebas el Poder Judicial debe imponer las sanciones que correspondan. Nadie puede apartarse de la ley, y nadie debe someter la ley a sus intereses.
El lamentable   fallecimiento del trabajador de la gasolinera Eva III,  Gonzalo Miguel Rivas Cámara,  a quien ayer el gobierno del Estado rindió homenaje  en reconocimiento a su valor,  viene a sumarse a las sentidas pérdidas de los dos  estudiantes y no habla bien del gobierno que en el mismo  acto donde    merecidamente  honra al trabajador  fallecido, simultáneamente  se aproveche  para   defenestrar a  los estudiantes y  se pida  el cierre de la Normal Rural de Ayotzinapa.  Si en verdad hay interés de restablecer la concordia y la paz  en el estado,  deben deponer esa actitud  y   dar entrada a la justicia plena.
Creo que no hay justificación para que un gobierno o corporación policiaca emprenda esa violencia contra una protesta civil, por muy aguerrida o imprudente que ésta sea. No  me parece admisible que se hable de un “enfrentamiento”.  Se ha dicho también que pudo ser un acto orquestado para desestabilizar al gobierno;  en la eventualidad de que hubiera sucedido, eso no lo exime de responsabilidad  pues  siempre  debe  garantizar la gobernabilidad  y la paz.  No podemos eludir la realidad de los hechos y pretender ocultar la violencia del estado contra civiles desarmados.
Es lamentable que una vez ocurridos los hechos con un saldo de tres muertes, haya  transcurrido ya casi un mes y nada se sabe del avance de las investigaciones. Es urgente y necesario dar respuesta a la exigencia social de  esclarecer los acontecimientos, establecer las responsabilidades y empezar a castigar a los autores de esos asesinatos y de la represión y tortura contra otros estudiantes.
La intervención de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en su nuevo papel de ministerio público  para investigar por su cuenta lo que sucedió el 12 de diciembre,  ha sido  porque los intereses políticos fueron antepuestos al principio de la justicia pronta y expedita, lo que  confirma que las instancias locales de procuración de justicia siguen en deuda con la sociedad que votó por un  cambio.
Los dos estudiantes victimados no tenían porqué morir baleados mientras exigían mejores prestaciones para su escuela, es también absurda la muerte del trabajador de la gasolinera, pero ante todo, es inadmisible que esto ocurriera por la  desatención y la falta de oficio político del gobierno.
Las lecciones de la represión nunca han sido asumidas por los grupos en el poder.  Ha sido más bien al contrario, que cada hecho represivo se suma a la tradición de autoritarismo que caracteriza a los gobiernos de Guerrero, alimentando así la constante criminalización del movimiento social. Hoy, el asesinato de los normalistas  es un recordatorio claro de que Guerrero no puede postergar más la modernización de sus corporaciones policiacas, ni el gobierno aplazar el establecimiento de un compromiso con el respeto a los derechos humanos. No se pide un imposible; sólo el cumplimiento de las obligaciones y deberes que señala la Constitución. Si la Carta Magna hubiera sido respetada, no habrían ocurrido estas muertes.

Opinión. La jornada 4 de enero de 2012


El movimiento de los indignados empezó en la Lacandona
Pablo González Casanova
Foto
En España el movimiento de los indignados tomó fuerza a partir de mayo de 2011 con protestas pacíficas en varias plazas públicas, principalmente en la Puerta del Sol. En las concentraciones se exigió una mejor democracia en la que existiera respeto real a los ciudadanosFoto Reuters
S
i pensamos en el conocimiento y la acción de un movimiento mundial como el de los indignados, pronto advertimos que hay problemas teóricos y prácticos considerablemente distintos a los que se plantean en la academia, en los partidos y los gobiernos. Afortunadamente tenemos la posibilidad de enriquecer nuestro conocimiento con las preguntas que los pueblos se hacen y con las respuestas que se dan.
Teorías y prácticas que vienen de abajo y a la izquierda tienen la originalidad de criticar al poder cuando éste se siente distinto de la sociedad y cuando se separa de la sociedad.
Los nuevos movimientos del pueblo plantean una democracia que corresponda a las decisiones del pueblo, y que en caso de que se separe del pueblo dejará de ser democracia.
Depauperados y excluidos,indignados ocupas formulan teorías que contienen un gran respaldo empírico. Se trata de explicaciones y generalizaciones basadas en gran cantidad de experiencias. Se trata de conocimientos, de artes y técnicas que corresponden al saber y al hacer de los pueblos, ese saber que tanto exaltara el antropólogo Andrés Aubry, y en que aparece, en vez del yo individualista, el nosotros tojolabal que Carlos Lenkersdorf rescatara para la filosofía de la solidaridad humana.
Teorías y prácticas tienen mucho de particular y también de universal... Y no exagero. Pensemos en la inmensa movilización de los indignados y losocupas que luchan por otro mundo posible. Hoy –escriben admirados dos profesores ingleses–, la movilización es gigantesca. Nunca se había dado una de esa magnitud, y toda la movilizaciónempezó (añaden) en las junglas de Chiapas con principios de inclusión y de diálogo.
Vemos así que desde abajo y a la izquierda y desde las selvas tropicales surge un movimiento que no sólo lucha por defender los derechos de los pueblos indios, sino por la emancipación de los seres humanos.
Y ese movimiento universal, en medio de sus diferencias, vive problemas parecidos. Es más, encuentra soluciones parecidas para la creación de otro mundo y de otra cultura necesaria, a la que los pueblos de los Andes expresan como el bien vivir, en que el vivir bien de unos no dependa del mal vivir de otros.
A esas aportaciones que de los indios de América vienen se añaden muchas más que corresponden a las experiencias de múltiples culturas e historias y que crean la historia universal de la lucha por la libertad, por la justicia y por la democracia, lema que levantó el movimiento zapatista y que anda por el mundo entero no como eco sino como las voces de un pensar y querer parecido.
Y allí están las juventudes griegas que luchan contra el tributo de la deuda externa, están los movimientos de la primavera árabe a quienes los militares no pueden transar, están las asambleas de los indignados españoles que articulan intereses vitales que el sistema no puede satisfacer, están los jóvenes estadunidenses que ocupan Wall Street como centro del poder corporativo contra el que todos luchamos, a los jóvenes chilenos que dan su vida para que no les quiten sus escuelas y universidades.
En todas las movilizaciones hay mucho de común. Todas o casi todas coinciden con lo incluyente y con lo dialogal, y un número cada vez mayor, con la idea de que el capitalismo corporativo es el origen de todos los problemas que afectan y amenazan a la humanidad.
Coinciden también en que la solución es esa democracia de todos para todos y con todos que no se delega, y que algunos llaman socialismo democrático y socialismo del siglo XXI y otros nomás democracia, y que es eso, y mucho más, pues es una nueva forma de relacionarse con la tierra y con los seres humanos... una nueva forma de organizar la vida.
Y es en medio de la riqueza y novedad de esta movilización mundial como se captan una serie de reflexiones que vienen de abajo y a la izquierda y cuya respuesta busca el triunfo de los indignados y de los pobres de la tierra.
La riqueza de las reflexiones y llamados es enorme y exige la atención la profundización de algunos que enuncio escuetamente y en los que debemos trabajar más:
1. El llamado a perder el miedo antes que nada, que el movimiento zapatista destacó como un requisito para pensar y actuar.
2. El no pensar sólo en qué hacersino en cómo lo hacemos.
3. El precisar con quiénes –lo hacemos– en las distintas circunstancias.
4. El aclarar nuestras diferencias internas con un nuevo estilo de discutir y acordar.
5. El rechazar terminantemente la lógica de la caridad. Y también la lógica del paternalismo, pues ambas ocultan la manipulación. Caridad y paternalismo son la cara buena de la cultura autoritaria.
6. Combinar la lucha por los derechos de los pueblos, los trabajadores y los ciudadanos con la lucha por la construcción de una sociedad alternativa en que los colectivos de los buenos gobiernos practiquen elmandar obedeciendo. Precisar con ejemplos en qué consiste la práctica del mandar obedeciendo.
7. Dar los pasos necesarios para que el proyecto emancipador sea realmente incluyente, y dé lugar a un trato respetuoso de las diferencias de raza, sexo, edad, preferencia sexual, religión, ideología y nivel educativo.
8. Redefinir los conceptos de la libertad, la igualdad, la fraternidad, la justicia, la democracia... Redefinirlos en la vida cotidiana, en el aquí y el ahora.
9. Aclarar que las redes no son sólo redes informáticas. Aclarar que se han organizado y se van a organizar redes de colectivos y de sistemas de colectivos que permitan el predominio de las organizaciones horizontales sobre el mercado y el Estado, que estimulen la cooperación y la solidaridad frente al individualismo del mercado, y en que los encargados manden obedeciendo los lineamientos que las organizaciones horizontales les den y no se sientan ni un minuto por encima de ellas. Al mismo tiempo crear organizaciones centralizadas y descentralizadas, como el EZLN, o como las policías de los pueblos del sureste y como las autonomías municipales.
10. Profundizar y promover los sistemas solidarios y cooperativos con flujos e intercambios que acerquen la producción, el consumo y los servicios, por ejemplo, la educación, salud, seguridad social.
11. Actualizar constantemente los conocimientos sobre las contradicciones en los propios movimientos emancipadores, y no sólo sobre las contradicciones externas.
12. Fomentar el respeto a la dignidad y a la identidad de personas y pueblos, sin caer en el individualismo o el aldeanismo, y antes cultivando la emancipación universal.
13. Combatir el maniqueísmo, y retomar el tipo de discusiones que invocan a los clásicos para comprender el aquí y el ahora, e incluir sus narrativas y reflexiones en la memoria creadora de nuestras generalizaciones.
14. Reconocer que en todos los grandes movimientos los pueblos –con una razón de enorme peso– no se inclinan por una revolución violenta, sino por la ocupación pacífica y multitudinaria de la sociedad y de la tierra.
15. Pensar que 99 por ciento de la humanidad va a ganar esta lucha y que de su triunfo y de la sociedad que construya dependerá la creación ecológica de un sistema terrestre sostenible, capaz de satisfacer las demandas vitales de una población creciente que hoy sufre hambre y frío por cientos de millones, y capaz de impedir que continúe un sistema económico-político en que la industria de guerra es el motor principal de la economía.
16. Plantear cómo se lucha y gana pacíficamente en una guerra de espectro amplio como la diseñada por el Pentágono. Si uno de los espectros es la guerra violenta y armada, podemos luchar en los otros que comprenden la guerra informática y cibernética, la guerra contra la educación, la guerra contra la cultura, la guerra económica con la deuda externa y derivados, la guerra social que deshace el tejido comunitario, familiar, de clase; la guerra ideológica y seudo-científica neoliberal, cínica, recolonizadora y neofascista: la guerra que destruye la biosfera y la guerra que siembra el terror acompañadas de la guerra inmoral para cooptar, macro-corromper y someter a una humanidad que se rinda y se venda.
17. Insistir en que los pobres de la tierra y quienes estamos con ellos debemos enfrentar la guerra de espectro amplio en todos los espectros pacíficos posibles: en el terreno de la educación para pensar y hacer, en el terreno de la economía de la resistencia que cuida el pan y el agua, el fogón y el techo, los servicios de salud y de seguridad: el tejido social de la familia y el de la comunidad, y el de una clase trabajadora que restructure la unión necesaria de los trabajadores regulados y desregulados; en la lucha ideológica contra las corporaciones, los líderes amarillos y las mafias que ocultan su guerra depredadora con otras guerras no menos infames –como las del terrorismo, el narcotráfico y la confusión... Y estar cada vez más conscientes de que la guerra actual de intimidación y corrupción busca sobre todo el despojo de los territorios comunales, de las parcelas campesinas, de las tierras nacionales, de los bosques y las minas, de los viveros de petróleo y de los mantos acuíferos; de los suelos y los subsuelos, de las costas y las tierras. Y no conforme con oprimir a los pobres entre los pobres y a los habitantes de la periferia mundial, en forma cada vez más abierta está empobreciendo a los sectores medios y privando de sus derechos y de su futuro a los jóvenes y los niños del mundo entero.
Con los indignados de la tierra hemos de enfrentar la nueva política del azúcar y el garrote, de la corrupción y la represión macroeconómica que emplea el capitalismo corporativo, con sus aliados y subordinados. Frente a sus intentos de intimidación y corrupción universal blandiremos la moral de lucha y el coraje de los pueblos. Lo haremos, conscientes de que somos cada vez más y de que serán cada vez más quienes en el mundo entero luchen por lo que en 1994 sólo parecía ser una rebelión indígena posmoderna y que en realidad es el principio de una movilización humana considerablemente mejor preparada para lograr la libertad, la justicia y la democracia a que todos aspiramos.

martes, 3 de enero de 2012

Rebelion. 3 de enero de 2011



La ética de la guerra de Felipe Calderón



A un lado de filosofías, que las hay numerosas y respetables, Kant y Hegel por ejemplo, existe una guerra donde hay beligerantes, hechos violentos, muertos entre actuantes e inocentes, uso de técnicas bélicas, armamentos y equipos, daños y destrucción de activos oficiales y particulares. Ahí hay una guerra, lo acepte hoy Felipe Calderón o no.
El 11 de diciembre de 2006 no pensó con esa sistematización. Lo único que estaba en su mente era desatar una ola de violencia para acabar con el narco, configurarse como el soberano y así legitimarse. Pero por una metástasis no calculada, su guerra se propagó con una difusión de crimen organizado, gran criminalidad común y microcrimen.
¿Sabe usted que la extorsión, el homicidio, el secuestro y el robo han crecido en cinco años más de 300 por ciento en su conjunto y que se dan en todos los rincones y niveles socioeconómicos de la nación? ¡Es ingrato reconocer una sociedad en vías de criminalizarse, o sea, la producción social del ser criminal! ¿Se calculó este efecto de antiética?
Sin respaldo político y moral de su sociedad toda guerra saldrá mal. Vale decir que una decisión por la guerra necesariamente representa la crisis de la política y de la moral, esa crisis debe ser reconocida por el dirigente, de otro modo su guerra carece de legitimidad. La insistencia de este gobierno en lo impolítico y en la inmoralidad lo mina, lo destruye, como minado y destruido históricamente está Calderón.
Comenzó una guerra con un arranque absolutista. Nunca pensó en la trascendencia política y ética de ese hecho. Pensó que cosecharía el aplauso popular. No calculó que en las guerras que provocan los estados afloran los cuestionamientos sobre su sustento político y ético para demostrar cuán difícilmente una iniciativa bélica como la suya, iniciada sin horizontes, puede justificarse desde el derecho natural, fuente de toda política y toda moral. Sencillamente no hubo un discernimiento de sensatez sobre las consecuencias.
En su estructura más profunda, toda ética política se identifica con su propia esencia, que exige actuar siempre bien, velando por la prosperidad universal y rechazando todo personalismo. Ninguna razón objetiva puede contradecir este principio. En la justificación de Calderón para defender la licitud de su guerra se implica, sin especificarlo, el falaz argumento de que el fin justifica los medios, para burlar así los escollos de la honestidad.
Acepta la perversión intrínseca de la violencia para conseguir, según él, una paz final. Mesiánicamente insiste en que el bien posible sobre el mal empleado ofrecerá al final un resultado gratificante que justificará todo reclamo ético por cada una de las muertes, desapariciones forzadas, secuestros, destrucciones de bienes y demás violaciones a derechos humanos.
Una conciencia ética nunca podrá aprobar la violencia sin contradecir los fundamentos más profundos del bien. La justificación de la guerra no puede confundir dos juicios distintos: 1. El de la legítima defensa de la propia vida, la que de manera ampliada sería la de la sociedad (Montesquieu) y 2. El de la defensa de los intereses personales, que fue la motivación de Calderón. Sólo lo primero tendría como fundamento al derecho natural que permite la defensa de la vida aun mediante la guerra, ante una amenaza real al derecho a conservarla, en este caso como bien social. No se obró así, fue un acto de beneficio personal.
Sobre la base de este principio, Calderón está intentando construir el concepto de guerra justa, que pretende ser aceptado sobre el fundamento moral de la legítima defensa. Pero se engaña solo, ello hubiera exigido: 1. Que el peligro vital hubiera sido real e inminente, 2. Que viniera de una agresión originada previamente por la criminalidad, 3. Que la violencia fuera inevitable por ningún otro medio y 4. Que los medios empleados en favor del Estado no hubieran sido superiores al daño causado por el presunto enemigo. Cincuenta mil muertos no admiten discusión. El daño a las Fuerzas Armadas es otro tema a heredar.
Estos prerrequisitos no se dieron y de ahí que, en la historia, el presidente Calderón esté condenado.

lunes, 2 de enero de 2012

Opinion. León Bendesky. La jornada 2 de enero de 2012


Políticas de izquierda
León Bendesky
L
a reflexión sobre las diferencias en el modo de gobernar de izquierdas y derechas, según el uso convencional de los términos, no se restringe a las situaciones de crisis. Puede hacerse de forma productiva, en condiciones de relativa y frágil estabilidad económica, como la que hay en México.
El estancamiento como proyecto es insostenible. Debe cuestionarse aún más ante la posibilidad de una recesión mundial con un estrechamiento de los mercados para las exportaciones, menos espacio para la emigración de trabajadores, más ocupación informal y un marco institucional ineficiente.
A priori no puede decirse nada de una distinción entre el modelo económico y social impuesto desde hace tres décadas por el PRI y el PAN y la alternativa que podría significar ahora una propuesta de gobierno que debe hacer la izquierda reunida en torno de López Obrador. El peso de la prueba recae sobre su programa.
El campo de acción es, ciertamente, muy amplio y sus posibilidades son relevantes. No están restringidas a criterios de índole técnica ni a esquemas o concepciones ideológicas únicas. Pero tienen que ser funcionales para sostener la capacidad de existencia de las familias y la generación de productos para abastecer la demanda. Para ello hay un arreglo fiscal pendiente para ordenar los ingresos y los gastos y el financiamiento de la economía. Esta debería ser la prioridad de una nueva hacienda pública.
La propuesta tiene una oportunidad valiosa y que no debe desperdiciar para replantear el modo de operación de la economía mexicana y los criterios políticos que la sustenten para renovar el crecimiento productivo y el proceso de generación de ingreso y riqueza. Así, podrán identificarse opciones y advertir los obstáculos que enfrentan; habrá más claridad sobre lo que se quiere y, esperemos, pocas sorpresas.
El tipo de políticas convencionales se vuelve cada vez menos eficaz y más oneroso. Así se aprecia en diversos casos y la adaptación es lenta. En España se ha impuesto un verdadero paquetazo económico tras la asunción del gobierno por el Partido Popular. Un cuestionamiento válido en ese país es, precisamente, si hay diferencias relevantes entre modos de gobiernos, sean de izquierdas o derechas.
Los populares ganaron las elecciones con mucha holgura, mandato tienen de sobra, ante lo que se percibe como una falla grave de gobierno de los socialistas. Impondrán sus criterios políticos y técnicos para enfrentar una honda crisis con 5 millones de desempleados, alto déficit público y endeudamiento. Qué habrían hecho los socialistas en esta situación es, por ahora, sólo una hipótesis.
El caso es que de lo primero que se dieron cuenta ya instalados es que el déficit fiscal que se estimaba en 6 por ciento del PIB para 2012 resulta que será de ocho. ¡Vaya sorpresa! Pues ¿dónde estaban las cuentas? Y así, a darle con un ajuste, que durante toda la campaña se había propuesto como duro pero no de esa magnitud. Otra sorpresa.
El inicio del inicio, como si necesitara de reiteración, lo denominó la muy poderosa vicepresidenta. Según ella, para llegar a una posición fiscal compatible con las exigencias de la Unión Europea, 4.4 por ciento del PIB el año entrante. Su convicción es llamativa. Sólo tiene certezas, vicio de los políticos que no admiten dudas; bien nos haría.
Ahora, a cortar todo el gasto que se pueda y a subir los impuestos. Esto, bien se sabe, no es neutral. El gasto se recorta en inversiones y programas sociales, y los impuestos se recargan sobre los ingresos de los que trabajan, especialmente de lo que aún se llama clases medias. Nada nuevo. El impuesto solidario ofrecido en campaña desapareció tan pronto como hablaron los ministros de Economía y de Hacienda.
El péndulo político provocado por la crisis ha tenido otra expresión en Italia. Ahí, nada de elecciones para sustituir el desastre berlusconiano. De plano se impuso a un técnico económico de la burocracia europea para hacer lo que se debe. Y, bueno, es otra manera de ejercer el poder: prescindir de los políticos profesionales y los partidos para arreglar las cosas. En Grecia, igual. Puerta abierta a las tentaciones de toda índole.
Todos se enfrentan al juicio de los mercados, es decir, de quienes mueven las inversiones en el planeta. La credibilidad es la moneda de cambio, pero ésta no se emite directamente por una autoridad soberana; se gestiona en términos de rendimientos financieros.
Estos ajustes se aplican para salir de la recesión ya instalada, reduciendo el déficit y, con él, la demanda interna. Así sólo puede haber más recesión; el ajuste es circular. Pero nadie tiene tiempo en la política ni paciencia en los mercados.
Las convicciones políticas están firmes, el ajuste de la demanda se impone como única vía, cualquier otra versión más próxima al keynesianismo se toma como herejía o de plano tontería. La crisis ha cuestionado frontalmente al Estado, aunque las evidencias no sean tan claras. El déficit fiscal de España era modelo, el endeudamiento fue contratado esencialmente por el sector privado, cuando la burbuja especulativa reventó, el Estado entró al salvamento.
Tal como ahora se plantea resolver la crisis que estalló en 2008 en Estados Unidos y Europa, sólo podrá hacerse provocando nuevos episodios de especulación. En medio de la recesión, será más difícil pagar la deudas de las familias y las empresas, los bancos resentirán el efecto en sus balances, los reguladores reaccionarán con más exigencias de capital y el crédito será menor. Los riesgos llamados sistémicos no se han eliminado.

Opinion. Adolfo Gilly. La jornada 2 de enero de 2012


Adolfo Sánchez Vázquez en este 2012
Adolfo Gilly
E
ntre aquellos que el año 2011 se llevó estuvo, el 8 de julio, nuestro compañero Adolfo Sánchez Vázquez. Quisiera hoy, como despedida y homenaje al maestro que en ese día se fue y como augurio para este nuevo año, retomar sus palabras de hace ocho años en Lima, Perú, en la casa que fue de José Carlos Mariátegui, donde nos dijo de las izquierdas y del socialismo. De un amargo año para México salimos, para entrar el día de hoy en uno incierto. Que la palabra de don Adolfo nos sea buena guía para las turbulencias políticas de este 2012 que ahora inicia.
En la Pontificia Universidad Católica de Lima, en el inicio del año 2004, había tenido lugar un Congreso Interamericano de Filosofía y en su contexto un Simposio sobre Republicanismo. Algunos de nosotros allí presentes estuvimos también, por iniciativa del catalán republicano y socialista Antoni Domenech, en una reunión cuyo tema eraEl futuro de la izquierda. Se realizaba en el salón de la casa donde vivió José Carlos Mariátegui, ahora convertida en Centro Cultural.
Entre el público que desbordaba el salón de la vieja casona, sentado en primera fila, estaba Adolfo Sánchez Vázquez. Desde el fondo del salón nos contemplaba un gran retrato de Mariátegui en su silla de ruedas, con su andino perfil de indio, su mechón en la frente y una sutil sonrisa en los ojos y en los labios apretados.
Una vez que los expositores hubieron cumplido su tarea, don Adolfo pidió la palabra. Algo él quería decir en ese lugar en donde Mariátegui había vivido, escrito y organizado. Recordando otros tiempos, abrí mi cuaderno para tomar apuntes y no perder palabra. Lo que sigue es una versión fiel de cuanto dijo en aquel enero del año 2004, después de hacernos saber su emoción por encontrarse en Lima en la casa de José Carlos. La reprodujo La Jornada hace ocho años y de allí la tomo.
Izquierda puede ser un término equívoco. Me parece preferible usarlo en plural: no la izquierda sino las izquierdas. Tendríamos así al menos cuatro izquierdas: una izquierda democrática, liberal, burguesa, connatural al sistema capitalista; una izquierda socialdemócrata, que quiere mejorar las condiciones sociales dentro de los marcos de ese mismo sistema; una izquierda social, que es crítica del capitalismo pero no le ve una alternativa, representada sobre todo por los movimientos sociales; y una izquierda socialista, opuesta al capitalismo, que propone una nueva organización de la sociedad.
Para esta última izquierda el problema no es simplemente la crítica al capitalismo, cuyos males son visibles, sino la lucha por una alternativa socialista. Socialista es la izquierda a la cual se le plantea el problema.
Para hablar del futuro de esta izquierda tenemos que ver en qué situación nos encontramos en este momento. Hoy la alternativa socialista es más necesaria que nunca. No concierne sólo a los oprimidos y explotados, sino que el capitalismo pone en cuestión la supervivencia misma de la humanidad.
Pero esto sucede en momentos en que ha caído el descrédito sobre la idea misma del socialismo, entre otras razones por los desastres en los países que usaban el nombre de socialistas y la caída de esos regímenes. Es decir, tenemos que abordar tareas tan elementales como la de reivindicar una vez más la idea de socialismo.
Pero si no hay conciencia de socialismo y de la necesidad de reivindicarlo hoy, no podremos caminar hacia la organización de las fuerzas anticapitalistas. Pues la lucha socialista no es sólo una cuestión de ideas, sino también un problema de conciencia, de organización y de acción.
No nos engañemos hablando, como tantas veces, de agonía del capitalismo. Hoy vemos que se extiende por el mundo reforzado y sin frenos, pese a las fuerzas que lo resisten. Esta es para nosotros una situación difícil. Precisamente cuando el socialismo es más necesario que nunca, es cuando se ha vuelto más difícil la lucha y la organización en torno a sus ideas. Pero esta lucha es indispensable.
El socialismo no es inevitable, no es un resultado natural de la evolución humana. Si los seres humanos no toman conciencia de esta necesidad y en consecuencia se organizan y actúan, la alternativa es la barbarie. Y sería una barbarie aún peor que aquella que Marx imaginó, pues estaríamos ante la catástrofe ecológica, la guerra universal y la posible destrucción de la humanidad.
El futuro de la izquierda exige revisar todo –el partido leninista, el proletariado fabril como sujeto central– y replantear todos los problemas como requisito para pensar y organizar hoy la izquierda anticapitalista y la lucha por el socialismo.
Cuando Adolfo Sánchez Vázquez concluyó,una ovación de la sala repleta saludó sus palabras y Antoni Domenech, su discípulo de otros tiempos, le agradeció en nombre de todos los presentes.
Ocho años después, más actual que nunca resuena en este México de hoy su convocatoria para pensar ahora el socialismo; y, más allá de la apropiación cínica de la política por hablantines profesionales sin ideas y sin escrúpulos, para organizar y actuar hoy y aquí por una república de paz con justicia y dignidad.

JUNTOS, AL MARGEN DEL ESTADO. La jornada 2 de enero de 2012


Comunidades zapatistas, ejemplo de nuevas formas de gobierno
Juntos, al margen del Estado, movimientos antisistémicos
Indígenas y políticos, polos opuestos de la democracia institucional
Foto
Guillermo Villaseñor, Javier Sicilia y Paulina Fernández hacen un minuto de silencio en memoria de las víctimas del crimen organizado, durante el seminario realizado en San Cristóbal de las Casas para celebrar el 18 aniversario del levantamiento armado del EZLNFoto Moysés Zùñiga Santiago
Hermann Bellinghausen
Enviado
Periódico La Jornada
Lunes 2 de enero de 2012, p. 8
San Cristóbal de las Casas, Chis., 1° de enero. Los actuales movimientos antisistémicos podemos mantenernos juntos en un profundo diálogo al margen del Estado y su economía, como lo han hecho las comunidades zapatistascreando formas pedagógicas y de gobierno, señaló Javier Sicilia durante la tercera jornada del Seminario Internacional de Reflexión y Análisis que se realiza en esta ciudad.
Paulina Fernández y Gustavo Esteva, desde enfoques y con talantes muy diferentes, coincidieron con Sicilia en su valoración de la experiencia de autonomía y gobierno zapatista como un elemento de gran ejemplaridad en este momento en el que, confiaría más tarde –aunque en ausencia– Pablo González Casanova, el 99 por ciento va a ganar.
En la primera sesión se dio lectura a un breve mensaje de Marcos Roitman, enviado desde Madrid, quien además de manifestar su adhesión al seminario, reiteró su apoyo al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), arma del pensamiento crítico para alcanzar la justicia, la libertad y la democracia, al hacer posibles alternativas a los gobiernos de los mercados en el mundo.
En lo que resultó un verdadero desnudamiento crítico de la rapacidad de los políticos de todos los signos y el papel deformador de los partidos legales en la práctica democrática como mero negocio, Paulina Fernández, quien ha venido estudiando de cerca el funcionamiento real y cotidiano de los gobiernos autónomos zapatistas, contrastó con datos y ejemplos estas dos formas diversas e irreconciliables de ejercer las responsabilidades de gobierno y representación.
Relató llanamente la experiencia “delcompa Jolil” y las motivaciones que lo llevaron a participar en un consejo municipal autónomo, oponiéndola a las escandalosas cifras de lo que nos cuestan los políticos y gobernantes, con sus sueldos y beneficios, sea en cargos de representación que de gobierno o estructura partidaria. Miles de millones de pesos, la descomposición y la falta de compromiso son demostración “de lo que está hecha la democracia que nos han impuesto”, en un país profundamente desigual.
En un polo opuesto está la experiencia del compa indígena a quien la investigadora ha podido acompañar y conocer a lo largo de dos años de serconsejo, como llaman las comunidades zapatistas a quienes realizan funciones de gobierno. Sin remuneración económica ni necesidad de saber gobernar, los indígenas participan por elección de sus comunidades en estructuras de deliberación y decisión colectivas cuya única razón de ser es el servicio. Fernández señaló la impudicia de muchos de los políticos que se postulan sin haber rendido cuentas de sus funciones anteriores, o con cuentas pendientes todavía. Buscan el fuero que los proteja por las trapacerías de su cargo anterior.
“Todos los compas le entran a todos los trabajos”, destacó enseguida. Realizan un gobierno diferente. A Jolil lo ha visto trabajar durante dos años en el poder, donde ha crecido como zapatista y como persona, sin corromperse. Atribuye este logro a los objetivos claros de la lucha del EZLN y las comunidades que, sin rendirse, mantienen la solidez moral de la organización zapatista.
Gustavo Esteva, ausente el Seminario por motivos de salud, al igual que el doctor Pablo González Casanova y el filósofo Luis Villoro, envió una ponencia en la que, siguiendo sus recientes reflexiones en las páginas de La Jornada, ubica el momento actual no al borde del abismo, pues ya caímos en él y no se le ve fondo.
Compartiendo con Fernández la descalificación de la llamadademocracia institucional, donde las elecciones son un circo de tres pistas, mientras transcurre el monstruoso y disparatado plan de guerra de Felipe Calderón, que volvió un problema de salud pública en uno de seguridad nacional, que ha desembocado en una guerra civil sin claridad entre los bandos en pugna, Esteva se pregunta repetidamente: ¿Por qué nos dejamos llevar a este punto?
Citando al subcomandante Marcos, destaca cómo se está destruyendo así el tejido social de un país donde dominanescándalos de los demasiado ricos y los demasiado pobres. Refiriéndose a Iván Ilich como autor cardinal, en consonancia con Sicilia y Jean Robert, Esteva piensa que el antídoto contra la creencia fundamentalista en una democracia donde las elecciones sirven para definir quién estará cargo de apretar el gatillo, está en las nuevas actitudes, “alternativas a la wallmartización de mundo”. Lo que podría ser otra izquierda alimentada de las protestas mundiales, los ocupas eindignados que se escucharon ayer en este seminario.
El poeta Javier Sicilia se refirió a los nuevos pobres desde la certidumbre de que el cambio sólo vendrá si no se echa el vino nuevo en odres viejos. Comparando los movimientos zapatista y el de la Paz con Justicia y Dignidad, subrayó sus similitudes, pues nacen de la idea de que se puede transformar las condiciones impuestas por el Estado. Son, dijo, formas nuevas que preludian lo que se gesta en medio del presente desastre.

EDITORIAL La jornada 2 de enero de 2012


Irán y EU: tensiones preocupantes
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utoridades iraníes del ámbito militar dieron cuenta ayer, por medio de un comunicado, del lanzamiento de un misil tierra-aire diseñado y fabricado en ese país, y capaz de evadirlos sistemas inteligentes que tratan de interrumpir la trayectoria de los proyectiles. Pocas horas después, el gobierno de Teherán informó que sus científicos habían producido, por primera vez, una barra de combustible nuclear, que será destinada a la producción de uranio enriquecido con fines médicos.
Ambos anuncios se producen en el contexto de un recrudecimiento en las tensiones entre Irán y Estados Unidos, país, este último, que ha elevado el tono de su discurso y ha endurecido las sanciones económicas en contra de Teherán. En las últimas horas de 2011, el presidente estadunidense Barack Obama firmó una ley de defensa que, entre otras medidas, incluye sanciones contra toda persona o empresa que realice negocios con el Banco Central Iraní. En días previos, la probable entrada en vigor de estas sanciones provocó que Teherán amagara con cerrar el estratégico estrecho de Ormuz, por donde pasa cerca de 40 por ciento del petróleo que se comercia a escala mundial y en donde las fuerzas navales iraníes realizan maniobras desde el pasado 24 de diciembre, incluyendo el lanzamiento del misil referido.
Sin dejar de señalar que las amenazas y los ensayos bélicos iraníes constituyen un factor indeseable de inestabilidad en el terreno económico y en la política internacional, no resulta menos reprobable la actitud hostil con que Washington se ha conducido hacia esa nación medioriental.
Hasta ahora, con todo y el avance mostrado en meses recientes por Irán, ese país no ha dado indicios de poseer capacidad suficiente para el desarrollo de armas de destrucción masiva, actividad que requiere de uranio enriquecido al 90 por ciento. Por añadidura, el sábado pasado Teherán manifestó su voluntad deregresar a las conversaciones sobre su programa nuclear con los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania, diálogo que permanecía en punto muerto desde la pasada reunión en Estambul, el año pasado. Así pues, aun si fuera verdad que la política nuclear de la república islámica representa una amenaza para la seguridad mundial, Estados Unidos y sus aliados tendrían a su disposición tiempo suficiente para conjurarla, y para ello podrían echar mano de cauces de negociación mucho más eficaces y menos contraproducentes que sanciones económicas como las referidas.
Cabe insistir en que el unilateralismo, la arbitrariedad y el carácter depredador de la política exterior de Washington –un gobierno que se ha concedido la autorización para invadir naciones soberanas sin que exista una agresión previa– representan, en la hora presente, el mayor incentivo para que Irán se sume, si es que no lo ha hecho, a la carrera armamentista en la que se han involucrado diversas potencias medias y regionales.
Washington, por su parte, carece de autoridad moral para condenar el programa nuclear iraní, toda vez que ese mismo gobierno decidió ver hacia otro lado cuando India y Pakistán construyeron sus respectivos arsenales atómicos, y ha permitido que Israel –su aliado fundamental en Oriente Medio– se mantenga al margen del Tratado de no Proliferación Nuclear y de las inspecciones de la Agencia Internacional de Energía Atómica, pese a que los datos disponibles informan que ese país posee desde hace décadas el único arsenal atómico de la región.
Semejantes consideraciones obligan a poner en duda que el interés de Washington respecto de Irán sea, en efecto, evitar la perspectiva de un nuevo arsenal de bombas atómicas. Todo parece indicar, en cambio, que las recientes sanciones y la renovada hostilidad de la Casa Blanca contra Teherán están orientadas a alterar, en perjuicio de este gobierno y en beneficio del de Tel Aviv, el viejo equilibrio de fuerzas en esa parte del mundo.
Tal actitud ha generado en horas recientes un clima de tensión preocupante en la región. Dada la inocultable responsabilidad que tiene Washington en la configuración de este escenario, lo menos que puede esperarse es que actúe con prudencia y sensatez diplomática, pues de lo contrario podría involucrar al mundo en un nuevo escenario de pesadilla.