Alfredo
Jalife-Rahme
ALAI AMLATINA,
07/03/2016.- Hace
poco más de dos años impartí una conferencia magistral –en la
Universidad de
Finanzas y Economía de Shanghái (SUFE, por sus siglas en inglés)
bajo los auspicios
de la Academia de Ciencias Sociales de China– sobre el nombre
nada apropiado (“misnomer”)
de “Latinoamérica (LA)”, desde
el punto de vista de la nueva realidad geopolítica/geoeconómica
del siglo XXI y
su posicionamiento ante mi hipotético “nuevo orden
geoestratégico tripolar” de Estados
Unidos (EU), Rusia y China.
Los
contenciosos de Ucrania y Siria exponen el fracking
geopolítico regional/global entre dos bloques antagónicos
–EU/OTAN/Unión
Europea frente a Rusia/China/Grupo de Shanghai– que también
luchan por su
preponderancia en “LA”, donde brota el nuevo concepto de “North America (http://goo.gl/jltq4G)”, promovido
por los supremacistas hacedores de la política de EU –de la
talla del Gral. David
Petraeus (anterior director de la CIA defenestrado y hoy
instalado en KKR
Global
Institute)
y Robert Zoellick (anterior director ejecutivo del omnipotente
cuan pestilente
banco de inversiones Goldman Sachs, ex-presidente del Banco
Mundial y hoy
prominente becario de Harvard)–, y colisiona con el concepto
reactivo de
"Sudamérica" de los geoestrategas de Brasil, miembro conspicuo
de los
BRICS.
Implícitamente,
"Centroamérica" pertenece al concepto de "North America", donde los intereses nacionales de
EU prevalecen
en el Golfo de México –destinado a ser rebautizado "Golfo de
EU"– y
el Mar Caribe: el "Mar
Mediterráneo Estadunidense"
que asciende a una superficie de 4.2 kms2.
La
geoeconomía y la seguridad nacional de defensa también chocan
dentro de la añeja
"LA" entre el UNASUR –y su integración económica y política que
incluye al MERCOSUR –frente a la Asociación Trans-Pacífico (TPP,
por sus siglas
en inglés), diseñado para contener a China: pivote de la
“doctrina Obama”.
La
regional “Alianza del Pacífico” –Chile, Perú, Colombia y México–
forma parte ya,
con la notable excepción de Colombia, del TPP.
“LA”
exhibe otras subdivisiones que se han profundizado a raíz de la
muerte del
presidente Chávez, impulsor del ALBA, hoy alicaida y en vías de
pulverización, cuya
evolución natural era su acoplamiento al MERCOSUR.
En
Shanghai referí que “Algunos ‘think tanks’
de EU definen su ‘fuente
de poder’ y
su última frontera del hemisferio hasta el Amazonas, mediante
una división
entre el norte y el sur con el Gran
Caribe: de Yorktown pasando por el Océano Atlántico hasta
las Guyanas”.
El
geopolítico israelí-estadounidense Robert Kaplan de Stratfor (https://goo.gl/FGomL5)
explaya sin rubor que "El poder geopolítico de EU históricamente
tiene su
origen no en Europa o Asia, sino en el Gran
Caribe” que “es el mundo de Yorktown a las Guyanas; es
decir, de los
Estados del Atlántico-medio a las selvas del norte de
Sudamérica. El
hemisferio occidental, como el estratega
holandés-estadounidense Nicholas J. Spykman explicó en 1942, no
se divide entre
el Norte y América del Sur. Se
divide
entre las latitudes norte de la gran barrera de la selva
amazónica y las latitudes
más al sur de la misma. En
otras
palabras, desde el punto de vista geopolítico, Venezuela no es
un país de América
del Sur en absoluto. Es
un país del
Caribe: la mayor parte de su población de 28.8 millones habita
en el norte a lo
largo del Mar Caribe, a salvo de las selvas del sur".
¿Pretende
recuperar el Pentágono lo que perdió en la última década, en la
antigua "LA",
mediante el concepto “Gran
Caribe”?
Dos
años más tarde a mi conferencia de Shanghái, EU recupera o
neutraliza al “Gran
Caribe”: desde su golpe de Estado triangulado en Honduras
pasando por su espectacular
reconciliación con Cuba –gracias a la mediación de Francisco, el
Papa
jesuita/argentino– hasta la desestabilización de Maduro en
Venezuela mediante
el abrupto desplome especulativo del precio del petróleo por los
bancos de Wall
Street –guerra de alcances geoestratégicos contra Rusia e Irán–.
Allí
cité que del “lado brasileño su escuela de geoestrategia
desarrolló una ‘Nueva
Visión Estratégica’, escrito en la
Estrategia Nacional de Defensa (2008), con sus tres pilares:
nucleares, espaciales
y cibernéticos; y con sus dos áreas básicas del Atlántico Sur y
el Amazonas”.
En
la óptica brasileña, el concepto “Sudamérica” colisiona con los
conceptos
hegemónicos de EU: “Norteamérica” o al "Mar Mediterráneo
estadunidense"
–que incluye el Golfo de México y el Mar Caribe–, acuñado por el
Almirante Alfred
Thayer Mahan.
The Saker, muy
cercano a Rusia, aborda tres rubros para “LA” en este año y su
“prospectiva”
para el “periodo próximo (http://goo.gl/rjC7Y2)”.
Considero
exageradamente
optimista su perspectiva de “LA” para 2016, en el caso de un
triunfo a la
presidencia del candidato socialista Bernie Sanders del partido
Demócrata.
Juzga
que el “presidente (sic)
Sanders” someterá la gran influencia de los neoconservadores straussianos, en cierta
medida, lo cual
“impactaría al TPP, al Plan Colombia y su proceso de paz, la
normalización de
las relaciones con Cuba y la guerra contra las drogas” y sus
“inmensas
ramificaciones en México y en la región”.
La
llegada de otro candidato
que no sea Sanders es para The Saker
la prolongación del status
quo.
El
retorno
triunfal de EU
Bajo
la óptica reduccionista de
la dicotomía decimonónica entre “izquierda” y “derecha” –a mi
juicio, necesaria
pero insuficiente para el siglo XXI–, aduce que la “izquierda”
se encuentra a
la defensiva en Venezuela, Brasil y Argentina.
Enuncia
que “Brasil se
encuentra en turbulencias, Argentina tiene un presidente
neoliberal y en
Venezuela la oposición neoliberal ostenta una doble (sic)
mayoría en el
Parlamento”.
El
regreso neoliberal en tres
de las principales geoeconomías de Sudamérica constituye un
retorno triunfal de
EU que ahora practica un neo-monroísmo
geoeconómico y geofinanciero bajo el modelo atroz del devaluado
neo-peñismo del
“México neoliberal itamita”
que practica la entrega total
de sus recursos estratégicos para integrarse como esclavo
(literal) del modelo
“Norteamérica”.
La
añeja dicotomía “izquierda-derecha”
del siglo XIX ha sido superada en el siglo XXI por una nueva
entre globalistas –que
practican muchos
travestis de seudo-izquierda– y humanistas.
Los globalistas colocan al “mercado” por encima de
todas las cosas, en
detrimento del ser humano, y en cuyo modelo caníbal han
sucumbido muchos
“izquierdistas”: desde el laborismo
de Tony Blair pasando por los socialistas españoles del PSOE
hasta los
mercenarios “Chuchos”[1]
del “México neoliberal itamita”.
En
contrapunto, los humanistas
colocan al “ser humano” en el centro de la ecuación universal y
rememoran el
axioma del filósofo cartaginés Terencio (“nada de lo humano me
es ajeno”) iluminado
por el Renacimiento
florentino: la
“ciencia sin conciencia es nesciencia”.
Bajo
la raquítica dicotomía de “izquierda”
y “derecha”, al menos en los tres países citados, Sudamérica
está polarizada, para
no decir fracturada.
Fracturas en América del Sur
En
Argentina, el presidente
neoliberal Macri, íntimo de los intereses sionistas de Nueva
York y la City (Londres),
obtuvo una victoria apretada sobre el candidato de Cristina
Fernández, cuyo
sueño era integrarse a los BRICS.
No se
puede soslayar que Macri
carece del control sobre el Congreso, todavía a mayoría del peronismo que es tan
acrobático como el
PRI de México en sus oscilaciones pendulares de un polo a otro.
La
situación es más crítica en
Venezuela debido al desplome del petróleo en casi 70%, lo cual
ha creado una
situación de emergencia cuando la mayoría opositora busca la
revocación del
mandato de Maduro.
¿Podrá
un rebote esperado de
precio del barril del petróleo sostener la endeble situación
económica de
Venezuela?
The Saker
destaca la colisión propagandista entre CNN y TeleSUR, una nueva
opción de
información para la “izquierda latinoamericana”. Se le pasa por alto que
TeleSUR, HispanTV y Russia
Today son boicoteadas en México donde SKY/Televisa ostenta el
control
monopólico de las señales.
The Saker da
mucho vuelo al proceso de paz en Colombia y a la
“desmovilización de miles de
paramilitares controlados por la oligarquía colombiana apoyada
por EU”.
Brasil,
máxima potencia de “LA”
y “Sudamérica”, es todo un capitulo, donde los escándalos
teledirigidos han
puesto contra la pared a la presidenta Dilma Rousseff (DR).
La
última carta que le queda a
Brasil, miembro de los BRICS, y a su gobierno de “izquierda” es
el difícil retorno
al poder de Lula quien
también tiene
la espada de Damocles de una investigación por presunta
corrupción.
DR criticó en la ONU el
espionaje cibernético de EU
así como la captura ilegal de los datos estratégicos de
Petrobras.
Brasil se encuentra
ahora detrás de la creación del
nuevo cable de Internet BRICS para cesar su dependencia a EU en
Internet. No es un
asunto menor. Se trata
de una liberación cibernética del
siglo XXI.
La
caída de Brasil, como líder
“independiente” de Sudamérica, al unísono de su membresía a los
BRICS, marcará
el rumbo real de toda “LA”, cuya parte “norte” –con el neo-peñismo del “México neoliberal itamita”
y la absorción paulatina del Gran Caribe, incluida Centroamérica
y el bloque
del CAFTA– ha sido controlada por EU.
El
portal filo-ruso otorga
demasiada influencia a la CELAC –donde EU y Canadá han sido
excluidos y que, a
mi juicio, comporta en su seno todas las semillas de fractura a
tres niveles
conspicuos en “LA”: 1- El bloque geopolítico/geoeconómico de
“Norteamérica” –dominado
por EU, con sus vasallos Canadá y el “México neoliberal itamita”, donde los intereses de China han sido
repelidos– frente
al UNASUR/MERCOSUR encabezados por el gigante brasileño; 2- Los
neoliberales
filosionistas frente al nacionalismo de izquierda del ALBA; y 3-
El MERCOSUR, apuntalado
por Brasil, frente a la Alianza del Pacífico, dominada por EU,
para cerrar el
paso del océano Pacifico a la conectividad de Brasil y China.
Cada
uno de estos tres niveles propende
más a la fractura que a la unificación, cuando no a la absorción
forzada por
vía de la letal guerra
geofinanciera
de Wall Street y la City (Londres).
Cuando
parece haber sido sellado
el destino del “norte” de la añeja “LA” –el “México neoliberal
itamita” y
Centroamérica hasta el canal de Panamá y el Gran Caribe–
absorbida por
“Norteamérica”, el futuro de “Sudamérica”, hoy en franco declive
libertario, dependerá
del epílogo de la colisión entre EU y Brasil –que pasa por un
momento crítico– y
cuya caída en las manos neoliberales filosionistas significaría
una gran
derrota geoestratégica periférica de Rusia y China – y hasta de
India.
Dr. Alfredo
Jalife-Rahme es geoestratega
y profesor de
PostGrado en Globalización y Geopolítica de la UNAM (México).
Artículo publicado en América Latina en Movimiento, No. 511, “América Latina
en la coyuntura
mundial”, marzo 2016.